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¿IU como alternativa?

Nota Mié Oct 31, 2012 12:32 pm
III. ¿IU COMO ALTERNATIVA?



El tiempo corre velozmente y junto a él los acontecimientos: Deuda pública, Prima de riesgo, Déficit, Rescate, Independencia, etc. Hechos que nos explotan en las manos impidiéndonos que reflexionemos sobre ellos mas que un día o un mes, pues para los siguientes se sucederán con igual rapidez otros temas de vital importancia sobre los que pensar y debatir que serán a su vez relevados y retirados a la cuneta de los parias que lo sufren en sus carnes.

Ante la actual situación, preguntaba a un amigo, “¿Qué alternativa tenemos?”, él indicó que la única posible, “Es que las próximas elecciones las ganase Izquierda Unida, y al día siguiente, pero al día siguiente, saliesen a la calle millones de personas para refrendar las medidas a tomar por el futuro gobierno”14 Esta respuesta, claramente, trajo un interesante debate.

Antes de proseguir, creo conveniente el señalar que mi voto siempre ha sido para Izquierda Unida en cada una de elecciones que se han desarrollado desde que cumplí dieciocho años, excepto el año en el que Iu pactó candidaturas con el Psoe para el Senado15. E igualmente indicar que hace un par ellos decidí militar en el PCE.

Tras lo dicho, podemos entrar ya en el debate. “¿Y qué es aquello que aquellos millones de personas deberían respaldar en la calle?:

¿Izquierda Unida sería capaz de actuar sin miramientos? ¿En esas futuras elecciones Izquierda Unida emplearía el clásico lenguaje marxista y socialista buscando una revolución “democrática? ¿Y posteriormente las traduciría en hechos? Es decir, ¿Izquierda Unida tendría el valor de expropiar y nacionalizar? ¿de enfrentarse a la “troika”? ¿de actuar de acuerdo a sus “bases”? O por lo contrario, ¿indicaría que habría que ser cautos? ¿que no había que tener prisas en cambiar las cosas? ¿que había que ir paso a paso? Es decir, asumiendo “que el poder no lo tiene quien lo ejerce, sino quien te puede cesar por ejercerlo”, y por lo tanto asumiendo una postura reformista (o eurocomunista) o socialdemocrata que de nada ha servido a la clase obrera.

¿Pero por qué dudar?

Sin duda alguna, la única posibilidad de que exista algún gobierno de “izquierdas” en este país, a día de hoy, pasaría por un hipotético apoyo masivo a Izquierda Unida. Lo que está por ver es a través de que camino puede alcanzar ese respaldo y su posterior actuación, y en todo caso esto entrá dentro de las conjeturas y de la especulación basada en las experiencias históricas (¿estamos actuando en el presente de acuerdo a las lecciones que nos ha dado el pasado?), suposiciones que no pueden ni deben cegar la cruda realidad existente, la real no la futura, lo que es no lo que será. Y ello es lo que genera la mayor de las dudas a antiguos votantes y a nuevos votantes, a militantes o a futuros militantes.

¿Por qué?

Es extraño que en el vocabulario de Iu esté desaparecido el termino Socialismo, es raro que se usase hasta la extenuación a Keynes y se dejase en el campo del olvido a Marx, que el coordinador general se afilie al sindicato qué apoyó la reforma de las pensiones, etc (¿estrategia para acumular fuerzas?) Pero lo que es inconcebible es que en estos momentos no sea capaz de ser alternativa. ¿Cómo serlo sino se Rebela? Es decir, ¿cómo no dudar cuando asume y realiza recortes? (Andalucía, Rivas Vaciamadrid, San Fernando de Henares)16.

Hace menos de un año planteé esta cuestión a un camarada y su respuesta fue, “En ocasiones el recorte dicho es falso, en otros Iu consigue que sea el menos malo, y algunos son ciertos, pero es que nada se puede hacer desde un ayuntamiento o desde la junta.”.Incluso he escuchado aducir que es muy complicado el hacer algo distinto dentro del sistema capitalista de producción con la actual “crisis”, y algo de razón pueden tener, pero ¡Entonces porque hablar casi siempre de reformar el capitalismo y no señalar a las claras la necesidad de un cambio de sistema! Es decir, sin ser la misma, la justificación de los recortes allí donde Iu tiene mas que palabra era muy parecida a la ofrecida por PP-PSOE. ¡Cómo pretender entonces ser un partido de masas! ¡Ser la alternativa al poder!

Los fracasos de los distintos movimiento (espontáneos, gremiales o sindicales, etc) ha demostrado que en estos momentos se necesita una organización que sea avalada por una mayoría, aprendiendo de las traiciones o estafas del PSOE y CC.OO (sin olvidar que sus actos son debidos a su creencia a ultranza en el sistema de producción capitalista, en su pensamiento no existe otra alternativa), ¿Está puede ser Iu? Sin duda alguna debería haberlo sido, pero actualmente falla por arriba: no se plantea el tomar el poder, con todo lo que ello conlleva. Y además yerra en las instituciones donde muchos de sus votantes o futuros votantes observan que Izquierda Unida cuando gobierna actuá de manera similar en materia de recortes a los trabajadores, lo cual hace que se piensen mucho su próximo voto17 o llegan a la conclusión de que todos los políticos son iguales a la hora de la verdad18. En definitiva, ¿si no se puede hacer nada en las instituciones dentro del capitalismo, qué hacemos en ellas? Lo que está claro o al menos lo que se observa y se escucha a día de hoy es que la gente que votó por Izquierda Unida se está pensando el volver hacerlo al sentirse decepcionada y los que pensaban el hacerlo señalan que Iu también colabora en los recortes. Es decir que parte de los que estaban se pueden ir y de los que iban a venir puede que no lleguen.

¿Qué nos queda entonces?

En estos cinco años de crisis (¿cuándo no la habido para la mayoría de la clase trabajadora?) ninguna organización política o sindical o movimiento social ha conseguido ser de masas, ser alternativa. Izquierda Unida ha crecido poco19 - ¿de qué sirve el alcanzar un 11%? ¿o caso se piensa en hacerse el harakiri pactando con el Psoe? (¿y por qué no añadir UpyD para constituir una mayoría estable?)- y los distintos movimientos que se han sucedido en estos últimos años ( 15M, huelgas generales, la marcha minera, la marcha del SAT, 25S, etc) apenas han conseguido algo (siendo muy consciente de que para lo mal que estaba la conciencia de clase, mucho es lo que se ha alcanzado) y ello queda reflejado en que la clase trabajadora cada vez esta peor.

¿Qué hacer?

Sin duda alguna la alternativa debe residir en alguna manera de convergencia, la cual solo es real – no ficticia ni oportunista- en torno al socialismo. Y esta convergencia que aúne a la clase trabajadora y pretenda ser la alternativa, lo podrá ser por que se enfrenta al sistema con otro modelo, el socialista. Alternativa que ha de ser desobediente, irreverente, crítica, luchadora y sobre todo de masas.

Para ampliar el desarrollo de este diálogo, dos apuntes:

Por una parte el interesante programa realizado por Tuerka Cmi durante la fiesta del PCE: https://www.youtube.com/watch?feature=pl ... kv-5L86jwA

Y por otra, las inteligentes palabras dichas por el secretario del PCPE durante el XIV Encuentro de Partidos Comunistas y Obreros, “Por último, una reflexión que consideramos esencial: Todo lo que se está hablando en esta sala, todos los buenos análisis que se están realizando y las interesantísimas propuestas que se están haciendo, avanzarán o no, fructificarán o se quedarán en meros propósitos dependiendo fundamentalmente de un elemento: La existencia o no de un fuerte y cohesionado ideológica, política y organizativamente Partido Comunista que ejerza y sea reconocido por la clase obrera como su vanguardia política.”20


Para finalizar, considero oportuno el recordar las palabras de un camarada, “Yo decidí militar en Izquierda Unida cuando se empezó hablar de Socialismo del siglo XXI y se quería realizar una Refundación. Pasados los años ¿Qué ha quedado de todo aquello?”

Notas:

14 Me imagino que sus palabras vienen de la experiencia histórica. http://www.patricioguzman.com/index.php ... dett&fid=1

15 http://elpais.com/diario/2000/02/02/por ... 50215.html

16 http://www.ustea.es/node/29688, http://www.ustea.es/node/29652, http://www.lamanchaobrera.es/?p=15300 ,

17 http://www.electometro.es/2012/09/upyd- ... adena-ser/ No olvidemos en ningún caso que esta información proviene de "nuestra querida" Cadena Ser.

18 Ante este hecho está claro quien gana, el fascismo. Por ello me parece muy inteligentes la reciente denuncia pública a cargo de Alberto Garzón: http://kaosenlared.net/component/k2/ite ... -upyd.html

19 Ibid.

20 http://www.lamanchaobrera.es/?p=18736

Sacrificio

Nota Dom Nov 11, 2012 4:36 pm
No era una costumbre sino un rito; es decir, una obligación y una necesidad.
La multitud se agolpaba para presenciar el continuo y lento acto del sumo sacerdote: el rutinario sacrifico de una oveja o una cabra o un conejo o una gallina. Todos miraban hacia arriba, a la escena que iluminaban las llamas; un pequeño número rezaba mientras la sangre se derramaba, la mayoría permanecía en silencio y unos pocos lo denunciaban en murmullos.
Aquel deber se transmitía de generación en generación, solo algún que otro anciano de la comunidad recordaba el tiempo pretérito en el que bastaba para calmar la ira, la entrega al templo de parte de los alimentos cultivados. Fue mas tarde, rememoraban aquellos tomados por dementes, sin saber a ciencia cierta el por qué, cuando surgieron los otros sacrificios.
Pero en los últimos años los acólitos habían empezado acudir de manera mas asidua a los poblados para reclamar sacrificios cada vez mas frecuentes, y mas tarde comenzaron a exigir nuevos: vacas, caballos, cerdos y bueyes.
Poco a poco la situación se convirtió en insostenible; por una parte se le exigía a la población que acudiesen a todas las ceremonias, con el tiempo que ello conllevaba y por otra, se les reclamaba cada vez mas alimentos y animales a sacrificar, careciendo de tiempo para su cultivo y crianza. Por ello, un día, sin saber quién fue el primero, ni el segundo, ni el tercero, la abarrotada plaza empezó a vaciarse mientras la ceremonia se representaba, quedando al final de ella poco mas que los acólitos que oraban. En un primer momento se obligó su presencia a través de la fuerza, pero cuando esta se percibió como inútil, fue cuando empezaron a escuchar sus demandas y su posterior asunción: la expulsión del sacerdote supremo.
Pocos ancianos eran capaces de evocar en su memoria un hecho similar y al hacerlo, señalaban finalmente, “Nada será ya igual”. Pero si lo fue, o al menos así se percibió en un principio, hasta que un día los acólitos reclamaron llevarse al templo a los deficientes mentales para su sacrificio. Solo unos pocos protestaron. Mas tarde demandaron a los ancianos, y tras ellos, a los ciegos y a continuación a los mutilados, tullidos o deformes. La masa clandestina que lo denunciaba empezó a ser cada vez mayor. Y llegó el día en que los sacrificados fueron los bebés y los niños. Fue entonces cuando la mecha prendida, explotó. La masa clandestina se había convertido en comunidad, había vuelto a releer los libros olvidados de los tiempos perdidos y había descubierto la mascarada y comprendido el engaño, había aprendido qué hacer y cómo hacerlo. La comunidad decidió negarse a realizar ofrendas y a entregar sin la fuerza a sus hijos, a sus abuelos, a sus hermanos, a sus tíos.
Y la plaza permaneció vacía. Tras siete días sin ceremonia al no haber qué sacrificar ni quienes atendiesen al sacrificio, se pensó como solución la expulsión del sacerdote supremo, pero en esta ocasión sería sustituido por uno de aquellos sacerdotes que formaba parte y participaba de manera activa en la revuelta. Este se erigió en la vieja tradición: ovejas, cabras, conejos y gallinas. Nada mas. Y con ello consiguió mucho más; la masa pública se dividió entre los que lo aceptaban y los que lo rechazaban, solo unos pocos proclamaron que solo entregarían alimentos.
Pero con la misma rapidez con la que comenzó a llenarse la plaza, empezó a vaciarse cuando el sacerdote supremo abdicó, según sus palabras, por “graves divergencias e injerencias que hacían imposible su función”. Tras este desaire, el nuevo sacerdote supremo que se eligió, inició su ejemplar cargo sacrificando a aquellos que habían rechazado cualquier ofrenda, continuó con aquellos que solo habían entregado alimentos y acabó hasta sacrificando a aquellos que habían decido entregar ovejas, cabras, conejos y gallinas y no: vacas, caballos, cerdos y bueyes.
Durante seis días la plaza quedó vacía, fue al séptimo día, con los poblados arrollados y la comunidad violada, cuando un pequeño grupo, al que sigue la comunidad, se dirige hacia el templo y le prende fuego.
Nada ni nadie del templo se salvó, apenas un solo vestigio: la plaza, donde la comunidad empezó a acudir a compartir los alimentos bajo el lema, “Cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades” y entre tanto dialogaban unos con otros, se enseñaban y se aprendían, para constituir un orden nuevo.

El Esquirol

Nota Sab Ene 05, 2013 12:32 pm


“Haces lo que debes”
, se dijo antes de salir del coche. Tras ello se encontró con el piquete que le increpó agresivamente hasta la entrada del colegio, “¡Esquirol, esquirol!”, fue el grito que escuchó justo antes de entrar, “¿Esquirol? ¿Eso es lo que era?” En el interior solo estaban el director, la jefe de estudios y la secretaria, los cuales se sorprendieron al verle, “¿Nunca te hubieses imaginado en esta situación, eh?”, le dijo sonriendo el director, él por su parte apenas contestó con una lastimera sonrisa.
Cuando regresó a su casa, encendió con preocupación la televisión, la cual confirmó lo esperado, “El paro en la educación privada y concertada ha sido de un 90%, en la pública de un 75%, en la sanidad privada y concertada de un 95% y en la pública de un 70%, la administración ha secundado la huelga en un 85%...”, las imágenes que se mostraban no dejaban duda de que aquello era masivo en todo el país. Apagó la televisión y descolgó el teléfono, tras hablar apenas un minuto, lo colgó y salió con premura de su casa. A su vuelta, encendió de nuevo la tele y se quedó viendo la grandiosa manifestación que se estaba produciendo en la capital mientras cenaba un ligero sándwich, cuando se lo acabó, apagó la tele y se marchó a la cama, “Qué mañana hay que trabajar.”
A pesar de saber de antemano que esto iba a suceder, los días habían resultado complicados y difíciles de vivir, pero ahora, cuando empezaban a preguntar, había llegado el momento de contestar:
Os agradezco que me hayáis invitado a intervenir en vuestra asamblea. Durante estos días sois muchos los que me habéis preguntado por mi “extraña” decisión. Sé que hay quienes alegan que ello es debido a que “ahora los míos están en el gobierno”. Pero he de decir, por si hay alguna duda, que los “míos” son los trabajadores - “¿Y que somos nosotros?”, le interpelaron varios docentes - ¿Puedo hablar con absoluta sinceridad? - observó los gestos afirmativos de las primeras filas – Somos unos trabajadores a los que nos están engañando – un fuerte abucheo se produjo desde las últimas filas que durante unos minutos impidió que pudiese continuar, a la vez se pudo escuchar una cuestión de manera insistente en las primeras filas – Durante el abucheo he podido escuchar “¿y hace un año también lo eramos?”, y he ahí la clave de mi oposición a esta huelga - “¡Esquirol, Esquirol!”, resonó en la amplia sala – Sí, todos los días he escuchado ese cántico, es normal, en esta ocasión es lo que soy – los gritos se volvieron a iniciar, pero ahora las filas intermedias los hicieron callar- Gracias. Durante estos días muchos me habéis manifestado “vamos a sufrir de nuevo un recorte salarial, un aumento de la jornada, un aumento del numero de alumnos. Y no solo nos afecta a nosotros, ¡si no a todos los trabajadores públicos! ¿Cuál es la diferencia respecto al año pasado? Incluso las justificaciones que se dan son similares a las de hace un año.” Mi respuesta es que sí que hay diferencia y he ahí el engaño – en esta ocasión nadie gritó, por lo que continuó con su exposición – Hace un año la lucha era de los trabajadores por los trabajadores, en cambio ahora la lucha sigue siendo de los trabajadores pero para los empresarios – la sala se mantenía en silencio – El año pasado, bien lo sabéis, fui uno de los que mas pesado estuve con la movilización y contra los recortes.¿Por qué? Hasta la nausea repetí en este mismo lugar que los recortes que nos estaban afligiendo solo iban para pagar los intereses de una deuda impagable de la que no eramos responsables, que uno de los fines era desacreditar la educación pública para lograr un futuro marginal de esta y uno próspero para la privada, destino lógico y habitual dentro del sistema de producción capitalista. He ahí parte de las razones de nuestro rechazo a la política de hace un año. ¿Y por qué hoy no son validas estas razones? - la atención por parte de los asistentes era absoluta – Aunque creo que la cuestión principal es, ¿el nuevo gobierno nos ha engañado? Prometió no asumir la deuda y lo ha hecho, prometió retirar la reforma del artículo 135 de la constitución y lo hizo a través de un referéndum, y prometió que recuperaríamos lo que habíamos perdido y lo ha hecho - ¡Para luego volver a quitárnoslo! gritaron desde las últimas filas - ¿Por qué razón? Decidme, os escucho, ¿por qué razón ha pedido este “esfuerzo” temporal a todos los trabajadores públicos? - nadie contestó – ¿Lo hace para pagar los intereses de la deuda? ¿lo hace para que los bancos reciban el dinero? ¿tienen como fin la desaparición de lo público, de convertirlo en negocio? La respuesta es no. ¿Entonces por qué lo hace? Por favor, responded – pero ni en las últimas ni en las primeras filas habló nadie.

Re: El Esquirol

Nota Vie Ene 11, 2013 5:25 pm
¿Y por qué? eh, ¿Por qué lo hace? Me has dejado intrigado.

Asumo que te sitúas en un futuro próximo en el que "algún partido de izquierdas" ha conseguido llegar al gobierno pero se ve obligado a "pedir un esfuerzo" a los funcionarios. Quizás con cierta similitud al Chile de Allende.

Sanidad pública vs Capitalismo


I. EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Y DEL EJEMPLO SOCIALISTA

La Sanidad, aunque sea de momento solo la madrileña, se ha despertado, lo cual es un primer paso y lo ha hecho a lo grande, con 4 jornadas de huelga. Hecho que es de aplaudir, de apoyar y de solidarizarse con los compañeros madrileños. El problema que hay, es que antes de este brutal Plan Regional no se había hecho nada ante los primeros pasos de la privatización de la Sanidad, que tal vez podríamos fecharlo en 1998 con la Ley de Fundaciones Sanitarias o bien cuando gran parte de personal no sanitario pasó a ser de gestión privada o tal vez cuando se permitió consorcios con hospitales privados o quizás cuando la Comunidad Valenciana permitió la gestión privada de la Atención Primaria, etc., y para un mayor desarrollo de este tema, considero recomendable el reciente artículo del El País,http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/02/actualidad/1351887189_553032.html
Es decir, las medidas privatizadoras que se están estableciendo en estos años no son nada nuevo, ni por supuesto son consecuencia de “la crisis”, sino mas bien son el desarrollo de un camino emprendido hace mas de una década.

¿Por qué?

Y la contestación a esa pregunta es clave para saber el porque la Sanidad, al igual que la Educación o la Justicia pública será derrotada en este combate, al igual que hace años lo fue la Educación Universitaria a pesar de su admirable lucha frente al Plan Bolonia. Derrota que no es inevitable siempre y cuando nos preguntemos el por qué esta sucediendo lo que está sucediendo y nos planteemos la siguiente respuesta:

El Estado social conocido hasta ahora, aquel de Sanidad, Educación, Justicia, etc, público, gratuito, universal, equitativo, etc, - reconociendo que este no era tal, que no era total, que daba pie al desarrollo de un negocio privado, es decir, que era un Estado Social muy mejorable- está siendo destruido para convertirlo en un vestigio de un momento histórico. ¿Por qué? Y para responder con coherencia a esta pregunta y no limitarnos a simplezas de tertulianos o políticos demagogos que no ven mas allá que lo acontecido en el día de hoy, deberíamos preguntarnos: ¿Por qué surge este Estado Social en Europa? ¿De qué es consecuencia? Y en la respuesta se hallan los dos hechos claves de la primera mitad del siglo XX: la revolución rusa de 1917 y la 2ª Guerra Mundial.
Tras la revolución de octubre POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA la clase obrera, la clase explotada, los trabajadores, las mujeres de los obreros o las mujeres obreras y los hijos de estos tuvieron derecho a Sanidad, a Educación, a Justicia, a Vivienda y Trabajo digno. Es decir, en la URSS, por primera vez el hijo de un obrero podía estudiar, el obrero enfermo podía ser operado, la familia obrera disponía de una casa sin tener que hipotecar su vida por ella o bien sin que esta se le cayese encima. Claro que no debemos olvidar los errores acontecidos en la URSS – al igual que no hay que olvidar que nunca dejó de estar agredida por los paises capitalistas, y que desarrolló un país casi medieval en un país industrial en un periodo muy corto de tiempo- pero debemos reconocer que fue el lugar donde por primera vez la Sanidad, la Educación, la Justicia, etc, fue para todos, es decir, no solo para aquella clase que podía pagarla, por primera vez el hijo de un obrero podía ser profesor o médico o abogado, por primera vez el obrero no se moría en casa a causa de no poder pagar las medicinas, por primera vez no debía de estar de aquí para allá vendiendo su fuerza de trabajo y formando parte del ejercito industrial de reserva.
Por otra parte, y mas tarde, la derrota del fascismo en la 2ª Guerra Mundial – bueno sería recordar el número de muertos que tuvo cada país- trajo consigo el Estado Social para gran parte de Europa, bien porque parte de ella se hizo socialista o bien porque se permitió para evitar que una serie de paises se hicieran socialistas. Es decir, gracias a la existencia y al ejemplo de la URSS y demás países socialistas, la clase obrera de los paises capitalistas empezó a tener cada vez mas fuerza y a demandar mas derechos, por ello, para evitar un estallido revolucionario que haría a Europa entera socialista, los capitalistas europeos permitieron que la socialdemocracia europea que gobernaba crease un Estado Social en el que la clase obrera del sistema capitalista tuviese por primera vez un derecho a la Sanidad, a la Educación, a la Justicia, etc, parecido a la de sus hermanos socialistas, siempre y cuando no se hablase de la propiedad privada de los medios de producción.
En definitiva, el Estado Social en Europa, en el sistema capitalista de producción, solo existió, solo fue posible, porque existió una serie de paises en donde la clase obrera disponía de esos derechos, porque se derrotó al fascismo y porque la clase obrera europea disponía de una fuerza y conciencia considerable. El problema es que hace ya décadas que no existen países socialistas en Europa ni clase obrera con fuerza y sin esa barrera, los capitalistas no tienen ya necesidad de mantener un Estado Social, o mas bien consideran que ya es hora de que aquello que era un negocio o exclusivo para la clase pudiente, vuelva a ser lo que fue tras un impasse de poco menos de un siglo.

Con lo expuesto, no pido ni aspiro a que una mayoría de los trabajadores o de los usuarios, acepte la hipótesis planteada sin fisuras ni rápidamente, sino mas bien que se planteen dicha posibilidad como respuesta a la ineficacia de las sucesivas luchas así como del origen del progresivo desmantelamiento de los servicios públicos en gran parte de europa. La posibilidad real de que se piense en esta premisa, de que se dude de la “versión oficial” ofrecida cada día, considero que podría ocasionar un cambio en el discurso de los trabajadores y de los usuarios, y ello sería un primer paso imprescindible en el camino de alcanzar que la lucha de la clase obrera vuelva a ser eficaz. Mientras tanto, vamos en caída libre, derrota tras derrota.


II. ¿POR QUÉ EL DERECHO A UNA SANIDAD PÚBLICA?


La sanidad (y la educación) en españa – y en parte de europa- presentaba unas características muy peculiares para el sistema de producción capitalista en el que vivimos, ellas son las Universalidad, Equidad, Atención Integral, estar financiada por los presupuestos generales del Estado y una cosa muy importante: la idea de presentar “beneficios económicos” no tiene cabida, del único beneficio que se puede hablar es el de tener salud (o conocimientos).
Pero este modelo sanitario está empezando a derrumbarse ante la incredulidad de los ciudadanos, es por ello que consideramos necesario el responder a una serie de preguntas, a nuestro entender, claves para combatir la desaparición de la sanidad (y la educación) para la clase trabajadora

¿Por qué el derecho a una sanidad ?

Es de todos sabidos que la sanidad (y la educación) ha sido siempre para aquellos que tenían riqueza, que tenían capital. Por ello, una vez que se descubrió de quién procedía esa riqueza – o capital- , y quién la reproducía constantemente (a través de la plusvalía generada por la fuerza de trabajo de los obreros), se exigió que la sanidad (y la educación) no solo debían ser para aquellos que la poseían sino también para aquellos que la hacían posible. Es decir, en lugar de que unos pocos vivan muy, muy, muy, muy, muy bien, que todos vivan bien. En definitiva, que no había derecho a que el capitalista con la plusvalía generada por el trabajo del obrero se pudiese comprar cinco casas y diez coches, y el obrero no tuviese dinero para medicamentos o para una operación quirúrgica.


¿Dónde se tuvo por primera vez una sanidad (y una educación) para todos?
Una vez que la clase trabajadora fue consciente de que la riqueza – o capital- del mundo era producto suyo convirtió aquellas exigencias en derechos, y lo hizo posible en el primer estado de trabajadores que ha conocido la humanidad: la URSS.
Fue tan solo tras la victoria de los trabajadores contra el fascismo durante la 2ªGuerra mundial y tras el desarrollo en casi la mitad de europa de un bloque socialista donde la sanidad (y la educación) era pública, universal, equitativa, y sin miras económicas, cuando la otra mitad europea, la capitalista, crea aquello del “estado del bienestar”. Podríamos preguntarnos el por qué, y responderíamos con la siguiente pregunta: ¿Cómo se podría decir a los trabajadores, que los paises socialistas eran malos, malísimos, cuándo allí se tenía derecho a sanidad, educación, vivienda, trabajo, etc? ¿Cómo evitar que esos trabajadores no fuesen socialistas? Intentando dar lo mismo que tus enemigos.
No podemos olvidar que en aquellos años, los paises fascistas (España, Portugal y Grecia) carecieron de “estado del bienestar” alguno.


¿Por qué ha empezado a desaparecer este derecho alcanzado?

Bien se dijo y se dice que con la caída del muro del berlín finalizaba el siglo XX que había comenzado con la revolución de octubre de 1917, y que a partir de entonces, justo desde ese momento, nada ya sería igual, y así lo está siendo. Tras la muerte de franco – que no del franquismo- , tuvieron que pasar 9 años para que el Parlamento sancionase la Ley General de Sanidad, que permitió que la Sanidad fuese Universal, Equitativa, Integral y sin miras de lucro, una sanidad que sin ser la panacea, permitía que cualquier trabajador pudiese ser tratado sin mirar el coste económico de su tratamiento ni su nómina. Lo que queremos decir, es que aquello se realizó en un contexto en el que se asumió el progreso de que la sanidad (y la educación) debían de ser para todos igual, que en aquello no podía entrar conceptos de caro o barato, es decir, era así, porque debía ser así, y lo era en base a la razón. Pero el atisbo de esta desapareció con la voladura de la URSS, y he ahí que 8 años después de la caída del muro, el Parlamento sanciona la Ley de Fundaciones, que permite nuevas formas de gestión de la sanidad, en donde ya puede haber beneficios, y que significa el punto de partida en españa para la desaparición progresiva de la Sanidad (y la Educación), Universal, Equitativa y sin beneficios económicos.
Lo que pretendemos decir, es que el cambio de modelo sanitario (y educativo) no es consecuencia de la crisis en la que cayó el capitalismo en 2007, sino que dicho cambio se empezó a preparar y realizar en la segunda mitad de los noventa, una vez que no había nadie al otro lado del muro y una vez que los trabajadores se olvidasen el por qué, el cómo y el cuando de aquellas conquistas para la vida de la inmensa mayoría. Sin duda alguna, a partir del 2007, y ante la debilidad del discurso y de la fuerza de la izquierda, la cual salvo excepciones no plantea alternativa al sistema capitalista, se aceleró todo lo programado pues ello iba a ser útil para solucionar el problema en el que se hallaba de nuevo el sistema capitalista.


¿Es posible el frenar este proceso en el que estamos inmersos?

Dentro del capitalismo es imposible. Así de rotundo. La Sanidad (y la educación) que hemos conocido no volverá a ser jamás dentro del capitalismo. Es decir, no podemos luchar por ella sin atacar al capitalismo, pues bajo sus condiciones de producción, no hay cabida algo que no tenga rentabilidad económica, él no conoce – ni reconoce- aquello de beneficio en salud (y conocimientos) si ello no va a repercutir en él, es decir, ¿Qué beneficio genera el operar de cadera a una persona de 95 años (o el enseñar filosofía en las universidades)? Para el capitalismo eso es un coste innecesario, no productivo, pues tal hecho no reproduce capital. Y he ahí la clave y lo que debemos recordar, ¿quién genera la riqueza? Es decir, hemos retrocedido brutalmente, a lo que siempre ha sido así, que es a su vez lo que no debe ser así, y para volver a alcanzar lo que debe ser, debemos de recuperar la certeza, la verdad, de que bajo este sistema es imposible, que solo es posible bajo el socialismo, en donde los intereses económicos no predominen sobre los intereses de las personas, ya sean niños, jóvenes, adultos o mayores, en donde solo es posible la democracia de los ciudadanos y no la dictadura de los mercados.
En definitiva, tras el 2007, no se puede luchar por una sanidad (y una educación) sin luchar por el socialismo, pues sin él no es posible una sanidad (y una educación) que no pretende tener intereses económicos, no es posible una sanidad (y una educación) que solo tenga como interés sanar (y saber), y por tanto todo aquella lucha por la sanidad (y la educación, y los servicios sociales, y la justicia, etc) que no se enfrente directamente contra el sistema capitalista que nos domina será estéril. O presentamos alternativa o barbarie.

Y tras lo expuesto es momento o bien de refutar las respuestas a las preguntas planteadas o bien actuar en consecuencia a ellas (y no actuar por actuar, porque hay que hacer algo).


III.SANIDAD PÚBLICA VS CAPITALISMO


“La sanidad y la educación van a ser privados sí o sí”, esta frase aún no ha sido dicha de manera explícita a los ciudadanos, pero sí implícitamente, con las leyes y los hechos que se van promulgando y desarrollando de manera continua en los últimos años. Es definitiva, lo que aún no se atreven a decir, pero poco a poco es mas o menos lo que dicen sus palabras, es que “la sanidad y la educación pública existirá como beneficencia.”

¿Por qué?

En anteriores artículos ya describimos el porque histórico, pero en esta ocasión, aunque reincidimos en ideas ya ofrecidas, no vamos a retroceder tanto en el tiempo para responder a esa no vuelta atrás en el camino de la privatización de los servicios (y derechos) públicos tal y como los conocíamos hasta ahora.
La idea de la privatización, de que aquellos pequeños resquicios de tiempos pasados, diesen beneficio económico no es de ahora, es decir, era una idea que se tenía preparada ya "en épocas de bonanza económica” y con más razón – para ellos, para los capitalistas- en “épocas de crisis”. Es decir, con este pequeño hecho, queda visto en parte, que la privatización de los servicios públicos tenía que ser sí o sí, ya fuesen en épocas buenas - para ellos, para los capitalistas- o en épocas malas – para nosotros, los asalariados, los sintrabajo, lo sincasa, los sinvida-
En aquella época de bonanza económica la privatización era esgrimida como moderna – lo estatal era lo viejo, lo feo, lo obsoleto-, como síntoma de prosperidad, de progresión y todas esas bonitas palabras eran entremezcladas con aquellas otras de gestión y calidad. Según esta corriente de pensamiento, que era y es la dominante, la privatización de los servicios públicos ocasionaría una mejor gestión, lo cual reportaría un menor coste, pero tal hecho no redundaría en la calidad sino todo lo contrario, la calidad de los servicios ofertados resultarían mejores, gracias todo ello a la optimización de los recursos y a la eficiencia en el trabajo prestado. He ahí el cuento de la lechera: los servicios públicos al ser privados iban a costar menos e iban a ser mejores, y todo ello solo por cambiar el modo de gestión, que en vez de estar en manos de funcionarios, de trabajadores que realizan su labor independientemente de que partido político posee en esos momentos el poder ejecutivo, al que le importan las personas y no el beneficio económico, iba a estar en las de las empresas, en trabajadores que van ejecutar su trabajo con el fin de sacar un beneficio económico a esa gestión, que en vez de ver personas ven costes.
Todo aquel cuento podía haber sido así, pero no lo ha sido y de ello pueden dar ejemplo todos aquellos que hemos trabajado para colegios o hospitales privados o concertados, y cuya aspiración tras ello era el trabajar en lo público. ¿Por qué? Los trabajadores tenían derechos, (por ejemplo, el no ser despedido por causas ajenas a tu labor profesional), tenían un sueldo digno y podían llevar cabo su función de manera adecuada y de cierta calidad. Es decir, la clave de la gestión privada es clara, los trabajadores han de ganar poco y trabajar mucho, y para ello es necesario que su trabajo no sea estable, y a ello se le ha de añadir una merma en la calidad, ya sea disminuyendo servicios o personal o material. Y es así como salen las cuentas.
Como decíamos, en la época buena, se empezó a establecer las leyes que debían permitir la privatización de los servicios públicos – creo que no hace falta el señalar, que tan solo aquellos que puedan ser rentables económicamente- , aunque mas bien debemos decir, que se empezó entonces a privatizar no solo en papel sino en la realidad y los ejemplos son claros a lo largo y ancho de todo el estado. En nuestra capital, lo hemos tenido en el Hospital de las Tres Culturas, allí, en las plantas que prestaban un servicio del SESCAM, el personal recibía un sueldo que era un 40% inferior al del Hospital Virgen de la Salud, y allí, las personas a las que se les realizaba operaciones de prótesis de rodilla, estaban ingresadas apenas 2 o 3 días, con una rehabilitación muy deficiente extra hospitalaria, lo cual repercutía en alto porcentajes de infecciones, así como en una negativa a volver operarse en dicho hospital y sí en el Hospital Virgen de la Salud, puesto que en este, estaban ingresadas una media de 7 o 8 días, con un rehabilitación intrahopitalaria y un cuidado médico y enfermero que aumentaba la calidad y reducía los casos de infección. Y este es un simple caso de tantos en la comparación público/privado.
En la actual época de crisis, se sigue proclamando las bellezas de la gestión privada, a pesar del tremendo descalabro ocasionado por esta – y en este caso no nos referimos solo respecto a los servicios (y derechos) públicos, si no mas bien o también en relación al problema mundial ya sea alimenticio, medio ambiental, económico, etc, catástrofes que no son ocasionadas por hambrunas o maremotos enviadas por un dios maligno o por la codicia de unos pocos brockers o empresarios que no saben decir basta. No, todo ello no es resultado de algún error o equivocación del funcionamiento del sistema, sino mas bien es el propio funcionamiento y si no nos gusta que sea así, solo cabe cambiarlo.- Pero ahora lo que se proclama es que a causa de la crisis no es posible sostener los servicios públicos sin cambiarlos, sin “pedir ayuda al capital privado”. Es decir, ya no es solo que lo privado sea mejor, sino que para mantener lo básico – y en ese palabra entraña lo que se ha llamado siempre beneficencia- es necesario, pues no queda otra, que apoyarnos en las empresas. Da igual que tales experiencias en el pasado reciente hayan demostrado que dicha hipótesis era incorrecta ( sanidad y educación privada = mejor calidad en los servicios), y da igual que ahora lo repitamos una y mil veces, al igual que poco importa que en estos momentos en Toledo no se realicen operaciones de prótesis de rodilla o que se quiten las urgencias 24h en algunos pueblos o haya clases de 40 alumnos o que los hijos de los obreros no puedan ir a la universidad o lo que sea, porque da igual las razones de peso que se esgriman, porque tienen razón en que no se dispone de dinero para prestar dichos derechos.
Dejadme un momento para explicarme antes de que me caigan mil injurias. La cuestión principal no es que se quiera dejar una sanidad, una educación, una justicia pública a modo de beneficencia a causa de la crisis económica sino mas bien que ya se pretendía tal fin cuando está no se esperaba – salvo los marxistas, salvo aquellos que ven pasar los años no en días sino en crisis - y la situación macroeconómica era boyante. Es decir, la lucha por público en aquellas épocas buenas residía en la batalla de la gestión y no en la de la necesidad, y esta se podía ganar hasta el siguiente combate, puesto que el capitalismo no iba a permitir el no sacar beneficio de aquello que podía ser rentable y tal hecho es confirmado por la distintas leyes que se aplicaron entonces para dicho fin. Pero ahora, en las épocas malas, la batalla ha cambiado, ya no se ha de decidir entre una gestión u otra, puesto que una, la pública, no dispone de dinero. ¿Y por qué? Ahora podríamos hablar de la corrupción y de los paraísos fiscales, al igual que decimos que uno ha vivido por encima de sus posibilidades por cenar fuera los fines de semana o por hipotecar su vida durante treinta años por 30.000.000 millones de pesetas. Sí, sí, bien sé aquello del “aeropuerto de personas” o de los “Aves vacíos”, pero nos olvidamos que durante un año la deuda castellano manchega (y la de madrileña y la valenciana y la gallega y la andaluza y la murciana y la catalana, es decir, la culpa no es del PSOE o del PP o de Ciu o de quien cojones queramos decir según donde vivamos y los medios de comunicación que leamos) no creció solo por los políticos que gobernaban sino mas bien por el chantaje realizado por los mercados. Sí, la prima de riesgo subía y subía y nuestra deuda empezó a ser considerada como “bono basura”. Y en verdad es así, como nos quedamos sin dinero para lo público – no habrá quien diga, y con razón, que nos olvidamos del tema inmobiliario, pero se ha decir que dicho boom fue en parte el que permitió que proporcionasen dinero a poco interés a las comunidades (si, si, claro que fue todo un engaño, porque en el momento que los mercados quisiesen tendrían cogidos a las comunidades y a los estados por la deuda, y como la crisis demostró que ellos eran causa necesaria y suficiente para el funcionamiento del sistema de producción capitalista, ya que a pesar de su derrumbe, los alzaron sin hacer miras al gasto ocasionado, decidieron que ya era hora de hacer la contrarrevolución planteada hace años, y que mejor que realizarlo que estrangulando a los estados). Es entonces cuando alguien podrá esgrimir que la verdadera culpa es de los mercados y no de los partidos políticos, y nosotros podremos objetar una serie de cuestiones que no se deben olvidar.

-Esos partidos políticos creen que el actual sistema de producción, el capitalista o economía de mercado es el único posible.
-Esos partidos políticos modificaron la constitución para señalar que se anteponía el pago de la deuda a cualquier otro gasto en servicios públicos.

Es decir, los partidos políticos que en las épocas de bonanza económica querían privatizar los servicios públicos (y en algunos casos ya lo hicieron) y así se demostró con las leyes que promulgaron, son los mismos que ahora - ¡cómo no!- señalan que no queda mas remedio y no queda mas remedio porque no tienen dinero y no lo tienen porque tienen que pagar una gran deuda (una deuda impagable), y lo han de hacer porque lo han ante puesto a cualquier otro gasto público que no sea básico – he ahí lo de beneficencia- y es así porque lo han exigido los mercados, y estos han llegado a este punto porque; primero, ya lo tenían preparado (y las razones las dejamos ya escritas en los anteriores artículos), y segundo, tras su brutal derrumbe, tras su tremenda caída, tras la total confirmación de que las ideas de Marx y Lenin eran mas ciertas que nunca, cuando el capitalismo mostró como era y como había sido siempre, un sistema con un apetito voraz que dejaba hambrientos a los hombres, fue entonces cuando los estados indicaron que sin ellos no eran nada, que se aportaría todo el dinero que fuese necesario para que aquello volviese andar, pues necesitaban el rumbo que siempre habían tenido, aquel en el único en el que creían: el capitalismo. Y esto generó mas deuda a los estados y mas fuerza a los capitalistas que decidieron cambiar europa. ¿Quién osaría a decirles que no? ¿A caso aquellos mismos que les hicieron resucitar de sus cenizas?
Por lo tanto, ni el PP, ni el PSOE, ni UpyD, ni CIU, ni PNV, ni Coalición Canaria, ni cualquier otro partido político que asuma la deuda ( que en estos momentos es lo mismo que asumir el sistema capitalista) podrá hacer otra cosa que dejar los servicios públicos a modo de beneficencia, pues no hay dinero. Y no lo hay ni combatiendo el fraude fiscal ni pollas en vinagre. Es decir, podemos hacer todo lo posible por ingresar dinero, pero en este caso tenemos que tener claro dos cosas: Una, que la deuda es impagable. Dos, que aunque fuese posible, siempre estamos a merced de que esta aumente cuando consideren oportuno o necesario. Y esto da otro punto. Tres, si se decidiese retirar el último añadido de la constitución, los mercados podrán obligarnos agregarlo de nuevo aumentando mas la deuda. Es entonces cuando se pueden realizar una serie de preguntas: ¿Y si se decide no pagar la deuda? ¿Y si se decide no anteponer la deuda a los servicios públicos? La respuesta es clara, ello no es posible si se quiere formar parte de un país capitalista.
En definitiva, mientras no antepongamos una alternativa a este sistema y luchemos en nombre de ella; es decir, algo que no sea capitalismo (claramente tampoco queremos la opción del fascismo) y que desde La Mancha Obrera llamamos Socialismo (aunque nosotros somos de proseguir hacia el comunismo), no queda otra posibilidad que la privatización de los servicios públicos y su reducción a beneficencia. Y hacia ese camino vamos.

El mal menor

Nota Jue Feb 21, 2013 11:56 am
<<El mal menor>> Apuraba el cigarrillo mientras rememoraba aquellas palabras dichas hace dos años. <<El mal menor>> Como la picadura de una serpiente o el aguijón de una avispa, problema que se soluciona chupando y escupiendo el veneno o aplicando en la zona una masa de barro. Como una herida en la piel o un golpe en una rodilla, que se cura echando yodo o colocando hielo en la zona inflamada. <<El mal menor>> Pero aquello había cicatrizado, los efectos no se habían demorado quedando perdidos en el tiempo y en el espacio, eran reales y visibles, y como un fuerte puñetazo en la cara le espetaban: “¿El mal menor?”
Apenas habían transcurrido seis meses cuando descubrió que las siglas A.M.C que los medios de información locales señalaban como las correspondientes al autor del robo de cobre en varias fincas de conocidos empresarios de la región, pertenecían a Eduardo Martínez Cerezo, aquel amable joven de 25 años que siempre estaba presto a invitarte a un café a la hora del almuerzo y que durante 3 años trabajó de manera ininterrumpida y sin recibir queja alguna, en la empresa.
Fue hace un año, en una tertulia entre compañeros sobre la “tristeza” de un conocido deportista, cuando uno ellos comentó que el que estaba jodido de verdad era Mahamadou. Hasta entonces tenía asociado ese nombre a aquél musculoso e inocente senegales que durante siete años fue la alegría de la empresa, aquel que sin descuidar ni un ápice su trabajo, siempre tenía tiempo para producir la risa en el apesadumbrado. Pues bien, según decía el compañero, Mahamadou llevaba 8 meses con una fuerte depresión que le impedía salir de casa o le hacía vagar por las calles sin sentido.
Pasado un año y medio, su mujer, al regresar de hacer la compra, le indicó que había visto a Mónica Gutiérrez, la persona mas brillante que había pasado por la empresa, hecho que demostró durante los trece años en los que trabajó de manera impecable en ella. Su mujer señaló que Mónica se había marchado a Alemania hace unos meses, pero apenas aguantó un mes a causa de las leoninas condiciones laborales que la ofrecían y que hace apenas unos días la habían contratado por tres meses como cajera del Mercadona.
Entre lágrimas que recorren de manera desconsolada su arrugada cara, ve y escucha como el presentador del noticiario comunica que Luisa Roja Poveda, una de las mas antiguas y mejores empleadas de la empresa, murió en el día de ayer al tirarse desde el balcón del quinto piso de donde hoy iban a ser desahuciada ella y sus hijos de seis y doce años.
Es entonces, al apagar la televisión o tras escuchar a su mujer o al compañero de trabajo o al cerrar el periódico, cuando recuerda las palabras que con apenas catorce años le dirigió en su primer día de curro el viejo sindicalista comunista. <<Si cedes, te acorralan>> Mismas palabras escuchadas cuando al cumplir dieciocho años comenzó su militancia en el Partido. <<Si cedes, te acorralan>> Y frase que se repitió antes, durante y después de comunicar el resultado de la negociación. <<Si cedes, te acorralan>>.
“Muchos dirán hoy que hemos elegido el mal menor, ¿pero que otra opción teníamos? Claramente no nos gusta el resultado final, pero sinceramente, no había otro: O un recorte de la tercera parte de la plantilla o el cierre de la empresa. Es por ello que no nos ha quedado mas remedio que escoger el mal menor, sin olvidar que hemos luchado lo posible para que los despedidos lo sean con unas condiciones mejores que las que ofrece la actual reforma laboral. Ahora está en vuestra mano el decidir si aceptáis la propuesta alcanzada en la negociación o no. Por nuestra parte no podemos hacer nada más.”
Fue en aquella asamblea cuando vio por última vez a Eduardo, a Mahamadou, a Mónica y a Luisa, y a tantos otros que fueron despedidos tras aquel día para evitar ¿un mal mayor?

Juego amañado

Nota Mar Mar 19, 2013 6:35 pm
A los trece años se dio cuenta que era de “izquierdas” oyendo a Julio Anguita por la televisión, pero no fue hasta los diecisiete años cuando leyó por primera vez El Manifiesto Comunista y se declaró como tal. Fue durante la década siguiente cuando empezó a devorar y estudiar las obras de Marx, Lenin y Engels con detenimiento y detalle, pero hasta los treinta no se afilió al Partido y comenzó a ver los entresijos de la lucha obrera.
A partir de los treinta años Álvaro empezó a escribir artículos en una página de clase, en los ratos libres que encontraba después de trabajar. En un primer momento comenzó a escribir sobre los conceptos generales de la “izquierda”, haciendo especial hincapié en el Socialismo, idea, que según Álvaro, la “izquierda” había abandonado o la había perdido durante el cambio de siglo. “El Socialismo es la única alternativa que puede ofrecer el pueblo asalariado”, solía repetir. Con el paso del tiempo fue haciéndose más crítico e incisivo.

-Es muy fácil hablar desde tu posición – le espetó una trabajadora de un supermercado al conocer quién era.
-Peor sería que no lo haría.
-Pero no entiendes, que no es tan sencillo.
-Es muy complicado – dijo Álvaro de manera calmada – Pero es nuestra obligación saber el suelo que pisamos, el no dejarnos engañar con falsas victorias, el ser conscientes de que nos estamos comportando como unos cobardes, que en verdad no aspiramos a cambiar nada.
-¡Pero a caso sabes lo que es luchar para poder trabajar!
-Sé que en nada nos diferenciamos de los esclavos y como tal nos comportamos.

De vez en cuando, tras finalizar las numerosas manifestaciones que semana sí y semana también acababan en la céntrica plaza, Álvaro recibía similares críticas en las conversaciones en las que formaba parte. Poco a poco en su crítica fueron incorporándose los partidos y los sindicatos.

-Eres libre para decir lo que quieras decir, pero es muy fácil estar detrás de un ordenador.
-Hoy estoy aquí y no es la primera vez – dijo de manera sosegada mientras mas gente acudía a la concentración convocada por los sindicatos.
-Pero poco trabajando para la organización.
-¿Cuál es nuestro trabajo? ¿Conseguir votos? ¿Entrar a formar parte de la mesa de negociación? ¿A eso queda reducida la vanguardia de la clase obrera? Creo que la desunión radica en que hemos perdido el norte, todos.
-¿Qué norte?
-Joder - ¿Cómo se puede uno hacer, a estas alturas, esa cuestión?, pensó, pero dijo - ¡Marx! ¡El Socialismo! ¡Todo el poder para la clase obrera! ¿Sin ello qué somos? Otros parlanchines más, lo cual hace que el obrero este sin brújula y diga estupideces.
-Un respeto- dijo una mujer que estaba escuchando la conversación.
-No creo faltar a nadie si digo que es absurdo el querer luchar sin conceptos claves, sin presencia de organizaciones, sin símbolos históricos
-¡Ya, ya, en la URSS vivían de puta madre! -dijo un hombre que formaba parte del corrillo – Siempre la misma cantinela – le comentó a un compañero mientras se marchaba donde estaban los de su sindicato.
-¿Quién ha hablado de la URSS aquí? Hablamos de Socialismo, el cual hay que mostrar tanto detrás de una pantalla de ordenador como en la calle, tanto en los lugares de trabajo como en el congreso de los diputados. Sin ello somos un engaño y los trabajadores están engañados.
-¿Pues trabaja para ello?
-¿A caso hago otra cosa?
-Pero no en la organización.
-El sindicato ha de hablar de plusvalía, de tasa de ganancia, de lucha de clases, de poder popular y no lo hace. El Partido ha de hablar de Socialismo, de dictadura del proletariado, de destrucción del Estado y no lo hace. Y el pueblo trabajador debería luchar siendo conscientes de estas ideás y hechos carentes de utopía. Las organizaciones apenas hablan de poner parches bienintencionados para que el capitalismo en vez de ser salvaje presente una cara amable y el pueblo...¡joder! el pueblo lucha solo por no estar cada día peor. ¡No esto perder el norte!
-Pero todo no es tan fácil como hablar.
-Pero habrá que hablar para poder hacer
-Pero...
-¿Desde cuando los revolucionarios son reformistas?
-Pero...
-Es hora de poner las cartas sobre la mesa y explicar que el juego está amañado.

¡CULPABLES!

Nota Sab Abr 27, 2013 9:55 am
-¡La culpa es tuya, y tuya, y tuya, y tuya, y mía también!

Dijo severamente señalando a su cuñado(carretillero), a su hermana (trabajadora del McDonald), a su padre (camionero) y a su madre(limpiadora), a modo de refutar el discurso fascista y racista que cala fácilmente en épocas de crisis en la clase obrera: qué si los gitanos adquieren fácilmente cualquier ayuda del estado (“¿Cambiarías tu situación social por la suya?”), qué los chinos están haciendo desaparecer los comercios de barrio (“¿Más que Carrefour, Eroski o Mercadona?, ¿A caso la obreros compran la ropa en las tiendas de los chinos o bien en el “monopolio” de Amancio Ortega, cuya ropa la cosen y la cortan chinos por menos de un euro?”), qué hay mucha gente que prefiere cobrar el paro que trabajar o bien trabajan en negro, (“¿Pero no es culpable aquel que les contrata de manera ilegal?), qué hemos pedido hipotecas por encima de nuestras posibilidades (“¿Pero quien las daba? Y en todo caso, ¿el obrero mientras trabajaba no pagaba mensualmente su usurera hipoteca?”), qué los inmigrantes han quitado trabajo a los españoles a cambio de trabajar más y cobrar menos ( “¿Pero es exclusivo de los extranjeros? A mi me han dicho compañeras que ellas mientras mantengan su puesto de trabajo no van a protestar ni a luchar ni aunque cobren 800 euros ¡Y actualmente cobramos 1800 euros!”)

- ¿Qué estamos haciendo y qué hemos hecho hasta ahora para evitar la que nos está cayendo y nos va a caer? Cada uno va a lo suyo y solo protesta para quejarse de los sindicatos...
- ¿Es que son unos vendidos?
- Claro que sí, muy bien, los sindicatos son culpables y por ello los trabajadores decidieron organizarse por su cuenta, ¿Pero cuántos formaron parte de las distintas plataformas o mareas? Una minoria. Los trabajadores no luchan por miedo.
- ¡Es que si te manifiestas o haces huelga, puede que te quedes sin trabajo!
- Tienes razón y en cierta manera lo entiendo, ¡cómo no entenderlo! Pero entonces no seamos tan tontos de criticar los piquetes. Pero aún así, aquellos que dicen lo que acabas de decir, tampoco hacen huelga o luchan o protestan cuando están sin empleo. ¿Entonces cual es la razón?

Ni el padre, ni la madre, ni la hermana, ni el cuñado respondieron.

- Mucho hablamos de la sanidad, de la educación, de los servicios sociales, de la universidad, de las pensiones, de su desaparición absoluta para los trabajadores y sus hijos. ¿Pero ello es a causa de la crisis o bien llevan mas de veinte años pensando en la privatización social, en que nada sea público excepto la “beneficencia”? Pero lo que verdaderamente deberíamos preguntarnos es por qué teníamos una sanidad o una universidad publica.
- Porque hace años lucharon por ello – dijo la hermana
- Eso es, lucharon. ¿Pero cómo?

De nuevo, nadie de la mesa respondió:

- Lucharon saliendo en la calle, siendo encarcelados o asesinados, y gracias a ellos, solo a ellos, se consiguió como resultado la miseria que ahora nos quieren arrebatar. ¡Ni esos derechos básicos nos dejan tener! Y que hacemos nosotros mientras tanto: culpar al negro o al extranjero o al compañero o a los sindicatos o a los partidos, todo para no señalar que cada uno de nosotros es también culpable.
¿Por miedo, me decías antes? Claro que sí, pero por un miedo que nuestros abuelos transmitieron a nuestros padres y ellos a nosotros y posiblemente nosotros a nuestros hijos, el miedo paternal normal: “Ten cuidado, hijo” , “No te metas en líos”, “¿Qué vas a conseguir?”. Un miedo del que es consciente el amo y que hace posible que ni mil esclavos se subleven contra él y le maten (y le arrebaten la tierra). Pero aun así, entre 1975 y 1977, mas de 600 personas en españa fueron asesinadas por luchar contra ese miedo, por luchar porque tuviésemos una educación, una sanidad, un sueldo, una vivienda, una pensión digna que la dictadura negaba, es decir lucharon por la libertad. ¿Y que haces ahora tú o tú o tú o tú, o incluso yo? ¿Qué hacemos? ¿A caso creemos que los derechos que hasta ahora tenemos los adquirimos por el comportamiento de absoluta quietud de nuestros padres o nuestros abuelos o los nuestros?
Pues bien o cambiamos y nos quitamos ese miedo a “meternos en líos” o la situación solo tiene un camino: empeorar. Y es que las quejas y las protestas de sobremesa apenas sirven para mantener nuestra conciencia tranquila, gracias a la acción fácil y cómoda de delegar las responsabilidades siempre en los otros.

Y un silenció reflexivo inundó el comedor.

Por un plato de lentejas

Nota Dom May 19, 2013 10:39 am
La pareja estaba tumbada en sendas hamacas, habían aprovechado el buen tiempo que había traído la finalización de la primavera para acondicionar y limpiar el porche y el patio. Habían colocado en el primero una mesa baja y tres cómodos sillones, dos cortinas abiertas que caían desde el techado generaban un agradable ambiente junto con una decena de velas de distintos tamaños y colores. El segundo estaba acondicionado a la derecha con una mesa y seis confortables sillas, cubiertas con su respectivo parasol, junto a este conjunto se encontraba a la lo largo del muro derecho un pequeño huerto recién sembrado que acababa al fondo en la blanca y limpia barbacoa de piedra, justo en el otro extremo, la depuradora de la piscina había sido puesto en marcha, y tras la rectangular piscina se hallaba un pequeño jardín en donde descansaba la pareja, que ahora sentadas abrían una botella de vino de la tierra:

- Me encanta este Pago de Carraovejas – tras olerlo, el hombre dijo- Es balsámico, con notas de fruta madura bien integrada con los tostados de la madera.
- Es sabroso, elegante y con taninos dulces. - dijo la mujer tras probarlo.

Tras ello brindaron y observaron en silencio el resultado del trabajo realizado mientras vaciaban las copas. Fue al llenarlas de nuevo, cuando la mujer dijo:

- ¿Te imaginas lo que hubiésemos dicho, tú y yo de jóvenes, de nosotros?
- ¿No sé que quieres decir? - dijo el hombre.
- Recuerda aquella pareja de universitarios, el uno dedicando mas tiempo al nuevo sindicato que a la carrera que a trancas y barrancas finalmente terminó, y la una dirigiendo y organizando las distintas cédulas del campus. ¿Puedes imaginar lo que podrían pensar esos dos que fuimos si tras ser aporreados tras una manifestación o tras ir de visita a la cárcel o al regreso del funeral del camarada asesinado hubiésemos entrado en un patio como este? ¿Qué hubiésemos pensado de aquella pareja de cincuentones, que somos ahora nosotros?
- Sigo sin entender adonde quieres llegar. Nosotros hemos luchado mucho y no nos hemos rendido. Te recuerdo que tengo una multa de mas de mil euros a causa de las últimas huelgas. Y tú te pasas mas tiempo en el Partido que en casa. ¿A caso no tenemos derecho a nuestro pequeño rincón?
- No lo discuto, ni reniego, solo pregunto, ¿qué hubiésemos pensado de nosotros?

El hombre dejó la copa vacía y cogió la botella, mirando durante unos segundos el sobrio paisaje castellano que presentaba la etiqueta de la botella, tras ello la posó en la mesita de jardín y dijo:

- ¡Malditos burgueses acomodados!, es lo que les hubiese gritado en su puta cara. ¡No os da vergüenza!, les hubiese recriminado.
- ¿Y si encima te enteras que son dirigentes del Partido y del Sindicato?
- No eres justa – dijo el hombre con rostro serio.
- ¿Por qué? Ciertamente, lo necesito saber, ¿por qué?

El hombre sintió frío, se levantó, dirigiéndose hasta el porche donde cogió dos chaquetas, tras ponerse la suya y acercarle la otra a su pareja, se mesó la cuidada barba y de manera lastimosa declaró:

- A caso no lucho todos los días para evitar despidos, para impedir que los sueldos desciendan cada vez mas. No soy a caso yo el que lucho ante la indiferencia general que apenas habla para criticarnos.
- Aquella joven que fui, al escuchar esas palabras, hubiese respondido: [i]¡Meteros por el culo vuestra mísera lucha sindical! No os da vergüenza el sentiros orgullosos de la mendicidad que lográis cuando la clase obrera está siendo mas explotada que nunca. ¡Lucha de clases y Revolución! Es el único camino real.
- ¿Eso es lo que piensas?
- No, no lo pienso, ¡y ese es el problema! Incluso puedo decirte sin sentir ni un mínimo atisbo de vergüenza, que aquella joven me da un poco de lastima. Hoy, la diría de manera severa, ¡Quién te crees para hablarnos de ese modo! ¿A caso con tus proclamas revolucionarias evitas algún despido o consigues que las condiciones laborales de los trabajadores no empeoren?Dices, ¡Todo para la clase obrera! ¡Socialicemos los medios de produción! ¿Crees que no lo conozco? ¿Que no estoy de acuerdo con ello?Pero hay que ser realistas y entender que a día de hoy no se dan las condiciones objetivas.


El hombre recuperó en parte la sonrisa y con ella mira a la mujer a la que ofrece un nuevo vaso de vino.

- Aprendemos con la edad.
- ¿Tú crees? Creo que el joven que fuiste se hubiese rebelado ante la vieja gloría del partido que se atreve a dar lecciones desde un chalet de 300 m2 mientras degusta un vino caro.
- ¡Nadie nos ha regalado nada!
- Y bien de trabajo y de años que nos ha costado el tenerlo. ¿Pero ello justifica nuestro cambio de actitud, nuestro acomodamiento?
-¿A dónde quieres llegar?
- Nosotros pensábamos como pensábamos, entre otras cosas, porque entonces no teníamos nada, porque sufríamos en nuestras carnes la explotación patronal, ¿Y ahora? ¿Cómo puede entender nuestra actitud aquel que no tiene trabajo, ni sueldo, ni casa o aquel que no va a poder estudiar en la universidad o aquel al que golpean impunemente en las calles? ¿A quién conoces tú, no digo compañeros, sino amigos, de la vieja guardia, que no tenga trabajo o casa o sueldo? ¿Hace cuánto que no pisamos la cárcel?

El hombre dejo nuevamente la copa de vino en la mesita y se mesó el cabello con cara de preocupación.

- Estas siendo injusta
- ¿Y nosotros con ellos? ¿Sí fuésemos como ellos, es decir, si volviésemos a tener carencias, pensaríamos como pensamos ahora o bien volveríamos a pensar como pensábamos? Y en todo caso, ¿ por qué luchábamos? ¿Por mejorar las condiciones de vida particulares o de la totalidad de la clase trabajadora? En definitiva, nos vendimos por un mísero plato de lentejas.

El hombre realizó una lenta mirada a su alrededor, tras ello respiró profundamente y ofreciendo una triste sonrisa a la mujer, dijo:

- Nos hemos convertido en aquello que odiábamos.
- Pero aun estamos a tiempo de retirar el falso velo de la sensatez, de la estabilidad, de la paz social, de la democracia, que nos ciega y con ello ser, no aquellos que fuimos, sino mas bien, pensar hoy como pensábamos ayer.
- ¿Crees que aun podemos?
- Es ahora o nunca.


*Versión libre de una escena de la película Las nieves del Kilimanjaro de Robert Guédiguian: https://www.youtube.com/watch?v=24zPKGmkMHQ

La brújula

Nota Dom Oct 06, 2013 1:07 pm
La brújula


Llevaban mas de veinte años perdidos, vagando sin dirección de aquí para allá, en busca de su lugar.
Marcharon hacia el mar. Y no lo encontraron.
Se dirigieron hacia las llanuras, los valles y las montañas. Y no lo encontraron.
Fueron por aire, mar y tierra. Y no lo encontraron.
Y con la llegada de la desesperación y la ausencia de comida, comenzaron a comerse entre ellos.
El día que divisaron la bandera roja advirtieron que en ese lugar ya habían estado. Pues allí habían enterrado a sus primeros muertos. Observaron que en la franja izquierda que delimitaba el sobrio camposanto sobresalía un objeto. Tras desenterrarlo por completo vieron la antigua pieza olvidada: la brújula.
Tras hallar sus marcas: uno, ocho, cuatro, ocho, uno, nueve, uno, siete, algunos empezaron a decir:
¿Y si...?

Fue al alba, con ella en la mano, cuando de nuevo encontraron el Norte... en el Sur.

La Línea

Nota Vie Nov 15, 2013 7:12 pm
La Línea


Había pasado un año desde el último disparo, y ello había ido minando de manera progresiva a la Resistencia. Tres años atrás habían aparecido de manera abrupta los tanques y los aviones que vertiginosamente habían conseguido conquistar varios y amplios territorios sin apenas oposición. Fue entonces cuando se empezó a constituir la Resistencia, a la cual se iban sumando mas y mas personas al observar la crueldad del Ejercito Invasor en los territorios conquistados. Gracias a la Resistencia el avance fue cada vez mas lento.
Fue en “La Línea” donde los dos ejércitos empezaron a combatir, uno para avanzar y el otro para no retroceder. Pasados dos meses, cientos de miles de muertos en ambos bandos y una ingesta cantidad de munición descargada, no se había producido ni un mínimo avance o retroceso. Durante los siguientes seis meses la guerra se convirtió en intermitente, alternado periodos de relativa calma con otros de intensa batalla.

- Y esto es muy extraño.

Palabras del capitán Guss al oficial Sarg, mientras, como cada día, observaban “La Línea”, con sus tanques estacionados, sus vacías trincheras y el silencioso cielo que les cubría.

- ¿Y usted que opina de ello?
- No sé, es muy extraño.

Mismas palabras que, durante el último año, el capitán Guss repetía cada semana en el Consejo y que eran desoídas en la mayoría de los casos o bien repelidas.

- ¿Y qué propone el capitán Guss? - decía de vez en cuando el altanero capitán Noss- ¿A caso pasar a la ofensiva? - y tras mostrar una amplia sonrisa, continuaba severamente- ¿Tan rápido se ha olvidado de lo acontecido en el “Día R”? Pues ha millares de personas que no serán capaces de olvidarlo en toda su vida.


Dos años atrás, durante el periodo de guerra intermitente y tras dos meses sin un solo disparo, el carismático capitán Guss propuso con un vivo y entusiasta discurso, el pasar a la ofensiva. Las reticencias del Consejo fueron poco a poco desapareciendo al asumir la mayoría de la Resistencia la posición del capitán Guss. Fue entonces cuando al Consejo no le quedo mas remedio que dar luz verde a lo que se denominó como “Día R”.
Los días previos al “Día R” la Resistencia recuperó el entusiasmo, la valentía y el desparpajo de aquellos, ahora, lejanos días, cuando el pueblo tomó las armas e impidió el avance.

- ¡Mañana, por fin, atravesaremos “La Línea”!

Pero en el “Día R” tras alcanzar con suma tranquilidad “La Línea”, de manera abrupta apareció el ingente Ejercito Invasor por todos los flancos y al unísono los fusiles, los tanques y los aviones empezaron a descargar su artilleria. Pasados apenas diez minutos, llegó la calma y el capitán Guss pudo observar su resultado: cinco mil muertos.
Aquello nunca lo olvidó el capitán Guss y ocupaba su mente cada día que observaba la quietud de “La Línea”


Fue en la última noche del año, cuando el capitán Guss, tras brindar con el oficial Sarg, dijo ante el profundo silencio que ofrecía “La Línea”

- Durante estos dos años, en numerosas ocasiones me ha preguntado sobre lo que pienso de esta insólita situación que estamos viviendo. Mi escueta respuesta nunca varió y no crea que era por ocultar mis pensamientos, sino mas bien, que en verdad no sabía que pensar. Pero hoy si lo sé: No hay otra salida que pasar a la ofensiva.

- Pero...

- Ya sé lo que me va a decir. Y sí, para decir lo que estoy diciendo tengo presente el "Día R", pero también lo que pasó al día siguiente. ¿A caso no es cierto que ha sido el último momento en el que la Resistencia volvió a ser lo que fue? ¿E igualmente no es verdad que al día siguiente se presentaron mas diez mil voluntarios para plantar batalla al Ejercito Invasor? ¿ Y no es cierto que toda aquella ebullición, aquella fuerza incipiente que recordaba los primeros años, fue frenada por la política de repliegue y contención del Consejo?

- Pero...

- ¿Le parece normal que el frente esté estos días desguarnecido a causa de la loca decisión del Consejo de otorgar el permiso a la mayoría de los miembros de la cada vez mas decreciente Resistencia? ¿A caso cree usted, al igual que ellos, que ya no hay guerra, que esta insólita situación va a permanecer? ¿No cree que el Ejercito invasor solamente esta esperando el momento para atacar, que ellos nunca han abandonado la ofensiva, qué cómo demostró el “Día R”, ellos no dejan el frente abandonado, pues son conscientes de que están en una guerra que van a ganar?
¿Y sabe por qué? Porque no luchamos por vencer sino para que la derrota sea la mas leve posible.

- ¿Y qué propone, qué pasemos a la ofensiva?

- Hoy, ya es demasiado tarde. Pero no hay otra salida ni otra esperanza.

Fue entonces, con el sonido de las esperadas campanas, cuando en la “La Linea” empezó a surgir un ruido ensordecedor y el cielo se iluminó. No había llegado aun la luz del día cuando la Resistencia capituló.

Memoria de una derrota: El juez



“En una ocasión, mas bien la única vez que me encontré a solas con tu abuela, me comentó, “El niño ha salido en la lectura a su abuelo”, ¿Sabías de la afición por la lectura de tu abuelo?”, yo negué con la cabeza, “Zarzuelo no conoció a su padre, ¿la causa?, gripe o tuberculosis o neumonia, quién sabe, lo único seguro según recuerda mi padre es que fue campesino desde los siete años a los veintinueve en los que se fue de este mundo. Mi padre por aquella época regresó de las américas y pasó a ejercer su cargo en tierras palentinas, siendo ahí donde conoce al joven padre Pablo Rivas Cabañas y a la joven madre Juliana Zarzuelo Paredes. Ante la muerte de su marido y con un niño a quien alimentar, Juliana es contratada por mi padre, que adquiere un afecto por el pequeño Zarzuelo, excluyendo cualquier clase de favor, exceptuando el de permitir que el niño lea aquellos libros que le parece tanto interesar. Gracias a ello el joven Zarzuelo adquiere cierta cultura y comienza a admirar a un gran pensador del que mi padre posee gran cantidad de escritos gracias a su amistad, ¿adivinas a quién empieza admirar?”, es el único momento en el que don Augusto Monegro sonríe y sin esperar mi respuesta, se contesta, “A don Miguel de Unamuno. Según mi padre, Zarzuelo se hizo socialista por don Miguel de Unamuno, no es que no creyese en el socialismo, sino que todo lo que leía y escuchaba era la visión de don Miguel de Unamuno, la que mejor entendía y en la que mas creía como acertada. Por ello no hay duda de que Zarzuelo se alegró de la marcha de alfonso XIII y de primo de rivera y de la llegada el catorce de abril de milnuevecientostreintayuno de la república a españa. Pero de la misma manera que le ocurrió a Don Miguel de Unamuno o mas bien a causa o por ello, a partir del treintaytres Zarzuelo dejó de ser socialista con carnet, aun sin ello, mantuvo junto a sus compañeros las reivindicaciones de la época, “En ello salió a su padre”, me dijo en una ocasión mi padre.
En milnuevecientostreintaycuatro Zarzuelo se casó con tu abuela y en milnuevecientostreintayseis nace tu padre, siendo mi padre su padrino. Entre ambas fechas acontece un hecho de vital importancia para Zarzuelo. Tu abuela embarazada, de mas o menos, cuatro o cinco meses, reza el ángelus junto a un grupo de mujeres del pueblo, es entonces cuando un grupo de forasteros entran en la iglesia y con cirios en la mano se dirigen al altar en donde se encuentra aquel día el obispo don Manuel González, ante esta escena las mujeres abandonan sus rezos y se colocan entre los forasteros y el altar, tu abuela se coloca delante de ellas, pero su estado no los amilana y la empujan contra el suelo, tras ello, las demás mujeres se preocupan por tu abuela, el resto de la historia es leyenda y dice que tras encender los cirios y prender fuego al altar en donde se encuentra atado el señor obispo, se marchan, siendo entonces cuando una luz que emana de la Virgen del Milagro apaga todo el fuego. Pero de esto nada recuerda tu abuela ni mucho menos don Manuel González, que en una ocasión al preguntarle sobre tal hecho, me lo negó. Lo cierto es que Zarzuelo, en vísperas del catorce de abril de milnuevecientostreintayuno, sintió lo que meses mas tarde pronunciará su adorado don Miguel de Unamuno en una entrevista a Jérôme Tharaud, “Las inauditas salvajadas de las hordas marxistas, rojas, exceden toda descripción y he de ahorrarme retórica barata. Y dan el tono no socialistas, ni comunistas, ni sindicalistas, ni anarquistas, sino bandas de malhechores degenerados, excriminales natos sin ideología alguna que van a satisfacer feroces pasiones atávicas sin ideología alguna.”
Tu padre nació, pero tu abuela y tu abuelo sufrieron para lograrlo, la primera presenta varias metrorragias a partir de aquel suceso, precisando, según el ginecólogo que enviamos, reposo absoluto en cama, y el segundo sin trabajo a causa del desorden que causo en varios pueblos de alrededor, pero por suerte evitamos que fuese preso. En la posterior actitud de Zarzuelo también ha de tener cierta relevancia como te puedes imaginar el hecho de que don Miguel de Unamuno apoyase el alzamiento, de igual manera que la inútil lucha en el pueblo, que cae rendido bajo el yugo del ejercito nacional. Tu padre no duda, una vez que su hijo ha nacido y su mujer se encuentra en perfecto estado, en alistarse en el ejercito nacional y gracias a mi padre, con cierta reputación, gracias a los desagradables hechos acontecidos en primera persona meses antes por tu abuela y tu abuelo. Zarzuelo es en esa época un hombre sin piedad, que lucha, no por él, ni por su mujer, ni por su hijo, sino por españa, pero no por una españa fascista, si no porque españa no fuese extranjera, evitando por todo los medios que en ella se encapsulase el tumor del extremismo.
¿Por qué se hizo falangista? Lo fueron don Haro Tecglen, don Torrente Ballester y don Manuel Machado, ¿quién era Zarzuelo para no hacerlo? Zarzuelo, como tantos otros, no vivió aquella época, mas bien aquella época vivió en ellos. Y claro que hubo quienes no se rindieron, quienes mantuvieron lo que hasta entonces habían dicho, ahí tenemos fusilados como don García Lorca, muertos en la cárcel como don Miguel Hernández, presos que se mantienen en españa como don Buero Vallejo y personas libres como don Vicente Aleixandre, este ultimo premio nobel antes que don Jacinto Cela. ¿Qué quiero decir con todo esto?”, No espera mi respuesta, solo otra porción de turrón, “Zarzuelo se comportó como consideró adecuado, y durante la guerra, con la conciencia tranquila, otra cuestión es cuando esta finaliza, pero entonces acontece un hecho que le hace continuar por la senda de la violencia.
El veinte de noviembre de milnuevecientoscuarentaycuatro, día de fiesta en el pueblo, mi padre y tu abuelo se encuentran juntos tomando un vino en una barraca de la feria junto al alcalde del pueblo, mientras sus hijos vigilados por sus madres juegan en alguna atracción traída para celebrar aquel día. Mi padre recuerda que aunque la música aun sonaba escuchó un silencio y tras ello un disparo dirigido contra el alcalde, mi padre lo empuja, pero por desgracia, toda bala alcanza un cuerpo y en este caso le llega a una niña que se encontraba detrás de ellos para pedirles limosna. Ello hace que al mes se forme en el pueblo aquel grupo de pistoleros que ya conoces.”
En esta ocasión la interrupción no es a causa de alcanzar una nueva porción del dulce navideño, se levanta del sillón y dice, “Un poco de vino no nos vendrá mal, además, tengo la boca seca.” Se acerca al mueble bar del que coge una botella de vino y dos copas, tras servir y esperar a que lo pruebe primero, da un pequeño sorbo y a continuación otro con el que vaciá la copa.

Memoria de una derrota: La mujer


“Pedro tuvo que acomodarse como nadie a la época y a las circunstancias en las que le tocó vivir. Fue su madre la que le incitó a leer, mas bien la que le obligó a leer y no cuentos, no, si no los libros del señorito, perdón, de tu padre, el señor Monegro. Ahora a usted le puede parecer mentira o innecesario, pero en aquel momento Juliana es plenamente consciente de que en su situación ha de hacer todo lo posible para que tu padre, el señor Monegro este contentos de ellos y según su idea, el hecho de que Pedro muestre cierta apetencia cultural ha de contentarle. Pedro recordó siempre como siendo niño después de trabajar no podía ir a jugar con sus compañeros de fatiga y que debía ir a casa a leer cualquier libro que el señor Monegro tuviese en casa. Su afición por Unamuno presentó doble causa, la primera es clara, el gusto de tu padre por aquel pensador salmantino y la segunda, porque a pesar de presentar temas de cierta profundidad, no era difícil de leer, sino todo lo contrario, muy amenos, aun sin discernir la cabida de las ideas del autor. Y del mismo modo su afiliación socialista, bien sabía Pedro que al señor Monegro no le enfadaría tal acto, pues era asiduo lector de los artículos del exiliado, y de manera ligera había mostrado su respeto por estos, al contrario de los comunistas y de los anarquistas, y por otra parte, Pedro podía luchar por una mejora en el campo, “Que nos haga libres”, recuerdo que me decía cuando aun eramos novios, y ante mi preocupación por lo que le podía acarrear tales ideas, su madre, Juliana, me decía, “No te preocupes, lleva con ello toda la vida. Desde pequeño tiene la idea de que este mundo esta mal hecho, que no es justo. Nunca ha entendido que esto ha de ser así y que de esta manera siempre ha sido, pero es demasiado inteligente para que tal idea lo condene.”
Pedro tuvo desde siempre muy claras sus ideas, pero igualmente sabía que tenía que andar con cuidado. Nunca me impidió ir a misa, a pesar de que en casa me mostraba con hechos las actuaciones de la iglesia, “Siempre al lado del opresor”, repetía una y otra vez. Pero un día, tras comer, con cara sería me dijo, “Hoy no vayas al ángelus.”, yo viendo la seriedad de su rostro, no me negué, pero lo desobedecí. Durante la cena le conté lo sucedido y le pedí perdón con lágrimas en los ojos, pero con su rostro afable me dijo, “Soy yo quien he de pedirte perdón. Os he puesto en peligro por callarme.”, para a continuación relatarme lo que había escuchado de un forastero.
Este hecho, el nacimiento de Pascual y las palabras de tu padre sobre que dicho acontecimiento en el pueblo era repetido por el resto del país, hicieron que Pedro abandonase la causa, “Por ti y por él.” Lo de luchar con el bando nacional le trajo muchas penurias interiores, pero como bien me dijo, “No quiero que mi hijo no tenga padre ni tú esposo”. Su adhesión a la falange fue debido tanto a la obligatoriedad en el pueblo, que a los pocos día del alzamiento estuvo bajo su yugo, como a la recomendación de tu padre, “Me ha dicho que no hay otra salida.” me dijo el día que se alistó. Sufrió mucho durante la guerra sabiendo que estaba en el bando contrario, “No sabes como son estos” me decía cada vez que venía de permiso. Acabada la guerra, Pedro se convierte en un hombre taciturno en casa y fuera, pero hay días en los que no puede más y cae bajo mis brazos y llora y se confiesa. Yo le digo que espere, que tarde o temprano escampará y de ese modo, poco a poco, día a día nuestra vida comienza a ser como lo fue antes y Pedro inicia ciertos contactos con aquellos antiguos compañeros que están en el monte escondidos, “Me devuelven la vida.”
A pesar de la pobreza imperante, la vida vuelve prácticamente a la normalidad de nuestros padres o nuestros abuelos y paradójicamente por el pasado de Pedro vivimos en libertad y sin miseria. Fui yo quien le animó a que ayudase de manera clandestina a sus antiguos compañeros. De cierta manera se puede decir que fueron nuestros años mas felices, hasta el fallido atentado contra el alcalde. Para Pedro el plan era perfecto, no podía fallar e iba a ser la llama que indicase que aun existía resistencia. Tras aquello se convirtió en un pistolero, pero no por mi o por Pascual, no por sobrevivir, por resistir de nuevo bajo el bando contrario, no, “Si no lo hago, os mataran y me pudriré en la cárcel” y aquellas palabras eran la repetición de las dichas por tu padre.
Hasta que un día dije basta, “No quiero vivir de nuevo lo ya vivido, no quiero que no vivas por nosotros, te estás matando en vida, no estás viviendo tu vida y si sigues así nunca podrás vivir. Sé libre y lucha por la libertad. Haz lo que creas conveniente, lo que tu creas, ¿quieres irte al monte? Pues vete. Y sino asume tu condena, que nosotros asumiremos nuestra muerte, pero yo no puedo aguantar mas como te vas matando de nuevo. ¿Has pensado cómo vas a sobrevivir a esto? Ya no estás en una guerra, ahora matáis por vileza, ¿en qué te vas a poder escudar cuando esto llegue a su término? No hay salida y yo quiero a mi marido, ya sea vivo o muerto, pero no bajo el yugo de nadie, ¿para qué? Te quiero, pero creo que si sigues con esto no te podré querer más. Bien sé que no eres un asesino, pero asesinas, ya sé que nunca a nadie conocido, pero bien sabes al día siguiente que has matado a alguien por la venganza de otro. Has dejado de cultivar para la riqueza de otro para matar por la sed de alguno. Di que no, que ya has cumplido con tu pena porque sino iré yo y le recordaré a Juliana. Por favor, di que no seguirás más, quiero a mi esposo y bien sé que lo estoy perdiendo, bien sé que si sigues no serás un buen padre porque cualquier día te volaras la cabeza o te colgarás de un árbol, bien sé que si no cualquier día te abandonaré porque ya no eres aquel hombre con el que me casé. Has de luchar, pero no por mi o por tu hijo, sino por ti, un día más y ya será demasiado tarde.”
Sé que fui osada, pero era un malvivir a pesar de que nuestra familia fuese cada vez mas respetada, y además sabía que le estaba diciendo lo que cada noche de aquellos casi dos años se repetía al acostarse. Al día siguiente fue a hablar con el señor Monegro, tu padre, al que de manera lacónica le dijo, “Me voy al monte para matarle.”

Memoria de una derrota: el hijo



“¿Para qué subió mi padre al monte? ¿Quién lo mató? Mucho he pensado en ello o mas bien nunca dejo de pensarlo, por lo que dispongo de mil historias o versiones. En unas mi padre es un fascista reconocido, en otra un fascista por necesidad, en otra presenta piel de fascista y alma de rojo, en otras un rojo cobarde o un fascista cobarde, en otras un pelele o una marioneta, pero fuese lo que fuese, la subida al monte fue idea suya y con una misión. Y con ello no me refiero a que fuese a matar rojos o a unirse a ellos, sino un objetivo personal independiente de fascistas y de rojos, olvidándose por un instante de mi madre y de mi, pensando solo en él y en su vida, importándole poco todo lo anterior en el que existía la influencia del país en el que vivía, del escritor que leía, del patrón para el que servia, de la mujer a la que amaba, del hijo que no debía de ser como él. Aquel día solo era él, como si nada mas existiese en el mundo, solo él, dirigiéndose a su destino. Fuese lo que fuese mi padre se consideró culpable, en base a él, no a los demás y por tanto decidió por él, hallando una única solución. Solo la muerte carece de de culpabilidad.
Hubo un momento que pensé que mi padre subió al monte para unirse a los maquis y de ese modo recuperar el rumbo de su vida, siendo consciente de que ello le llevaría a la muerte, ¿Cuándo?, en unos meses o a los años, pero tuve que desestimar esa idea, pues mi padre no podría dormir esos meses o años por el sentimiento de culpa de habernos abandonado. No, mi padre subió para ser asesinado, ya fuese a manos de fascistas o de rojos a causa de su traición, por ser enemigo de ambos. Mi padre tuvo que pensar en aquellos días en mi abuelo y comparar su vida con la suya, y advertir que en algo se había equivocado queriendo vivir sobreviviendo. Su padre tras nacer no paró de trabajar, se casó, le tuvo a él y se murió por enfermedad. ¿Acaso no fue feliz con su vida y aun así no habrá quien diga que fue pobre e ignorante? ¿Y?
Mi padre imaginaría a mi abuelo tomando un vino en la taberna después de un duro día de trabajo de sol a sol, pero similar a todos desde que nació, hablando y riendo, ¿de qué? De banalidades con las que digerir suavemente el vino y tras ello ir a cenar a casa, donde en un ambiente tranquilo, austero y silencioso comen su padre y su madre y tras ello, el padre se acerca y coge al niño, este último, que es él, vive sin vivir, come y bebe, y sonríe y observa, nada mas, no se diferencian tanto padre e hijo, pero el padre vive viviendo, sabe lo que es la vida, lo que ha sido y lo que será, la reconoce y la acepta plenamente. ¿Por qué él no? Ha de pensar mi padre, ¿será por su ausencia? No, esa no es una razón, los hijos en cuanto pueden abandonan a sus padres y deciden por ellos mismos, ¿entonces? Mi padre ha de creer que la vida es una farsa pero tal vez solo lo es cuando se la quiere convertir en algo que no es. Mi padre piensa que la vida ha de ser justa, pero puede que si no lo es, es únicamente por que la vida no considera la justicia o mas bien porque su naturaleza es la injusticia. Y puede que ante esto pregunte que el problema no está en la vida, concepto abstracto, sino en el hombre y le respondan que desde que el hombre reina en el mundo la vida siempre ha sido así y esto ultimo no hay que verlo como conformismo, sino como realidad. Su padre entendió como era, es y será la vida, injusta, y así la vivió, porque es así y nada puede cambiarla. Podemos querer decir que el sol sale por la noche y por el día la luna, pero bien sabemos que no es así y de igual manera podemos por los siglos de los siglos creer que tras la muerte viene la vida, pero solo sabemos que vivimos cuando vivimos y que ello acabará con la muerte. ¿Fue su padre un pobre ignorante que vivió feliz su vida al no preocuparse por modificar la vida? ¿En verdad, en que ha cambiado la vida desde que el hombre es hombre?
Mi padre puede intentar creer que todo lo que hizo fue para no involucrarse, para sobrevivir, pero bien sabe que él pensaba que el mundo era injusto y ello era injusto, que había que luchar por cambiar, ¿ pero acaso ha cambiado algo a grandes rasgos?
Mi padre llegó a la conclusión de que había vivido de manera errónea, que había desaprovechado la vida y que hiciese lo que hiciese ya no podía hacer nada por vivir, solo le quedaba morir y no condenar con su vida a su hijo, al que solo debía de pedir, “que viviese”. Mi padre murió por no poder vivir, porque en vez de sobrevivir había malvivido."

Memoria de una derrota: Colás (el camarada)



“Los motes solo desaparecen tras la muerte o tras la guerra”, tras esté breve inició agarró su vaso y dio fin a su contenido, llenándolo a continuación hasta el borde, tras lo cual, prosiguió con un habla lenta y seria,
“A mi desde pequeño me apodaron “el enciclopedia” de igual modo que a tu abuelo se le conocía como “el unamano”. Ambos eramos pobres pero nos gustaba leer, en mi caso todo comenzó cuando robé la vetusta enciclopedia del maestro, la cual me duró apenas una semana, tras lo cual y viendo su inutilidad posterior se la devolví a “don Capón”, el cual respondió ante mi solicitud de perdón, arrojando unas palabras con gesto de desprecio, “Si al menos los actos delictivos del pobre fuesen en su provecho y no para delinquir una vez mas”, a lo que respondí con la bravura y el orgullo propio del que no tiene nada, salvo carne y alma, “Yo si aprendí”, el frió desdén se mantuvo, “¿A qué, a robar más?”, y con ello aumentó mi lucha por la dignidad, “Todo lo que hay ahí”, dije señalando el grueso tomo. Su severo gesto cambió ligeramente y sin mirarme a la cara abrió de manera arbitraría el manual y me preguntó con los ojos fijos en las palabras leídas, “¿A quién se le atribuye la siguiente cita, “¡Encontrar a un rey democrático en Europa es tan difícil como encontrar un ateo en el cielo!”, “Al general Serrano y Dominguez al inició del Sexenio Democrático. Fue el último presidente de la República.” La voz seca continuó sin cambio alguno tras pasar las páginas y pararse en una al azar “¿Qué Papa proclamó la Inmaculada Concepción?”, y con un desparpajo proveniente del sentimiento de que era yo el que estaba dado un escarmiento al verdugo, dije, “Giovanni Maria Giambattista Pietro Pellegrino Isidoro Mastai Ferretti Sollazzi, que tras su coronación en milochientoscuarentayséis, tras el cónclave celebrado por la muerte de Gregorio XVI, escogió el nombre de Pío IX. Doctrina que no es admitida por los luteranos.” La mirada de “don Capón” se enfrentó con mis brillantes ojos y con una voz disminuida y con el tomo entre sus manos, me preguntó, “¿Y tú qué piensas?”, “¿De qué?”, “¿Cómo que de qué, de la República, de la Inmaculada Concepción?”, yo, sabiendo que la victoria se iba de las manos y la batalla quedaría en tablas, repetí sobriamente, “Yo aprendí, lo que hay ahí.”, y apartando la mirada y dándose la vuelta, dijo, “A lo único que puedes aspirar es a ser enciclopedias, que repiten pero no piensan, como los loros.”
No pude ingresar en la escuela, no me becó “don Capón” a pesar de mis conocimientos gracias a mi memoria, no sé si por ser solo como “un loro” como repetía una y otra vez el maestro siempre que alguien me alababa en su presencia o por “envidia” como decía mi padre, “A los ricos no les gusta que les enseñen los pobres.” A pesar de todo yo me leía todo libro que caía en mis manos, hasta el punto que con apenas doce años no había en la comarca persona que supiese mas que yo en relación a historia española o universal. Fui yo, años mas tarde, quien recuperó una vieja historia:
“Esta tierra no es mansa ni sumisa, está tierra, nuestra tierra ya luchó contra la hipocresía real. Nuestro pueblo se adhirió a la Comunidad y el catorce de septiembre de milquinientosveinte no se quedó de brazos cruzados y cuando la campana concejil sonó a rebato se dirigieron en masa a la Casa-Ayuntamiento, ocupando por completo la calle Mayor, la calle del Peso y la calle Don Sancho, para a continuación apoyar a los comuneros en la toma de la fortaleza del obispo Pedro Ruiz de la Mota que estaba abandonada. Rápidamente procedieron al incendió de la casa episcopal, quemandola toda, y a la vez derribaron la mayor parte de la torre. La lucha entonces fue contra un rey que no creía ni luchaba por su reino y ahora contra unos gobernantes que no creen en una república. Ambos son dueños del poder y no quieren que este sea del pueblo.”
Cogió de nuevo el vaso y de un trago se lo bebió, tras ello procedió a rellenar nuestros vasos aun no vacíos y el suyo, pero antes de hablar cogió un trozo de queso y de pan.
“Aquella arenga y su posterior resolución dividió al pueblo. Por un lado los que estaban del lado del “unamano”, que proclamaba que cada vez estamos mas cerca de convertirnos en delincuentes que en gobernantes y por otro lado los que apoyaban la repetición histórica. Yo reprochaba a tú abuelo que ya no era socialista y él por su parte de que yo mentía. Decía que el pueblo entonces y ahora nunca había luchado, que eran los forasteros los que traían las ideas y manipulaban a las personas. Que en el pueblo no había apenas comuneros y que el pueblo, entonces igual que ahora, no quería la quema de los aposentos diocesanos. Que el pueblo lo único que no quiere es hambre, que esa es su única palabra, que no entiende ni de comuneros ni de comunistas, pero sí de lo que es pobreza y abandono. Qué el pueblo sigue a las masas, pero no cree en sus palabras, sean estas las de un rey, un dictador o un presidente. Pero en la votación se decidió quemar la iglesia.
Hasta entonces las discusiones no habían llevado la sangre al río y eramos buenos camaradas, él socialista y yo ya militante comunista. En numerosas ocasiones insistí en que militase en el partido comunista, pero no entendía mis razones, ni tampoco las críticas que mostraba sobre su adorado catedrático charro, ni siquiera las del cacique Monegro. Todo aquello podía colar, pero lo que era inadmisible era que dejase de militar por orden de don Miguel. No, eso no era normal, ni mucho menos que sus justificaciones fuesen las mismas que dio su aclamado escritor. Aquellas eran las razones de Unamuno, un burgués, no las de “Unamano”, un campesino. Aquel día las palabras dieron paso a los puños y nuestra relación no volvió a ser igual hasta el final, donde los brazos en vez de golpear, abrazaron.
Durante la guerra aun me acompañó el apodo de la “Enciclopedia” y es que si en mi mano izquierda empuñaba un fusil, mi mano derecha sujetaba un libro. Al poco del inició marché hacía Guardo y de ahí a Barruelo y a Reinosa donde estuve alrededor de un año trabajando en la “Constructora Naval”, tras la caída de Reinosa y de la próxima de Santader elijo no retroceder o mas bien regresar de nuevo a la provincia. En Reinosa eran muchos los que contaban como había camaradas que se habían ocultado en el monte y que de lo que se estaba hablando era de crear una guerrilla de igual modo que en el treintaycuatro. Por ello tras meditarlo me lanzo a la huida individual hasta llegar al Monte de Salcedillo y lo que allí me encuentro es a camaradas cansados, cuyo mayor intento es sobrevivir. Reconozco que matamos algún que otro guardia civil e incluso que ejercimos cierta violencia, pero bien conocen los que vivieron en esos pueblos que fue escasa y en gran medida obligada. Recuerdo que un día los camaradas me cuentan que un pastor nos ha denunciado y ha guiado a los guardias civiles hasta una de las cuevas en donde habitábamos, y me señalan, “Bien sabemos que no queremos problemas con la gente del pueblo y conoces que nos ayudan en lo que pueden, pero bien sabemos que algo debemos hacer.” Yo no estaba de acuerdo con la“mendicidad” con la que vivía la cuadrilla, ni de sus idas y venidas al pueblo, no hay que olvidar que en ocasiones bajaban a la verbena y al finalizar subían sin problema alguno, pero lo comprendía. Yo prefería quedarme en el monte leyendo los periódicos o los libros que la gente del pueblo querían abandonar por ser comprometidos, por ello seguí cultivando la fama de sapiencia y gracias a ello se me pedía consejo cuando había dudas o no existía consenso ante algún tema. Aquel día dije a mis camaradas lo que yo haría, “Id en busca del vaquero y retenerlo junto a otros pastores, delante de ellos explicad lo que ha pasado y señalad que vuestro trato con el pueblo es amistoso, pero decid que en este caso es necesario realizar un castigo que de ejemplo para evitar que vuelva a ocurrir. Tras ello me lo traéis” Y lo que hice fue cortarle la oreja derecha, para a continuación bajarle hasta el médico del pueblo. Bien saben los compañeros y la gente del pueblo que aun vive, que desde ese día, sin que el trato amistoso cambiase, adquirimos respeto, hacía nosotros y hacia lo que hacíamos.
Fue tras la reconquista de francia, donde mucha importancia tuvieron los camaradas españoles, cuando desde el partido intentan organizar la guerrilla para lo que se denominó “Operación Reconquista de españa”, yo cuento a mis compañeros de cuadrilla lo dicho por el camarada venido de francia y deciden en conjunto no colaborar en el posterior intento de invasión del Valle de Arán y permanecer en el monte, ante la imposibilidad de poder llegar a navarra solo y vivo, determino marcharme y regresar al cerrato, a mi pueblo.
Aquí llegamos a estar reunidos cinco guerrilleros, en la cuadrilla la Langosta, en Barruelo, llegamos a ser ocho, aunque bien es cierto que estábamos muy desperdigados, lo contrario que en el páramo donde teníamos muy claro que nuestra función era ir contra el gobierno y contra todo el aparato represor. Actuamos el poco tiempo que funcionamos como una verdadera guerrilla. Eramos un curioso grupo, formaban parte de él un republicano, “El Cordero”, un anarquista, “el Brandy”, un socialista, “el Iglesias” y dos comunistas, “el Roja” y yo” y mirando a don Baltasar con una sonrisa en la boca dice, “siendo un trotskista nuestro enlace.”, es entonces cuando don Baltasar alza su vaso, acto que imitamos y entona con un gesto emocionado y compartido por “Colás”: “Al canal tiraremos al rufián/que no sabe la internacional /el alcalde, el cura o el guardia/se beberán el agua del canal/y el pueblo entero cantará/un hurra por la guerrilla/al canal tiraremos al rufián.” Y yo, mostrando una falsa sorpresa entre la amarga felicidad de viejos camaradas digo, “¿Tú también?” y don Baltasar maliciosamente dice, “Y no solo yo.” Cuando la alegría nos abandonó, “Colás”, tras un sorbo de vino continuó.
“Nuestra gran hazaña debía ser el herir de muerte al alcalde, pero aquello fue lo que nos mató, aquella niña, ¿cómo podíamos hablar de injusticias y de barbaries al pueblo tras lo hecho? Pero lo nuestro fue un error, un acto involuntario del que eramos culpables, ¿pero lo de ellos? Ellos eran unos asesinos que hicieron un genocidio. Yo vi la cara de placer que tenían en sus caras mientras humillaban al “iglesias” y como con una sonrisa le encañonaban y se reían al ver como se orinaba encima. El “iglesias” fue el último asesinato en el que colaboró el “Roja”, tú abuelo.”
Y tras estas palabras se detuvo, mientras unas suaves lágrimas recorrían las viejas caras. La pesadumbre duró varios minutos, con miradas perdidas hacia el techo o el suelo o la mesa o el vaso o la botella, ojos que no miran hacia fuera sino hacía el interior, al lugar donde permanece todo lo vivido o sufrido, todo aquello que es lo que nos hace ser lo que somos en el presente y que nos permite sobrevivir en el futuro.
“Yo hubiese muerto de hambre o de humillación.” dijo “Colas” en voz alta a modo de pensamiento o de coda para su postrera alocución, “Tras el fracaso de la UNE y siendo conscientes de que ya no eramos nada, de que en españa la república era ya un hecho del pasado y que al final el fascismo sí que había pasado, no nos quedaba mas remedio que huir o permitir que nos asesinasen.” Se acarició el labio inferior y con unos ojos penetrantes llenos de tristeza mientras posaba su mano derecha en el mentón dijo recuperando la fuerza perdida, “¿Puedes llegar a comprender el sentimiento de perdida, de esa perdida? ¡Perdimos! Perdimos la batalla, la batalla ideológica, la económica, la social, la cultural, la humana. Bien sé las razones por las que el fascismo domina el planeta, pero no puedo comprender sentimentalmente como pudo ocurrir aquí, es un sentimiento de impotencia que me acompaña desde aquel día.”

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