RebeldeMule

CABAÑAS, Zarzuelo

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La lucha

Nota Dom May 15, 2011 9:44 am
Estaban enfrascados en una cruenta lucha que parecía llegar ya a su fin con el alzamiento en alto de los puñales y navajas por parte de ambos adversarios. Cuando el cruce de aceros se iba dar una voz los hizo parar, "¿Por qué os estáis matando?”, preguntó, a lo que ambas voces respondieron furiosas y llenas de deprecio al unísono, “Somos enemigos”, “En ese caso me equivocado, pensaba que usted era Carlos Rodriguez Martínez”, dijo dirigiéndose al de la izquierda, “y usted Pedro González Fernandez.”, dijo dirigiéndose al de la derecha. Ambos asintieron con cierto aire de perplejidad, “Pero no deben de ser las personas que yo creía. El Carlos que yo creía, nació hace mas de treinta años en un pequeño pueblo zamorano, su madre era limpiadora de una escuela y su padre pintor, con apenas dos años se trasladaron a la capital y su padre empezó a trabajar en una fábrica de alimentación y su madre se dedicó a su cuidado y al de su hermano, además de limpiar en una serie de portales. Cuando era adolescente a su padre le despidieron con una engañosa indemnización para la entrada de las subcontratas e intentó junto a su madre formar una pequeña empresa de pintores, pero aquello no funcionó y su padre continuó con el trabajo como autónomo y su madre regresó a la limpieza, en este caso en el hospital. Carlos nunca quiso ser pintor y se dedicó a estudiar mecánica mientras en verano trabajaba, ya fuese de cajero en un centro comercial, de gasolinero, de limpiador de piscinas, hasta que con un título en la mano comenzó a trabajar en un taller, a ese taller le siguió otro y otro y otro. Se canso de la explotación a la que estaba sometido, trabajando diez horas por 700 euros, por ello tomo la decisión de estudiar una oposición para auxiliar administrativo que al tercer año aprobó. Desde hace poco mas de un año es un funcionario del estado que gana 1200euros.”, “Ese soy yo.”, dijo bajando levemente el puñal con un rostro invadido por la sorpresa, “Pues entonces el error ha sido en Pedro. El que conozco ha vivido la totalidad de sus veintiocho años en esta ciudad que hoy ambos pisan. Su madre es andaluza, trabajadora del campo de niña y de joven, al igual que su madre y su abuela, pero a la edad de veintiséis años conoció a un vasco de padre minero que trabajaba en los altos hornos. Con el embarazo de Pedro se trasladaron a esta ciudad a trabajar en una fabrica automovilística. A la madre la echaron después de su cuarto embarazo y al padre con la tercera baja de larga duración que posteriormente se desencadenaría en un cáncer. Pedro nunca quiso estudiar, no alcanzando a sacar el título de la eso y teniendo que trabajar desde los diecisiete años, su peregrinaje ha sido muy diverso, acomodador en un cine, repartidor de publicidad, dependiente en una frutería, carnicero, camionero, ha trabajado para todas las compañías telefónicas y ha estado apuntado en todas las Etts. En la actualidad ha alternado el paro con el título de la eso, y el trabajo como reponedor en unos grandes almacenes por 500euros con el estudio de una oposición para auxiliar administrativo, este año va a ser su primera vez.” Primero deja caer el puñal y mirando a su contrincante dice, “Yo soy ese”, “Sí, de verdad, entonces no entiendo porque lucháis a muerte por lo que no sois. Os peleáis continuamente gastando gratuitamente fuerza, tiempo y pensamiento en luchas ficticias e inventadas, en lugar de enfrentaros llenos de furia e ira contra los Otros, contra aquellos que no son vosotros, contra aquellos que hacen que seáis lo que sois vosotros, vuestros padres y vuestros abuelos. La lucha por ellos os hace olvidar lo que sois, cuando seáis conscientes de los que sois luchareis contra ellos.

la conversación

Nota Sab May 28, 2011 8:06 pm
El hospital era antiguo y muchas reformas había soportado, algunas de ellas aun se recuerda por el gran avance que supusieron para el hospital. Pero llevaba ya mucho tiempo presentando un gran deterioro. Eran excepcionales las paredes sin grietas y con color homogéneo. Las camas eran excesivamente incómodas, presentando una gran masificación de pacientes en las habitaciones. La comida era inapropiada y la higiene se regía por normas del siglo pasado. Los enfermos eran numerosos para la pequeña cantidad de médicos y enfermeros. La situación llegó a ser tan lamentable que voces extranjeras decían que si uno se quería recuperar de la enfermedad que poseía, más le valía no acudir al hospital sí quería vivir. No quedaba otro remedio, y aunque mucho costó, se consiguió comenzar una reforma, la cual pretendía ni más ni menos que alcanzar el nivel de los demás hospitales en tiempo récord. Era complicado, pero por primera vez, todo el personal estaba comprometido a sacudir las telarañas y lograr su antigua limpieza de acuerdo con los tiempos actuales. Se tenía que producir un lavado de arriba a abajo y de abajo a arriba, olvidando el glorioso sistema pasado y mirar el futuro con los modelos presentes.
Pero al poco tiempo hubo personas que empezaron a quejarse del color utilizado en las paredes y de la nueva jerarquía, que utilizaba y prefería la interdependencia. Los médicos no lograban entender que fuesen tratados como iguales, que se les desposeyese de ciertos privilegios nunca tocados anteriormente. Siendo ellos quienes comunicaban a los pacientes que todo no era tan bonito como parecía, paredes bellas pero de poco hormigón, nuevas batas pero menor cantidad, e insistiendo un poco más, la reclamación a dirección ya estaba escrita a pesar del gran trato dado y de no haber muerto nadie en el esplendoroso quirófano, donde todo el material empezaba a ser esterilizado en vez de desinfectado.
Los pacientes se quejaron airadamente por los engaños a los que supuestamente eran sometidos, clamando una nueva dirección. Está no perdió tiempo en modificar los progresos realizados: Al médico se le llamaba, Don, y su bata debía estar bien planchada por la enfermera y esta no debía de descuidarse de ser lo más cariñosa posible con él, ya que este soportaba una tremenda presión y preocupación, y no podía aguantar a llegar a casa para desahogarse con su mujer. La enfermera debía de ser comprensible y trabajar para el buen funcionamiento del hospital, siguiendo la siguiente premisa: si el médico estaba contento los enfermos tendrían más posibilidades de sanar, y es que desde la última reforma, habían adquirido el vicio de preocuparse únicamente del bienestar de los pacientes, solo viendo al médico para escuchar las ordenes médicas.
Muchas reformas fueron aplazadas o suprimidas, ya que se había avanzado lo justo y necesario. Pero las mejoras dejadas a medias, se hicieron notar, y las muertes volvieron a ser cotidianas, descubriendo el pueblo la verdad. El clamor fue masivo y arrepentido, pidiendo que se terminase lo comenzado. No quedó más remedio, habiendo un nuevo cambio en la dirección.


"Dicen que va acabar mal, muy mal", "¿Y qué se puede hacer?" ,"Habrá que luchar", "Pero", "Sin peros que valga, ya se ha demostrado lo que pasó. Crees que alguien va a querer que regrese aquella situación. Yo al menos no", "Ni yo, hasta ahí podíamos llegar. El problema es sí todo lo hecho al final no va valer para nada", "¿Y eso cómo?", "Destruyendo todo lo reformado, haciendo creer que todo lo nuevo es malo y que lo que funciona afuera no tiene porque funcionar aquí, porque nosotros somos diferentes y siempre lo hemos sido", "Hombre, sabes perfectamente como piensan", "No te rías, que es muy serio", "Perdona, pero eso no sucederá, porque ya lo intentaron. Por ello digo que las reformas deben aplicarse con mayor rapidez, tal hecho no va hacer, como creéis, que otra vez vuelva la dirección llenándose la boca con falsedades, sino que logrará que nos los de tiempo a reaccionar, ya que entonces, nadie ya les va a escuchar sus burdas mentiras", "No sé B.D, creo que te equivocas", "Ojalá I.P, pero yo solo puedo hablar, pero tu mandas", "Ojalá".


"Buena historia esa. Pero y si el perro se hace amigo del gato, y le permite que siga cazando ratones pero en menor cantidad y mas disimuladamente, sin que el amo se entere", "Ahí es donde hay que llegar", "¿Y si el amo no existe?, los ratones nunca le han visto y solo creen en su existencia por la presencia del gato. Un personaje que quitamos de la escena, y sin él, el gato pierde poder, ya que no esta con un cometido preciso que alguien superior le ha mandado. De modo que los ratones han de ceder en sus miedos e ir a por él, asumiendo sus perdidas, pero seguros de que el gato no tardará en abandonar el lugar, sin necesidad alguna de pedir ayuda al perro", "Pero sin ladridos del perro, el gato nunca se marchará, este no tiene miedo a unos simples ratones, pero si a un perro" , "¿Quién lo sabe, sí nunca los ratones han ido en conjunto a por gato alguno?, a lo mejor descubren que no son meros ratones, sino fuertes ratas", "De que sirve librarse del gato, sí después habrá que hacer cuentas con el perro", "Hay que confiar en los demás", "Ah, te sigues equivocando I.P., ese es el pecado de los ratones, el creer en la naturaleza animal, en la jerarquía siempre contada", "Pero eso supondría modificar todo B.D, o tachar todas las equivocaciones que siguieron a la primera frase correcta", "Ojalá se escriban las próximas palabras con buena letra", "Oh, no, lo importante es que no presenten faltas de ortografías".


"Yo si creo en ello", "¿De veras?", "Sí, no creo que sea tan malo, es de los mas justos. Es donde más igualdad puedes encontrar", "Pero es solo apariencia, la gran mayoría de hormigas y abejas trabajan todo el día, fuera y en casa, prácticamente sin parar, estando a expensas de lo que diga la que no hace otra cosa que parir y parir", "Pero cada uno tiene su labor", "Sí, sí, ahora mira, cuando tengas oportunidad, como son las distintas clases de hormigas y abejas; las trabajadoras, finas, las reinas, gordas, de modo que no digas que todas trabajan y de igual forma, así como que tienen los mismos privilegios", "B.D., no hay sistema perfecto y si la naturaleza los ha hecho así, es porque es el mejor de los posibles", "Sí, no dudare de que la naturaleza es sabía, pero los animales corrompen su primera y única palabra. Te voy a dar mi opinión I.P., las hormigas y las abejas en un primer lugar, por mero hecho de organizar el trabajo, eligieron a alguien que decidiese ante las distintas opiniones de todos los demás. Con el paso del tiempo este animal fue consciente del poder que le habían concedido y lo empezó a malutilizar, logrando que con el paso de las generaciones, y como único reducto de aquella primera, fuese considerado un ser especial y supremo, engañando sobre como fue el comienzo de todo.“Fui el que arrastré a vuestros progenitores a la salvación. La luz me dio ese poder. Escóndete de mí y estarás a salvo de los demás. Y sin parar, abrí cada vez un agujero mas grande, consiguiendo un simple sistema laberíntico donde vivir. Mirad ahora, como hemos progresado”, "Buena historia".



"¿Cómo puedes defender la teoría de que el perro no debe de cuidar el rebaño de ovejas? Se perderían todas", "¿A caso son tontas?, a donde van a ir, si ya no saben lo que es vivir por si solas, para ellas eso es un retroceso de la ley animal. Duermen bien y caliente en la granja, las dan paseos para comer con tranquilidad, carecen de problemas de soledad y regularmente las esquilan, que más pueden pedir si no quieren nada más. El problema es que están atemorizadas por los agresivos ladridos que no las dejan ni separarse ni un metro del rebaño. Sin la presencia del perro, todas seguirían al pastor, sintiendo una falsa libertad con la que se puede vivir, pero con el perro, se prohíbe la libertad y se hace notar. Las ovejas son del pastor, pero es el perro el que manda en ellas, es ante él cuando tienen pavor. El pastor las esquila alegremente, las acaricia con suavidad, pero el perro solo sabe ladrar con insistencia y si no se le hace caso, pues muerde. Sé lo que estás pensando I.P, y no lo dudo, el pastor puede no saber toda la maldad que hace el perro y sí se da cuenta un día, le echará, le abandonará, le matará, pero pondrá a otro que cubra su lugar. Pero en otras ocasiones, el pastor muestra solo su buena cara para que las ovejas le quieran, porque su rostro malo se lo ha cedido al perro. Por ello mejor que no haya intermediario, que las ovejas sepan claramente como es el pastor. El perro logra eficientemente la alienación de las ovejas. Y en el caso del buen pastor, ya hemos dejado que la función del perro es solo destructora, las ovejas nunca lo abandonaran", "Entonces mi querido B.D, ¿no aspira a que las ovejas lleguen a vivir por si solas, sin necesidad de pastor?", "No, las ovejas son cómodas y las costaría el dejar la granja, por ello asumo la coexistencia, oveja-buen pastor", "¿Pero cuantos buenos pastores quedan?", "Menos de los que pensamos, por desgracia".


"Para mí es un cuento repugnante", "Hombre B.D. que solo es cuento para niños", "Eso son los peores, ya que generan mejor una conciencia", "Pero es un escrito inocente", "No te fíes, y mucho menos de este, ¿cuál es el título?, “El rey león”.


“Hoy B.D, va a ser el último día que nos veamos, me voy”, “¿Y eso?”, “La revuelta es insostenible, se nota en el ambiente, la cosa va acabar muy mal y muchos hemos decidido marcharnos como acto de repulsa”, “Y de huida”, “Yo no puedo hacer más de lo que he hecho, parece que la dirección va a cambiar y con la otra no puedo trabajar. Recuerda las vejaciones que tuve que soportar la anterior vez”, “Y al final paga el pato el mismo, los pacientes”, “Si pudiese hacer algo, lo haría”, “Quédate”, “No comprendes, la mejor ayuda que podemos hacer es salir de aquí y reunir dinero para construir otro hospital donde seréis bien atendidos”, “Pero eso tardará mucho tiempo”, “Ya, pero menos de lo que crees, te lo aseguro. Sabemos lo que hacemos”, “¿Y mientras?”, “Esperar”, “Doctor, mire mi pierna y mi brazo izquierdo, ¿cuánto puedo esperar hasta que se haga completa la gangrena”, “B.D, no te dejaré solo, te lo aseguro”, “Y a todos los demás”, “Tampoco, de verdad”, “Entonces, respóndeme a mi primera pregunta”, “No me obligues B.D., por favor”, “Dímelo”, “Unos tres meses”, “Que se me harán como tres años”, “No te preocupes, que todo va a salir bien, ya verás”, “Doctor, comprende que no podamos esperar sentados, hasta ahora hemos ido juntos, nosotros, los enfermos y la mitad de los médicos, ahora os perdemos”. “¿Y las enfermeras?”, “La gran mayoría permanecerá”, “¿Por qué son incapaces de dejarnos solos?”, “Eso es”.
“¿Doctor?”, “Dime”, “Hemos perdido una oportunidad única de hacer un hospital glorioso, un hospital de acuerdo con nosotros, un hospital de todos. Tardará mucho tiempo en que se vuelva a repetir la unión producida ahora”, “Esa pierna y ese brazo serán curados, se lo prometo”, “¿Y las secuelas?”,” Ay las secuelas.”
“Hasta luego”, “ Adiós”.

Hacer lo inimaginable

Nota Jue Jul 07, 2011 10:23 am
"Si ya no consigues sorprenderlos, tienes que inventar otras tácticas. Hay que tomar siempre la delantera. Sorprender y sorprender. Atacar donde y como no se imaginan. Si no se mueven, cercas una guarnición. En ese caso la unidad sitiada siempre espera refuerzos. Si no los recibe, se rinde."

Georgios cerró el libro colocando el marcapáginas sobre la página 256 y durante varios minutos se quedó con la mirada perdida, con la mano derecha en su mentón de incipiente barba, pensando sobre lo leído e intentando recordar en que otro lugar había leído algo muy similar. Reflexionó sobre ello, para a continuación colocar el grueso volumen en la mesilla y dirigirse a la ventana, subir la persiana y abrir la ventana. Allí fuera se mantenía la multitud, ocupando la plaza y las calles adyacentes, portando millares de pancartas, gritando numerosas proclamas. Tras varios minutos de observar la manifestación de sus conciudadanos, cerró la ventana y bajo la persiana, apagando con ello aquellos pacíficos gritos, aquellas silenciadas pisadas. Se dirigió de nuevo hacia la mesilla y abrió el maletín donde guarda los cedés con las pelis bajadas con la mula, decantándose por aquella que presenta el sugerente subtitulo de, "You don't get to 500 million friends without making a few enemies." Tras las dos horas la película finaliza con un repetitivo estribillo, "Chico eres millonario, chico eres millonario, chico eres millonario también", se dirige hacia la ventana, sube la persiana, abre el ventanal y absorto ante lo que acontece en la tierra en la que vive, en ese suelo donde los trabajadores van por 48 horas de huelga general, en ese cielo por donde vuelan los adoquines y los cócteles molotov, tararea de manera irónica aquel estribillo, "Baby You're a Rich Man, Baby You're a Rich Man, Baby You're a Rich Man too" , mientras unas lágrimas contenidas descienden lentamente hasta su comisura. Es entonces cuando cierra la ventana, baja la persiana y da al play de la minicadena, se tumba sobre la cama a obscuras y se duerme tras escuchar el final de la primera canción, "El che era un guerrillero, no un panadero".
Georgios se despierta una hora después, se da una ducha y tras ello se dirige a la ventana a ver los restos de la lucha. La calle presenta un escenario de guerra: fuego, sangre y sirenas. Recuerda que no es la primera vez, recuerda haber vivido una escena similar hace un año, y tras ello ¿qué ocurrió? Repetir los mismos pasos que han llevado al mismo destino. Georgios coge el teléfono, pero antes de marcar piensa en lo pensado y tras ello habla, comunica la idea a sus amigos, a sus compañeros y sus camaradas y no lo sorprende el que todos acepten la idea ni que ellos tras colgar a Georgios, llamen a sus amigos, a sus compañeros, a sus camaradas y estos a su vez a otros amigos, a otros compañeros, a otros camaradas. Una sola premisa ha dado Georgios, "Nada de redes sociales”. Al día siguiente se reúne con la asociación de vecinos, con la asociación de padres de alumnos y con todas las asociaciones que encuentra en su barrio, iguales reuniones tuvieron aquellos amigos, compañeros y camaradas y los amigos, compañeros y camaradas de estos y todos los amigos, compañeros y camaradas que recibieron en el día de ayer aquella idea de acción y la aceptaron como honesta y certera. Las diferentes reuniones que se tuvieron a lo largo de los siguientes días por todo el país fue con los distintos partidos de izquierda y sobre todo con el Partido, cuya máxima dirigente, tras entablar una conversación cara a cara en una cafetería en la periferia de la ciudad con Georgios, le dio todo su apoyo, de igual modo lo hizo el secretario general del Frente Sindical. Las llamadas, las reuniones, las conversaciones ocupaban todo el día de todos aquellos amigos, compañeros, camaradas, militantes, sindicalistas y en los siguientes días se realizaron entre los profesores, los periodistas, los escritores, los abogados, el personal sanitario, los cuales tras aceptar la acción propuesta llamaban a sus amigos, a sus colegas y a sus camaradas, que a su vez llamaban a otros amigos, colegas y camaradas. Todo este trabajo de hablar, de reunir, de explicar y convencer ocasionó que la ciudad y el país se sumiera en una falsa tranquilidad. Fue pasadas dos semanas cuando los medios de comunicación dieron su diagnostico ante lo observado, " Regreso a la normalidad" y se basaban en numerosos datos,: la subida de los activos de las principales empresas, el descenso del coste de su deuda soberana, la ausencia de manifestaciones y violencia en las calles, el abandono voluntario de la plaza por parte de los "indignados", destacando principalmente un feliz tema, la ocupación hotelera ese fin de semana alcanzaba la estupenda cifra 98,9%, indicando en todo caso que estos estupendos datos eran consecuencia del recién aprobado rescate financiero y señalando a su vez lo necesario, beneficioso y vital del rescate y cuán equivocados estaban aquellos que creían que dicho rescate significaba que el propio muerto dictase su sentencia de muerte. Es la voz del sistema la que habla y la que se aplaude.
Pero al día siguiente, a las seis de la mañana salen a la calle todos los Georgios, los Michael, los Armen, los Peter, los Edin, los Ivan, los Marc, los Erik, los Antonio, los Iker, los Matti Juhani, los Philippe, los Brais, los Giorgi, los Laszlo, los John, los Giuseppe, los Petr, los Jozef, los Johannes, los Ion, los Arne, los Manuel, los Ioan, los Vladimir, los Dragan, los Lars Erik, los Hans, los Volodymyr, los David, de todas las edades, así como todas las Ursula, las Meritxel, las Anahit, las Elisabeth, las María, las Alma, las Mariya, las Laia, las Hanne, las Maria Carmen, las Ane, las Anna Liisa, las Nathalie, las Uxía, las Nino, las Eleni, las Krisztina, las Mary, las Laura, las Jana, las Zuzana, las Lina, las Johanna, las Tatiana, las Kari, las Anna, las Maria Fatima, las Elena, las Natalia, las Jelena, las Birgitta, las Ruth, las Nataliya, las Margaret, ya sean niñas, jóvenes, adultas o viejas. Cinco millones de hombres y mujeres recorren serenas y decididas las calles de la tranquila capital. Su paso es firme y sus manos ocupadas. Mientras un río de gente se dirige al parlamento, un gran número de personas se desplazan hacía los ministerios, hacia las sedes bancarias, hacia los medios de comunicación, hacia las principales empresas, hacia la bolsa. No llevan pancartas ni proclaman reclamos, van en silencio pero armados. Se ven ancianos con martillos, niños con destornilladores, mujeres con cuchillos, estudiantes con compás, campesinos con azada, marineros con arpón, albañiles con espátula. Todo sirve para ser alzado: Radiales, taladros, tenedores, sopletes, cachabas, gatos, botijos, tijeras, picos, palas, piolets, sartenes, ollas, abrelatas, bisturís. Sorpresa máxima y miedo extremo es lo que presentan los escasos guardias de seguridad o cuerpos del seguridad del estado al observar delante de ellos esta marabunta tranquila pero alzada en armas. Es el miedo y el asombro ante la escena vivida lo que impide que retengan el destino de la multitud, por ello a las ocho de la mañana todos las sedes bancarias, los medios de comunicación, las principales empresas y fabricas y los ministerios son conquistados por el pueblo sin escuchar ni un solo disparo. A esa misma hora mas de dos millones de grifos, de tuberías, de hoces, de guadañas, de cuchillas, de ramas, de ladrillos, de perchas, de escobas, de fregonas, de maletas, de mangueras de ducha, de reglas, de caballetes, de cafeteras, de bastones, de cubos, de macetas son alzadas delante del parlamento atravesando la acojonada barrera policial, cuyos disparos y mamporros a ciego de poco valen ante la multitud sin miedo, la cual con escasas bajas de heridos y con cierta facilidad suben tanto por la escalinata de la izquierda como por la de la derecha hasta hallarse delante de las columnas del antiguo palacio real. Un grito al unísono y un movimiento al aire de los objetos alzados derrumban sin sangre la barrera uniformada que protegía la puerta de entrada, el paso firme del pueblo se dirige con intención de ocupar todas y cada una de las piezas que presenta el Consejo, apenas unas veinte mil consiguen entrar y solo mil ocupan el salón del senado, entre ellos Georgios, al que dirigen hacia el estrado, es su figura la que observa todo el país a través de la televisión y de internet, apenas consigue decir, “Gracias”, para dar paso a la dirigente, “¡Estamos aquí porque tenemos razón! ¡Estamos aquí por que hemos recuperado lo que nos han usurpado: la soberanía! ¡Estamos aquí, porque el pueblo ha querido estar aquí! A partir de ahora vendrán nuevas dificultades, pero nunca como las pasadas. ¡Viva el pueblo que ejerce la ley y posee los medios de producción!” De ese modo, uno a uno fueron hablando los amigos, los compañeros, los camaradas que habían conquistado el parlamento. Ahora les tocaba trabajar por un mañana lleno de sorpresas, de agradables sorpresas: El poder era de ellos, era la hora del cambio, no de gobierno sino de época, de un nuevo paso en la historia de la humanidad.

Tiempos modernos

Nota Mié Sep 07, 2011 7:45 am
Hacía quince días que había vuelto del campo de refugiados de Tinduf y desde el primer día de regreso Carla se había mostrado ligeramente distante, sutilmente fría: sus besos eran desapasionados, sus caricias forzadas, sus palabras ausentes, sus miradas desorientadas. A pesar de ello, la quería y por ella había aguantado el mes en el sahara. Pero quince días después de su llegada, esperando montado en su bici a que saliese de su trabajo en el banco, había decidido hablar, preguntar, aunque tenía miedo hacerlo, a la respuesta a escuchar y por ello durante al trayecto, pedaleada a pedaleada pensaba sobre que palabras debía usar, sobre la entonación del discurso a realizar, pero todo aquello se derrumbo como un castillo de naipes cuando la mujer de traje gris y altos tacones apareció y sin demora y sin saludo y sin beso dijo: Lo siento, pero no puedo estar mas contigo. Ni las lágrimas que corrían aturdidamente por ambas mejillas lograron el consuelo de la mujer que se daba la vuelta y se marchaba.
No recuerda el tiempo que se quedó hay parado, si la bici la tiró al suelo o si se quedó encima de ella, no podría decir a ciencia cierta hacia donde se dirigió, si hacia la estación de chamartin o hacia atocha, solo sabe que comenzó a pedalear para pensar o mas bien para no pensar, para concentrarse en cada pedaleo o en los ínfimos detalles que en el último año hubiesen podido presagiar la frialdad de la ruptura no esperada. Ya fuese por mucho pensar o por mucho pedalear se bajó de la bici cuando el sol se escondió, percatándose mientras caminaba de los coloridos cantos cubiertos de dolce & gabana o chanel que poco a poco se iban alejando a la vez que se iban acercando los ecos de una inane masa azul. Absorto de los gritos y de las grandes zancadas calle arriba vio como delante de él se encontraba aquél cabello rizado tantas veces suspirado, aquella blanca espalda tantas veces besada, aquellas finas piernas tantas veces acariciadas. Pero no era ella, no vestía un gris traje sino un corto vestido marrón, no elevaba su altura con quince centímetros artificiales sino planas sandalias. Salió de su pensamiento cuando les hicieron parar, cuando los apilaron frente a la pared, cuando solo la bici la separaba de ella, cuando un fuerte golpeo sintió, fue entonces cuando ella salió corriendo junto a su amiga, cuando empezó a escuchar, ya no himnos, ni plegarias, ni oraciones patrocinadas, subvencionadas sino sirenas, gritos y pisadas aceleradas, pero a pesar de ello el iba lentamente intentando volver en si, y lo hizo cuando vio como la porra de un veloz policía nacional golpeaba a aquella que no era ella, aquella que clamaba llena de estupor e impotencia. Entonces llegó él y apartó al mono azul, que al distinguir con su ciega y negra mirada su nueva victima empezó a ladrar ordenes y a soltar mamporros repetidos con su castrado falo represivo. Él no pensaba en el dolor, ni en la heroicidad sino en que aquel bello cuerpo no había sido golpeado, en que a pesar de absurda situación reinante aún había esperanza en el mañana cuando las mascaras son quitadas y el verdadero rostro de la superchería es mostrado.

El hambre

Nota Lun Sep 26, 2011 2:45 pm
El hambre(1)



Hace diez años un hombre llamado Santiago Fernandez decidió iniciar una huelga de hambre, según sus palabras, "Desde hoy voy a dejar de tener hambre". En eso consistió su original huelga, no en dejar de comer sino en no tener hambre. Aquella extravagancia no se quedó solo en una simple anécdota de verano, ni siquiera se diluyó con su minuto de gloria al ser noticia en todos los medios de comunicación, ni se quedó en una moda temporal al asumir cientos de personas esa actitud de renuncia al hambre. Hace cinco años aquél mismo hombre, Santiago Fernandez, convertido en una especie de hombre nuevo decidió dejar de mirar, según sus palabras, “Han acaparado todas las ventanas”, y de nuevo esta renuncia fue asumida por numerosas personas en todo el mundo. Y es hoy cuando al fin vamos a poder hablar con don Santiago Fernandez. Muchas gracias por acudir a la radio.

Gracias a vosotros.

¿Qué es para usted el hambre para llegar a renunciar a él?

El hambre es la victoria del ello.

¿Podría explicarse mejor?

Yo renuncio al hambre para ser hombre.

¿Y los que tenemos hambre, no somos hombres?

Mire, el hambre es global y se lo come todo y cada vez mas deprisa. No tiene límites, nos comemos todas las cosas por igual, sin distinción. Nada dura ya lo bastante.

¿Y eso ocasiona que no seamos hombres?

Eso ocasiona que seamos...Mire, en estos momentos solo hay dos bandos: unos que quieren comer algo, y otros que quieren comer más.

Vale. ¿Y con su renuncia que quiere conseguir?

Somos responsables de todo aquello en lo que participamos. El hambre niega toda constitución, por ello es necesario realizar un contrato al mismo tiempo ascético y estético. Yo por mi parte no renuncie al gesto ni aplacé la acción.

¿Y qué le parece que su gesto haya sido imitado?

Mire, la renuncia es un acto de re-constitución y para ello es vital una acción colectiva de ayuno revolucionario. ¿De qué sirve que una sola persona renuncie al hambre cuándo nos encontramos bajo un régimen de hambre generalizada; donde nada resiste, nada dura, nada vincula?

También renunció a mirar ¿por qué?

La mirada se ha convertido en un órgano de digestión

¿Cómo?

Poseemos una mirada con dientes.

¿Que come?

Más bien que tiene hambre. Miré, nos encontramos en una situación en la que el hambre está liberalizada y la mirada privatizada.

¿Puede explicarse mejor?

La mirada es poseída por una ausencia amenazadora del que todo lo vé, que nos acerca la lejanía no las cosas lejanas.

¿Y qué quiere conseguir con esa renuncia a la mirada?

Que seamos por lo que hagamos juntos en vez de por lo que miramos por separado.

¿Pero no renuncia a ver?

No, claro que no. Mirar es ir borrando la realidad, en cambio ver...es renunciar a comer.

¿Y toda esta renuncia para ser... libre?

Más bien para que el hombre libre sustituya al hambre libre.

¿Pero no se puede tener hambre y ser hombre, no se puede mirar y ser hombre?

Nuestra mirada ya no discierne: monumentaliza. Actualmente nada existe salvo lo que vemos por las controladas ventanas, pero paradójicamente vemos la inexistencia de las cosas. Además somos conscientes que todo aquello que miramos no nos concierne. En cuanto al hambre, este da vueltas sobre si mismo, renovándose en el presente continuamente. Todo ello no deja espacio para la libertad, no somos libres de los que comemos ni de los que miramos y sin esa libertad no somos hombres.

¿Y qué somos?

Esclavos.

¿Esclavos?

El hombre para alimentar ese hambre sin limites ha sido obligado a abandonar su familia, su tierra, su juicio, sus instrumentos de trabajo, y sin nada de eso, el hombre deja de ser hombre para ser esclavo... del hambre.

¿Entonces la solución para volver a ser hombres es renunciar a comer y a mirar?

Usted lo ha dicho. Pero además ser conscientes de que somos victimas de nuestra corrupción estética y de que solo vencen los pueblos que no se rinden.

Siento mucho que no nos queda mas tiempo para continuar con la conversación. Muchas gracias

A usted.

A continuación vamos hablar sobre la hambruna que ha caído sobre el cuerno de áfrica, pero antes escuchemos unos consejos publicitarios. En poco mas de séis minutos estamos de vuelta, no se vayan.

(1)Relato mas que inspirado- y basado – con la ideas que el profresor Santiago Alba Rico desgrana de manera magistral en su libro, Capitalismo y Nihilismo. Dialectica del hambre y la mirada. Editorial Akal. 2007.

El ambiente en el salón de espejos era plácido, los invitados bailaban armoniosamente al vaivén de la suave música que tocaba la ordenada orquesta, en un rincón una serie de hombres estaban sentados en unos confortables sillones de cuero hablando sosegadamente mientras fumaban unos puros habanos y bebían unos whiskys escoceses. Cuando la música cesó se puedo apreciar un ligero murmullo que venía de afuera y que fue acallado por un nuevo vals. Uno de los elegantes hombres tras apagar la colilla del puro, aplastándola contra el cristal del cenicero, preguntó, “¿Qué ha sido aquello?”, fue el grueso hombre recostado en el sillón, el que balanceando la copa con su mano derecha, le respondió, “En un primer momento nos molestó, al igual que lo hace una mosca cuando revolotea a nuestro alrededor , pero al fin y al cabo, esta apenas vive cuarenta y ocho horas y en cierto modo ¿qué mal hace?”
Las elegantes parejas que presentaban exclusivos vestidos permanecían en un católico silencio observando como los bailarines danzaban en perfecta sincronización, al acabar el espectáculo un fuerte aplauso se escuchó, el cual fue sustituido, cuando las enjoyadas manos dejaron de aplaudir, por un golpeo continuo, al principio suave casi imperceptible pero que fue en aumento con el paso de los minutos, llegando a ser desagradable e impertinente para la continuación de la fiesta, por ello uno de los hombres trajeados, entrado en edad, hizo un gesto a un joven de pelo despeinado. Este bajo tranquilamente la escalinata silbando una vieja canción hasta llegar al piso inferior donde pudo observar como la centenaria puerta aguantaba estoicamente la embestida. Abrió la puerta con calma y el silenció inundó al río inmenso que llamaba. Escuchó con absoluta quietud los reproches, las caceroladas y los pitos de la masa, y respondió a todos ellos con palabras de “Patriotismo”, “Espíritu cívico”, “Confusa situación internacional”, tras ello cerró la puerta y se reincorporó a la fiesta.
En mitad de la ebria noche el silencio en las distintas habitaciones apenas era roto por ligeras respiraciones, fuertes ronquidos, alegres quejidos y sigilosas pisadas. Al cabo de unos minutos lo único que se escuchó fue un homogéneo grito de estupor que preguntaba, “¿Qué queréis de nosotros?” y la respuesta serena que se oyó como una sola voz decía, “Nacionalizaros”. Fue en el amanecer cuando se les puso en el centro de la inmensa plaza llena y se les comenzó a desvestir. Se les retiró las chaquetas de especulación, los pantalones de fondos de inversión, los calcetines de privatización, las camisas de reformas laborales, los vestidos de paraísos fiscales, la ropa interior de deslocalizaciones. Cuando quedaron desnudos, sin vergüenza alguna, el pueblo volvió a usar aquello que era suyo.

¿QUÉ VOTAR? SOCIALISMO, ESTADO DE DERECHO Y DEMOCRACIA*


I.
Al contrario de lo que opinan una gran mayoría de la izquierda creo que la fecha elegida para celebrar las próximas elecciones puede ser la adecuada y oportuna. ¿Por qué? Por conseguir lo que no se logró hace treinta y seis años tras la muerte del dictador: Democracia y Estado de Derecho.
Es en ese sentido sobre lo que debemos votar. ¿Queremos un país cuyas decisiones sean las elegidas en un parlamento y no impuestas por las empresas transnacionales? ¿Queremos un país en donde los grandes financieros y los políticos puedan ir a la cárcel si se demuestra que son culpables? Estas preguntas y otras similares son las realizadas en este reino desde hace más de treinta y cinco años.
El movimiento 15M ha asumido la lucha de un concepto que normalmente olvidan los periodistas, enquistados fundamentalmente en la propuesta de reforma de la ley electoral y es la separación de poderes. Por ello habría que votar a aquella organización que como medida fundamental fuese el implantar la separación de poderes en la que se basa el Estado de derecho y que este país jamas ha conocido – podríamos discutir si tal hecho aconteció durante la República-, es decir, un Gobierno que gobierne según las leyes hechas por el Parlamento y un Poder Judicial que juzgara según esas leyes. Proponemos en definitiva un Poder Judicial independiente, en el que el gobierno no puede intervenir y que puede juzgar hasta al gobierno con unas leyes aprobadas por el parlamento.
También el 15M -pero no solo el 15M, en los últimos treinta y seis años son distintos partidos de izquierda e intelectuales de izquierda los que antes lo hicieron- puso sobre la mesa, no la duda sino la negación, que la situación que vivimos – no desde el 2007 sino ¡desde siempre!- no es Democracia. Y no lo es porque el Parlamento esta amenazado por el poder económico, porque el parlamento no puede legislar libremente, puesto que legisla bajo el chantaje de las grandes potencias, bajo el chantaje de unos empresarios o de unos bancos o de unos “mercados”. Por ello habría que votar aquella organización que como medida fundamental fuese el instaurar la Democracia.
Sin lugar a dudas no hay democracia y la “aparente” democracia existente no funciona como Estado de derecho. ¿Por qué? Porque el poder económico no elegido ni representativo no obedece las leyes ni es juzgado y a la vez propone leyes o impide leyes. En la actualidad nos hemos acostumbrado en demasía a escuchar aquello de que “con estas medidas se recuperará la confianza en los mercados” y frases similares. Es por ello, que para lograr un Estado de Derecho y una Democracia – y en esta medida es en la que el movimiento 15M es tibio, al igual que algunas organizaciones – es vital el cambiar el actual sistema de producción capitalista. ¿Por qué? Porque bajo el capitalismo ningún gobierno puede decidir sobre economía – sino justo lo contrario, la política depende de la economia- puesto que el parlamento esta secuestrado por el ministro de economía y este a su vez por el “mercado” – las empresas transnacionales, fondos de inversión, etc-.Y porque lo que le interesa a este “mercado” es lo contrario al interés de la mayoría de los habitantes del país. Un ejemplo, ¿es normal que en un país que presenta mas de un millón de pisos sin habitar – sin vender- haya tantas personas que no pueden comprarse una de ese millón, así como personas que son desahuciadas de su casa por no poder pagar los intereses del banco?
¿La solución? De nada sirve participar día tras día, semana tras semana en distintas asambleas si no se pide sino se reclama como primera necesidad el cambio de sistema económico. ¿Por cuál? He ahí donde ha de ir nuestro voto: el socialismo. Porque solo bajo condiciones socialistas de producción, esta – la producción- depende de la instancia política, la cual puede decidir sin chantajes. ¿A caso lo mas razonable – sobre todo y en mayor medida desde el 2007- no sería el realizar estatalizaciones y nacionalizaciones de todos aquellas empresas que se ríen delante de nuestra cara mostrándose como vencedores de la “crisis” acribillándonos con sus beneficios de miles de millones, con sus sueldos millonarios o sus pensiones indecentes a la vez que nos reclaman que nos apretemos el cinturón, que la clave se encuentra en la moderación salarial, en aumentar la edad – y el computo- de jubilación, en aumentar la productividad y en definitiva en privatizar todo lo que sea posible incluyendo educación y sanidad? ¿A caso la mayoría de los votantes quiere cobrar una menor pensión que le corresponde o un menor sueldo, pagar por una sanidad y por una educación, incluso trabajar mas horas y cobrar menos dinero? No, la mayoría de la población lo que quiere es que a quien elige, legisle y gobierne de acuerdo a lo mas razonable para los habitantes del país y no para el “mercado”. Y también quiere vivir bajo un Estado de Derecho, en el que nadie pueda estar por encima de la leyes, ni el presidente de un gobierno, ni un ministro, ni un presidente de una comunidad, ni un partido político, ni un juez, ni un banquero, y cualquiera de de ellos, en ese caso, puede ser juzgado y encarcelado.
Por todo ello, nuestro voto no ha de ser anticapitalista sino SOCIALISTA. Esa es la gran medida ha establecer, esa debería ser lo que fuese el catalizador de las distintas fuerzas de izquierdas de este país, sin medias tintas, identificar bien a las claras cual es el bloque que opta por mantenerse bajo condiciones capitalistas de producción y cual el que decide por el Socialismo. Teniendo bien claro – sin tener que llevarnos a engaño – que bajo el capitalismo solo existe una Dictadura, una dictadura económica que subyaga a la política y bajo el socialismo se puede optar por un sistema dictatorial o por un sistema democrático subyugado al Estado de derecho.

II.
El Socialismo es lo mínimo no la máxima de la democracia. No se puede luchar por la democracia y por el Estado de derecho de manera independiente del Socialismo, es decir, no se puede luchar primero a favor de la democracia y cuando ella esté establecida aplicar todos los esfuerzos por introducir el Socialismo. Como vimos en el anterior punto, eso es una trampa, pues democracia y socialismo van intrínsecamente unidos, por decirlo de otra manera: ser demócrata es ser socialista. ¿La razón?, fuera del socialismo las decisiones económicas están fuera del campo de acción del poder legislativo y ejecutivo, y de igual modo, aquellos que las toman, están bien protegidos de ser juzgados por el poder judicial. Es por ello que la organización a votar debería hacer campaña únicamente en pro del Socialismo y así mismo realizarlo en la medida de lo posible en aquellos lugares donde gobierna – aunque por mucho que lo intente, debido a la organización del estado lo podrá hacer a baja escala, ¡Pero ha de hacerlo! De igual modo somos conscientes de la importancia del razonamiento deductivo, pero no debemos de infravalorar el inductivo, cuyo ejemplo, el de Marinaleda, no ha inspirado ha ningún otro municipio de "izquierdas"-.
Todos aquellos frentes comunes que pudiesen hacerse entre distintas organizaciones deben tener como puente de unión el Socialismo. Los lideres de dichas organizaciones han de ser explícitos ante este cuestión vital: Que las decisiones económicas sean tomadas por los "representantes" de los "ciudadanos" solo puede ser llevada a cabo bajo el Socialismo. Tras ello, pero solo tras ello, se podrá empezar a discutir sobre las medidas a presentar:
-Bajo el Socialismo: lucharemos por la urgente necesidad de una banca pública
-Bajo el Socialismo: lucharemos por retirar la indignante ley de extranjería
-Bajo el Socialismo: lucharemos por la nacionalización de diversos sectores, etc.
¿Cuántas veces escuchamos la palabra Socialismo en los líderes de las distintas organizaciones de la izquierda? Sin duda es un error hablar de medidas secundarias y no de la primaria, el preso lo primero que ha de pensar es en quitarse los grilletes y tras ello, solo tras ello, tras tener libertad, intentar tener una nueva vida.
"Intentar", y usamos esta palabra en vez de "llevar", porque otra de las razones que indican a las claras que esto que vivimos no es democracia bajo un Estado de derecho es la imposibilidad de cambiar el estado de las cosas existentes. Es decir, que bajo un sistema capitalista de producción, el orden existente no se puede tocar, excepto que lo demande y lo obligue los "poderes económicos". Solo los "mercados" gracias a la dictadura económica bajo la que estamos subyugados puede obligar a cambiar derechos- reforma de las pensiones, leyes de extranjería, modificación del estatuto de los trabajadores y de los convenios colectivos, techo de gasto, reforma constitucional, etc-, aspecto del que esta excluido la política. Y dicho pensamiento no es una teoría loca, ¡la práctica esta llena de ejemplos! Pongamos solo dos ejemplos, los que tenemos mas cerca. 1936, España, el querer cambiar el estado de las cosas existentes en ese momento ocasionó un golpe de estado con la siguiente reacción de la legalidad vigente, que produjo la lucha durante tres años. 25 de abril de 1975, Portugal, tras la caída de la dictadura se lucha por "intentar"caminar hacia el socialismo, pero las grandes movilizaciones iniciales van acompañas de un primer golpe de estado, las nacionalizaciones y la reforma agraria que supone que el estado portugués tenga bajo control el 70% del PIB ocasionan un segundo golpe de estado. Y como las masas de trabajadores seguían luchando por mantener el cambio, se les debió explicar que las cosas no son así y se produjo un tercer golpe de estado definitivo. Tras ello la constitución en su preámbulo aseguraba "abrir una senda hacia una sociedad socialista", pero la realidad era una sociedad cansada y llena de miedo - ¿O acaso necesitaban otro golpe de estado o el desencadenamiento de una guerra civil para entenderlo? - que poco hizo cuando aquella constitución se convirtió en papel mojado y se inicio la privatización del sector publico de la economia y la paralización de la reforma agraria, así como la democracia directa.
El caso portugués sin lugar a dudas ha de ser ejemplo para Túnez y para Egipto, dándoles dos ejemplos concisos: Bajo condiciones capitalistas de producción el estado no puede establecer medidas económicas fuera del límite impuesto por las empresas transnacionales, fondos de inversión, etc, y solo bajo condiciones socialistas de producción se pueden cambiar el estado de cosas existentes.

III.
Una de las intenciones de los anteriores puntos – aunque la intención primordial es clara y meridiana – es hacer observar la esterilidad de discusiones sobre los mas diversos temas siempre y cuando no se este dando un jaque al capitalismo, siempre y cuando la declaración de intenciones no sea el Socialismo.
De que vale a las organizaciones de izquierda – y sinceramente, para ser de izquierdas y visto lo visto, y leído lo leído, solo se puede ser anticapitalista – negociar y discutir un programa común si en ello no se encuentra como punto central y como eje fundamental para el resto de medidas la lucha por el socialismo, pero no con la boca cerrada o como quien firma un papel de un banco – sin leerlo y lo mas grave aún, ¡sin creerlo!- De que vale el deliberar sobre las células madres, la viabilidad de las centrales nucleares, la necesidad de las energías renovables, la cantidad de molinos eólicos o paneles solares, la ayuda al tercer mundo o condena de la deuda, la ejecución de obras en espacios naturales protegidos, la emisión de CO2, etc, si todas esas medidas no van en contra del actual sistema capitalista y son las grandes empresas, y los fondos y bancos que invierten en estas y son sus propietarias, a la vez que compran deuda soberana de un país y por tanto son propietarias también de este, los que deciden lo que se puede o no hacer. ¿Por qué esgrimir y luchar porque el sistema capitalista cambie las cosas que van en contra de sus intereses y de sus beneficios? Solo bajo un sistema socialista de producción se pueden discutir todas esas medidas, porque en este caso el poder legislativo podrá legislar sin chantaje. Una suposición: ¿Qué el parlamento español obliga a que los coches que circulen por su estado han de emitir una cantidad de Co2 de x cifra y tales dosis apenas lo cumplen dos o tres marcas automovilísticas? Serán entonces el resto de marcas – Reanult, Citroen, Ford, Opel, etc- las que a las claras y sin esconder nada, indicarán que si tal hecho se lleva a efecto cerrará sus fábricas, a pesar – y esto es una suposición, un hecho llevado al extremo- de que la mayor parte de la producción es exportada a otros estados. La solución es clara, o bien la ley se queda en el cajón o por lo contrario y siempre y cuando lo viesen con buenos ojos las empresas automovilistas y los fondos de inversión que son sus accionistas, la ley se ejecutara pero aumentando las subvenciones a la empresa, eliminando gran parte de sus impuestos y acompañando esa ley con otra que flexibilice los contratos laborales así como los sueldos, incluso pueden ir mas allá – por ello poseen el poder y como tal lo ejercen- y discutir si eliminar los liberados sindicales o mas bien los sindicatos - ¿improbable? Acaso no han conseguido que sean los trabajadores de acuerdo con los sindicatos los que vean bien el bajarse el sueldo y producir más a cambio de que la empresa se mantenga en un territorio-
¿De qué sirven esas leyes si no se cambia el sistema? Pues no existen decisiones políticas sobre economía pero si decisiones económicas sobre política. ¿Acaso cambiamos algo si condenamos la deuda a todos los paises del tercer mundo si a la vez les mantenemos bajo un sistema capitalista de producción que nos hace a la vez venderles armas? Y no se ha de ir tan lejos, bien cerca tenemos Grecia, fue en el parlamento europeo donde Daniel Cohn-Bendit – antiguo anarquista y actualmente portavoz del Partido Verde Europeo – bajo la atenta mirada de Diego Pezón Garrido – antiguo miembro de la Presidencia Ejecutiva de Izquierda Unida y actual Secretario de Estado para la Unión Europea- dijo a las claras que la unión europea estaba haciendo negocio a costa de Grecia, un ejemplo:”Francia le ha vendido seis fragatas a Grecia por 2500 millones €, helicópteros por 400 millones €, Rafale de combate por 100 millones € cada uno […] y Alemania le ha vendido a Grecia 6 submarinos por otros 1000 millones de € […] ¡Si somos unos absolutos hipócritas! ¡Les prestamos dinero para que nos compren armas!” Pero la solución no está en cambiar las cosas desde el parlamento Europeo o hacer que este sea mas justo y menos hipócrita – como ejemplo de ello los asientos vacíos a su alrededor y el escaso aplauso a la “verdad” dicha sin tapujos – ni lo que esgrime el excelente documental griego “Deudocracia” de considerar la deuda griega como “deuda odiosa – ellos ponen como ejemplo ecuador, ¡pues que sean como ecuador!- o “deuda ilegitima”, sino el cambiar el orden de cosas existentes y para ello es vital que sea el parlamento el que decida políticamente según los intereses de los “ciudadanos” y no de los “mercados”. Son los políticos los que han de generar confianza en los ciudadanos y no sobre los “mercados”. Pero esa no es solo la solución de Grecia sino la de toda Europa y la de todo el mundo, pues el capitalismo solo tiene dos salidas o acabar con el mundo o acabar con sus habitantes.
¡Votemos por el Socialismo, pues es votar por la democracia y el Estado de Derecho!

IV.
¿Hay qué estar en un parlamento de una democracia "aparente" o "ilusoria"? Claro que sí, ya sea con dos, cinco, ocho o veintiún diputados y cuantos más mejor, pero no adoptar tras ello – ya sea con un diputado o con cuarenta- el papel que se ha adjudicado a la Izquierda en un sistema de producción capitalista, el actuar como pepito grillo, como conciencia critica – y con ello el indicar y ser muestra de comprobación de que existe democracia y Estado de derecho, puesto que permite distintas voces en el parlamento – y nada más. Si se está en el parlamento es para denunciar la falacia y la ignominia de la democracia "ilusoria" como de las medidas ejercidas por el bloque dominante. Son los preparados representantes de la izquierda los que deben asumir el explicar día tras día las contracciones del capitalismo y con ello mostrar que la guerra no es ni con el PSOE, ni con el PP, sino contra el sistema. Que es el sistema de producción capitalista el que permite que haya agricultores que indiquen que les sale mas rentable, cuando el precio de venta es muy bajo, el tirar la mercancía - alimentos- recolectada, que sacarla al mercado. Que es bajo este sistema que en los invernaderos de el Ejido se cultive un tercio del consumo invernal europeo de frutas y verduras, todo gracias a mas de cuarenta mil sin papeles que como verdaderos esclavos trabajan sin contrato laboral y viven en míseras construcciones de cartón y de plástico, sin agua ni electricidad. Que este sistema capitalista que genera una palmaria dictadura económica en la que no gobiernan los parlamentos sino los fondos de inversión y empresas transnacionales, que además, no es que controlen sino que son propietarios de los medios de comunicación, engaña a los "ciudadanos" ofreciendo una información sesgada cuando no falsa. Se ha de decir delante de los 350 diputados y denunciar si de ello no informan los medios públicos, sobre todo, pero también los privados, que en españa el porcentaje de población adulta que trabaja en los servicios públicos que proporcionan el denominado "Estado de Bienestar" representa un 9%, mientras que en la unión europea de los Quince el promedio es de un 15% - ¡casi el el doble!- e igualmente informar que en españa las "políticas" fiscales generan unos ingresos que representan el 34% PIB, mientras que UE-15 es del 44%, indicando a la vez que el porcentaje de impuestos que pagan los obreros en la UE-15 es muy similar – la diferencia viene con la calidad de los servicios públicos- pero no ocurre lo mismo con los empresarios, en este caso los patrios pagan bastante menos que sus homólogos europeos. Claro que hay que estar a favor de revertir las reducciones de impuestos, de la banca pública, de combatir el fraude fiscal y los paraísos fiscales, de establecer un impuesto a las transacciones financieras, etc, pero indicar que son simples parches a colocar al capitalismo, pues la culpa no son las personas ni los entes sino el Sistema, y por ello de poco vale el cambiar a Zapatero por Rubalcaba o Rajoy, o echar las culpas a Sarkozy o Merkel, así como pedir la salida o desaparición de la Unión Europea, puesto que la única solución es cambiar un sistema de producción capitalista por uno socialista.
Y para ello es necesario que la izquierda recupere en su discurso verbal y escrito la palabra socialismo, indicando en todo momento que la democracia y el estado de derecho solo es posible bajo un sistema de producción socialista, que la democracia y el estado de derecho pertenece a los socialistas pues los capitalistas han demostrado en la totalidad de las ocasiones que son incompatibles con el estado de derecho. Entremos al combate de los conceptos sin miedo, enfrentémonos con datos y ejemplos a la ideología dominante. Solo así lograremos un cambio.

V.
Votar socialismo es impedir que nadie este por encima de la Ley o que suplante la Ley. Es lograr la independencia del Poder Judicial, su independencia del poder político y del poder económico. Es evitar qué el demagogo capitalista, hoy aclamado como el político mejor valorado, Josep Antoni Duran i Lleida, proponga para las nuevas elecciones una reforma del código penal para tipificar el hurto como delito y poder ser juzgado en 72 horas, esgrimiendo a continuación, "Sin seguridad no hay libertad y sin libertad no hay democracia". Mientras tanto no se juzga a Amancio Ortega de que en Brasil se detectasen talleres de una subcontrata de Inditex donde "empleaban" a esclavos, así como el clamoroso caso Botín: el Banco Santander durante los años 1988 y 1989 proporcionó información falsa a Hacienda sobre casi diez mil operaciones que representaban 145.120 millones de pesetas, declarando como titulares de las cesiones de ese dinero personas fallecidas, parados, antiguos clientes, etc. Ante la dura acusación sobre Emilio Botín, el ministro de economía Rodrigo Rato, presentó un escrito a la Secretaria de Estado de Justicia , María Teresa Fernández de la Vega, pidiendo que no se dirigiera “acción penal alguna por presunto delito contra la Hacienda Pública, contra la citada entidad bancaria o sus representantes”. Gracias a ello el autoproclamado vencedor de la actual crisis no rindió cuentas con la justicia, la cual se halla totalmente dependiente de los títeres políticos. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta es clara, apenas un 0,035% de la población controla un equivalente al 80% del PIB.
Si existiese un poder judicial independiente del poder ejecutivo y legislativo, cualquiera que formase parte de estos dos últimos poderes podría ser juzgado independientemente de su condición de alcalde, presidente de la diputación, presidente de la comunidad, diputado, ministro o presidente del gobierno o jefe de Estado. ¿ Acaso alguien duda de que Felipe Gonzalez tiene absoluta constancia del terrorismo de Estado llevado a cabo por el GAL? ¿ O que el rey de españa, Juan Carlos I ha ido aumentando progresivamente y de manera cuantiosa su patrimonio personal y el de su familia con obscuros negocios, ya sea con los "democráticos gobiernos" de Qatar y Arabia Saudí así como con las compañías nacionales de Mario Conde, Ruiz Mateos o Javier de la Rosa?
Habrá mas de uno que hasta altura del artículo dirá que en los paises de producción socialista los líderes comunistas habían estado por encima de la Ley o incluso habían suplantado a la Ley, que también había habido diferencias al juzgar los delitos y que el poder judicial estaba subyugado al poder ejecutivo y legislativo. No diré que no, sino mas bien diré: De acuerdo. Pero en esa hipótesis planteada ya hemos retirado de en medio el poder imperante en el sistema capitalista; el poder económico representado por los fondos de inversión. Se me podrá hacer una nueva objeción: ¿Pero es que en los paises socialistas también manda el poder económico, solo que en este caso, este reside en el Estado? Nuevamente no diré que no, sino que justo esa diferencia de que el poder económico se encuentre dentro en vez de fuera es lo que nos permite elegir, pues no es de otros sino nuestro.
Con el socialismo desaparece el chantaje, generando una libertad para elegir. Somos libres de elegir si queremos ser un estado democrático o no, si queremos un Estado de Derecho o no. Solo bajo el socialismo los distintos poderes pueden ser independientes, ausente el chantaje del poder económico, solo bajo un sistema de producción socialista se podrá elegir que no haya nadie por encima de la Ley ni que nadie suplante la Ley, solo bajo el socialismo existirá el Derecho, que como tal, establecerá incompatible con la forma de ley el hecho de que la fortuna de una persona dependa de la miseria de millones de personas y de que la persona poseedora de millones de euros no sea juzgada ni encarcelada al contrario que ocurre con los pobres que llenan las cárceles.

VI.
El capitalismo – en aras de la libertad de comprar y vender (donde siempre venden los mismos y siempre compran los mismos), de la denominada iniciativa privada (con ella sola no se logran imperios ni riquezas, pero sí si se dispone de condiciones económicas y de clase para tener iniciativa, sin olvidar el no tener reparos morales en base a amasar mas y más con una absoluta indiferencia hacia las condiciones bajo las cuales se produce ese enriquecimiento. No olvidemos que existe una casta que rechaza a los advenedizos que se reproducen no a causa de méritos o virtudes sino por vía vaginal, los cuales siempre se encuentran en los puestos mas importantes del Estado y en este caso no hablamos en exclusiva del parlamento sino también de la Banca.) ha convertido al hombre del siglo XXI en un esclavo.
Primero: Lo ha despojado de la familia. Los economistas liberales – incluyendo en esto a todos los ministros de economía de los paises capitalistas – ven una vagancia o una pereza – incluso un signo del desempleo- el hecho de que los trabajadores o los desempleados no quieran ir a cualquier lugar donde haya trabajo. Ven inconcebible – o acaso como signo genético del obrero- el que un hombre que nació en Cuenca en donde vive con su mujer y sus hijos, y en donde se divierte con sus amigos, no quiera - ¿como si un obrero pudiese querer? ¿Qué se cree que es? - ir a trabajar a Ferrol, ya sea por una deslocalización de la empresa para la que trabaja o por un puesto que le ofrecen desde la ETT de acuerdo a su curriculum. Y no solo han conseguido esto, sino además han logrado que el trabajador deje de pensar en tener descendencia pues ello va ir en contra de su trabajo – al cambiar sus condiciones o aspiraciones- o bien porque no podría alimentar una boca más – pues mucho comen el coche, la casa, la televisión, el teléfono móvil, el equipo de fútbol, en definitiva, las cosas importantes de la vida sin las que uno no puede vivir, ¿Un niño? ¿Para qué?
Segundo: Lo han despojado del espacio público. ¿Si de poco vale la opinión del presidente del gobierno ante los mercados, de que vale el hablar en las calles, el argumentar? Es por ello que solo nos queda hablar de Mesi o de la Duquesa de Alba. ¿Por qué? Hablamos sobre lo que habla la televisión. Y cuando no lo hacemos y se sale a la calle, ya está la policía – las fuerzas represoras – para recordar que la calle no es nuestra - ¿De quién es? ¿Acaso la calle, la plaza no se ha convertido solo en un lugar que te lleva de un mercado a otro donde poder comprar todo lo que deseamos (no lo que necesitamos, pues ello no genera crecimiento ni enriquecimiento, sin dejar de lado que ello consigue que nos empobrezcamos y decrezcamos los que compramos cada día un nuevo producto, el cual ha de mostrar a los demás – vaya paradoja- nuestro progreso y riqueza. ¿Para qué queremos las plazas si tenemos los centros comerciales, para qué hablar de política si nada se puede hacer por solucionarlo, salvo esperar tiempos mejores?
Tercero: Lo han despojado de su compromiso moral. ¿La justicia? ¿la verdad? ¿lo que mas conviene a la comunidad y no al individuo? Acaso no se considera como acertada la teoría de la evolución de Darwin – la “supervivencia del mas apto” (pero si el mas apto no dispone de las condiciones económicas, se quedará en cajero del Carrefour en lugar de ser su propietario, el cual lo es no por sus capacidades sino por su dinero, sin olvidar el no tener reparos en guardar bajo siete candados la justicia y la verdad). Es dogma liberal el indicar que el egoísmo liberal lleva al bien general - ¿de verdad? - , de ahí que los economistas liberales digan que es demagógico el subir impuestos a los mas ricos pues ello supondrá que inviertan menos y ello ocasionará mayor desempleo – en base a esta idea el ejecutivo de Aznar y Zapatero fueron reduciendo los impuestos a las grandes fortunas, cuando no suprimiendo, y así es como se justifica la existencia de las SICAV- Pero en verdad todo ello solo nos lleva a un gran mal general y un estupendo bien particular.
Cuarto: Lo han despojado de los medios de producción. ¿Qué posee el hombre? ¿Libertad para vender su fuerza de trabajo?- y no al mejor postor, ¿Qué se cree el obrero para exigir o pedir? ¡Demasiado que se le da un dinero para subsistir.- ¿Acaso el obrero, su fuerza de trabajo, no es una mercancía más? Por ello en la actualidad la mercancía obrera – al igual que un tornillo o un tractor – no tiene ni libertad para vender lo único que le queda – pues carece por completo de los instrumentos para producir o crear – su fuerza de trabajo, gracias a que nos tienen cogidos por las hipotecas, por el préstamo del coche o las vacaciones o bien por un sueldo tan ignominioso, que cualquier circunstancia – una enfermedad: pensemos en una familia cuyo sueldo apenas alcanza los 1200 euros entre el hombre y la mujer,¿que ocurre si su niño pequeño enferma? ¿Quién va a cuidar de él? ¿Con qué dinero le van a comprar las medicinas? ¿O qué ocurre si la mujer o el hombre enferman o tienen un accidente? ¿O si se les rompe el coche de segunda mano que tanto costó comprar y tan necesario es para ir a trabajar al carecer de medios de transporte público? Tenemos lo justo para sobrevivir.
El capitalismo es un sistema esclavista, un sistema de destrucción generalizada, un sistema que conserva la desigualdades y elimina las diferencias, un sistema donde las deudas representan el resultado de las luchas de clases, un sistema donde las victimas son invisibles y su victimismo excluye la compasión, un sistema que solo piensa en crecer y crecer – gracias a la competitividad y la flexibilidad – y no puede parar ni hacer una pausa, basándose en que se trabaje mas horas y durante mas tiempo, siempre más, más – salvo en poder adquisitivo siempre menos (pues este proporcionaría libertad y esto, la libertad, ha de ser privada al paria- para hacer más cosas y mas nuevas.

VII.
Solo el socialismo puede liberar – emancipar- al hombre. La solución no es recuperar derechos perdidos, el regresar al estado de hace diez, veinte, treinta o cincuenta años, el aspirar a tener el estado del bienestar de los nórdicos, pues ello es no comprender nada de nada y mucho menos ser de izquierdas. El problema o el causante es el sistema de producción capitalista, este sistema podría dar marcha atrás y otorgar medidas de excepción a los paises del primer mundo, pero nunca a los del tercer mundo. Sí, el obrero sueco puede tener una libertad mayor que un español, pero siempre a costa de la esclavitud de un bangladesh. ¿Acaso a un comunista solo le importa sus condiciones? ¿A caso no se es consciente de que la tierra no da para más? ¿A caso no se es consciente de que 1500 personas poseen la riqueza equivalente al PIB de todos los paises llamados en “vías de desarrollo” y 1500 millones de personas viven, por su parte, con menos de dos dolares diarios? Por todo ello y porque no hay otra solución, luchemos contra el capitalismo – hasta hacerlo desaparecer – y votemos y hagamos y aspiremos – no como utopía, sino como realidad, al desenmascarar las contradicciones del capitalismo entre lo que dice y lo que hace y sus consecuencias – por el SOCIALISMO, pues el Socialismo no es una opción política, sino la opción de la política, con el socialismo comienza la política – la posibilidad de que en el parlamento, a través de los representantes de los ciudadanos se hagan (tras la argumentación y el razonamiento) leyes políticas (que pueden ser buenas o malas leyes) pero en todo caso leyes (despojadas del chantaje económico) que puedan modificar e influir en la vida de los ciudadanos con independencia de las Bolsa o de lo que opine el FMI, el Banco Mundial o las agencias de calificación. Todo aquel que crea en la Política ha de creer en el socialismo, pues solo bajo un sistema de producción socialista – y en ausencia de guerra – será posible el pluripartidismo, la democracia y la separación de poderes.

Fuente: http://www.lamanchaobrera.es/?p=4407


*El largo artículo que se presentara dividido en varias partes esta inspirado y basado en el pensamiento ofrecido por Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero , en "Educación para la ciudadania. Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho. Carlos Fernández Liria / Pedro Fernández Liria / Luis Alegre Zahonero / Miguel Brieva. (Editorial Akal 2007).",en "Comprender Venezuela, Pensar la democracia: El colapso moral de los intelectuales occidentales. Carlos Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero (Editorial Hiru, Hondarribia, 2006) y Capitalismo y nihilismo. Dialéctica del hambre y la mirada. Madrid, Akal, 2007 de Santiago Alba Rico.

Traición

Nota Dom Dic 04, 2011 3:49 pm
TRAICIÓN*

SECRETARIO. Que pase, que pase

(Se levantan de la mesa varios hombres, dejando solo al
Secretario que sigue desayunando tranquilamente.)

ISAÍAS. Buenos días
SECRETARIO. Buenos días. Pase. Siéntese, por favor. (Isaías se sienta. El Secretario abre una carpeta) El compañero Isaías, ¿verdad?
ISAÍAS. Sí.
SECRETARIO. Soy el secretario Adolfo, secretario de Acción Sindical.
ISAÍAS. Tengo mucho gusto en conocerle.
SECRETARIO. Le supongo enterado de la razón por la que ha sido llamado.
ISAÍS. Por la declaración de huelga indefinida.
SECRETARIO. ¿Puede usted ayudarnos en algo?
ISAÍS. Mucho me temo que no.
SECRETARIO. ¿No ha participado en ninguna comisión o asamblea donde se haya discutido dicha actitud?
ISAÍS. No. Hasta la declaración realizada por los trabajadores, no había oído nada. En nuestras comisiones no se habló nada de ello.
SECRETARIO. ¿Y ningún miembro del sindicato ha colaborado o participado en ello?
ISAÍAS. Ninguno.
SECRETARIO. ¿Todos os habéis posicionado del lado de la decisión tomada por la Comisión Ejecutiva?
ISAÍS. Sí.
SECRETARIO. (Saca un paquete de chicles) ¿Quiere usted?
ISAÍS. No, gracias. (Saca un paquete de tabaco) ¿Se puede fumar aquí?
SECRETARIO. No. Ya sabe, a partir de la ley antitabaco convertimos el edificio entero en un espacio sin humos. (Isaías deja el paquete encima de la mesa). Es un poco raro todo esto, ¿no le parece? Ninguno de los cinco sindicalistas, que yo sepa, escuchó durante los meses previos nada sobre la Huelga Indefinida. ¿Usted tampoco?
ISAÍAS. No.
SECRETARIO. Es decir, todos ustedes, los cinco, durante esos meses apoyaron sin fisuras la decisión tomada por la Comisión Ejecutiva. ¿Nadie dudó de la posición del sindicato? ¿Ninguno de los cinco discrepó con la decisión de negociar?
ISAÍS. Estando yo presente, no.
SECRETARIO. ¿Esta usted sugiriendo que el resto, a su espalda, podría haber exaltado a los trabajadores en contra de la decisión del sindicato?
ISAÍAS. Lo único que yo sugiero es que en todas las conversaciones en las que yo he formado parte en ningún momento se habló de Huelga Indefinida.
SECRETARIO. Habrá que suponer entonces que han sido los trabajadores los que a través de reuniones clandestinas en ausencia de los sindicatos han decido el seguir el camino de la Huelga Indefinida.
ISAÍS. ¿Qué puedo yo decirle?
SECRETARIO. (Saca un folio de la carpeta y se lo da a Isaías) ¿No le parece a usted que el comunicado está realizado por alguien que sabe muy bien de lo que está hablando?
ISAÍS. Todo obrero sabe de lo que esta hablando.
SECRETARIO. Sí, sí, pero es el empleo de palabras antiguas, pasadas de moda. (Se levanta hacia la papelera para tirar el chicle. Tras ello ocupa de nuevo su lugar). Para su edad, esta usted aguantando muy bien el pulso.
ISAÍS. Estoy acostumbrado. Fui uno de los que implantó el sindicato durante la dictadura en esta región, y mas de una vez tuve que responder ante los sindicatos verticales de las acciones cometidas por los trabajadores.
SECRETARIO. No hay que confundir los sindicatos actuales con aquella farsa dirigida por la dictadura.
ISAÍS. Ellos también se llamaban Sindicatos.
SECRETARIO. Ya lo sé. Yo también fui investigado en el Norte. Servía de enlace y vocal del jurado de la empresa. Fui investigado una sola vez, pero me bastó. Acabé encarcelado. Fue a causa de firmar un pliego que iba a ser llevado al Ministerio de Trabajo. Conozco bien como eran aquellos sindicatos y como comprenderá, no siento un gran afecto por ellos.
ISAÍS. Yo los odiaba con todo mi corazón y me gustaba el fingir delante de sus narices aquellas acciones que de manera clandestina planteábamos en las comisiones los obreros. Eramos gente valiente que intentábamos colaborar en la emancipación proletaria. Eramos comunistas que intentábamos dinamitar el sistema opresor a través de las comisiones.
SECRETARIO. ¿Y le gusta aun fingir delante de sus narices?
ISAÍS. Estoy ya viejo para fingir y para Huelgas Indefinidas. Pero entiendo que los trabajadores hayan llegado a ese extremo.
SECRETARIO. Los entiende a pesar de que desde el sindicato se les incitó a que no era la mejor medida a llevar a cabo.
ISAÍS. Eso es.
SECRETARIO. Porque en ningún momento ninguno de los cinco escuchó la idea de declarar una Huelga Indefinida, ni colaboró en la redacción de este documento. ¿Es así?
ISAÍS. La primera noticia de la Huelga Indefinida fue con la publicación del documento.

(El secretario mueve la cabeza gravemente y sale del despacho. Al cabo de un minuto entra con Luis,un joven de veinte años que se sienta cabizbajo al lado del secretario)

ISAÍS. Se lo ha contado todo, ¿verdad?
SECRETARIO. Sí.
ISAÍS. El pobre no ha podido permanecer en silencio. Era demasiado para él. ¿No cree usted señor secretario de Acción Sindical?
SECRETARIO. Sí. Era demasiado para él.
ISAÍS. Me di cuenta desde el principio de que esto iba a terminar así. Justo al día siguiente de la comisión en la que se determinó el seguir pautas propias y no las del sindicato.
SECRETARIO. Y si se dio cuenta desde el principio, ¿por qué fingir? ¿por qué proteger?
ISAÍAS. ¿Cómo hacer otra cosa? Yo pertenezco al sindicato para luchar. Nunca me he dado por vencido. La decisión de llevar a cabo una Huelga Indefinida era difícil pero era la mas digna, justa y necesaria. Durante esos días las comisiones volvieron a ser comisiones y los trabajadores, trabajadores. Y, además, durante este tiempo de lucha, he vuelto a sentirme orgulloso de mi labor como hacia ya mucho tiempo.
SECRETARIO. Es consciente de que es muy probable su expulsión.
ISAÍAS. (Alza la vista y se queda mirando al Secretario fija y curiosamente) Es curioso lo que nos ha ocurrido, ¿eh, señor secretario de Acción Sindical? Ahora caigo en la cuenta de que es muy curioso.
SECRETARIO. ¿A qué se refiere?
ISAÍAS. A que nosotros hemos sido compañeros y hemos luchado por la misma causa. Y ahora parece como si todo aquello hubiera sido una especie de sueño, ¿verdad, camarada? Como si hubiésemos sido miembros de sindicatos distintos. ¿Me deja que por un momento le llame camarada?
SECRETARIO. No, camaradas se llaman los comunistas y yo no soy comunista. Nosotros somos compañeros.

(Un silencio)

ISAÍS. (Ríe) Me da risa pensarlo.
SECRETARIO. ¿Pensar qué?
ISAÍAS. Que si hace veinte años hubiese llevado a cabo una Huelga Indefinida, la dirección del sindicato se hubiese puesto muy contenta. Y que yo, por lo mismo que ahora soy considerado un traidor, entonces hubiera sido considerado un héroe. (Ríe) ¿No le hace gracia? Uno es un héroe o un traidor, según las circunstancias, aunque la acción sea la misma.
SECRETARIO. Deje de pensar en esas cosas. (Un silencio. Dice lentamente) Son tiempos distintos.
ISAÍS. ¡Tiempos distintos! ¿Has oído, Luis? ¡Tiempos distintos!
SECRETARIO. Ya no son épocas de Huelgas Indefinidas.
ISAÍAS. Claro. Ya no vivimos bajo una dictadura. ¿Quiere decir eso?
SECRETARIO. Vivimos en un una democracia en estado de derecho donde no tienen cabida acciones extremas. Como sindicato serio y respetuoso, tenemos el deber de negociar y lograr en lo posible la paz social.
ISAÍS. Bueno, ya pasó. Todo ha terminado. (saca del paquete de tabaco un cigarrillo y lo enciende con un mechero que coge del bolsillo). Me gusta ver que, por lo menos no me ha reconocido como camarada. Hubiera sido muy mortificante para mí que en estos momentos me hubiera tratado como tal, como acostumbráis hacer... No. Usted ha sabido reconocer la diferencia entre ambos.
SECRETARIO. No le había visto nunca, pero he reconocido en usted a muchos compañeros míos de aquella época pasada. Esa mirada triste, el mismo gesto cansado un poco torcido, el abuso de palabras trasnochadas, la incapacidad para reconocer que el mundo ha cambiado y olvidarse del pasado.
ISAÍS. Yo, en cambio, creo que usted, en aquella época, era del tipo de sindicalista que prefería ocuparse del papeleo administrativo en lugar de escuchar y hablar al obrero en la fábrica ¿A que sí? He conocido a muchos como usted. De vez en cuando una acción heroica que lograse las alabanzas del sindicato, momentos en el que las piernas le temblaban y solo lograba dormir pensando que aquello era necesario hacerlo... para su bien.
SECRETARIO. No es verdad.
ISAÍS. ¿No es verdad que tras la legalización del sindicato ha ido ascendiendo hasta llegar al secretariado de Acción Sindical? ¿No es verdad que se pueden contar con los dedos de una mano las veces que se ha reunido con los trabajadores, al contrario de las abundantes ocasiones que ha departido almuerzo con políticos y patronal? ¿No es verdad que cree en la socialdemocracia? ¿No es verdad que cree en el sistema capitalista como el mejor sistema posible? Y pude que pregunte que porque lo sé y la razón es que hay tantos como usted en el sindicato.

(El secretario se echa a reír y Luis le imita. Ambos se ríen de Isaías. Lo miran y se ríen)

ISAÍS No os rías. ¿De qué os reís?


*Traición es una versión libre ( o inspirada) de la obra teatral La Mordaza de Alfonso Sastre (1955)

Re: Traición

Nota Lun Dic 05, 2011 1:28 am
Qué bueno Pas

Más sobre Alfonso Sastre

Sin remordimientos

Nota Dom Dic 25, 2011 11:38 am
SIN REMORDIMIENTOS*


Era el día siguiente de la toma del Poder, hace ya varios años que con el inicio del valiente gesto de salir a la calle y con el acabose de introducir una papeleta, el pueblo había conseguido el gobierno. Pero solo ayer había tomado el Poder, y solo había sido posible alzarlo a la fuerza. Y ello lo demuestra que aunque el pueblo mandaba en el parlamento, el Poder seguía aferrándose en las mismas y perennes manos, seguía mostrando amenazas y ofreciendo miedo por el paso que se habían atrevido a dar, ¡Una cosa era el estar en el gobierno y otra el tener el gobierno!
¿Quién había comenzado? Qué mas da ahora, ¿a caso se podía olvidar todo lo que había sucedido hasta antes de ayer? ¿Quizás la historia apenas se podía escribir desde ayer? La cuestión es que el pueblo había tomado la decisión, meditada y justa, de adquirir el Poder, de alcanzar la verdad, no le bastaba con una simple apariencia, con una deformidad, con un baile de mascaras, con vestir las mismas ropas obscuras. Lo habían intentado a través de la palabra, a través de la elección y solo habían obtenido como respuesta una rotunda negativa manchada de sangre y hambre.

-No queda mas remedio – dijo el pueblo.
-¿Estáis seguros?
-Sí – exclamo al unísono el pueblo.

Y al día siguiente de tomar el Poder, ese día, fue cuando el pueblo se sintió por primera vez: Libre.

-¿No lamentáis ninguno de los asesinatos?
-No – respondió serenamente el pueblo - ¿Por qué razón debíamos hacerlo?

Durante la toma del Poder se había producido un clima de violencia en el que por una parte habían perecido parte del pueblo y por otra algún ex-jefe del estado, algún ex-presidente del gobierno, algunos ex-presidentes de autonomías, algunos banqueros, algunos empresarios encumbrados en la lista Forbes, el presidente de la patronal, varios periodistas, unos cuantos jueces del Tribunal Supremo, algún cardenal, arzobispo y obispo, algunos jefes militares. Y aún así, la lista de caídos era desproporcionado, por una parte decenas de miles, por la otra no llegaba a la centena, pues bien, aun así, solo la parte mas diezmada, que a pesar de ello y por ello, por ser más, por ser el Pueblo, había tomado el Poder, era la que debía, según numerosas voces procedentes de fuera, la que debía condenar y lamentar las terribles y horrorosas muertes.

-¿Cómo? - preguntó el Pueblo
-Con el arrepentimiento y el remordimiento.

Pero al día siguiente pocas voces del pueblo expresaron ese sentimiento, aunque desde fuera se le dio altavoces y alas.

-Es horrible la forma en la que hemos tomado el Poder. ¿Por qué hemos sucumbido ante la atracción de la muerte? ¿Por qué hemos elegido el camino más fácil pero mas lábil? Nos hemos arrastrado por aquellas antiguas voces renunciado a nuestros principios: la Palabra. ¿Con ello no hemos perdido toda razón de ser? ¿No sera hoy el día en el que hemos sido derrotados? ¿A caso no hemos aprendido nada de la historia, por qué la hemos repetido? Solo nos queda una salida digna: señalar a los causantes y regresar a la normalidad usando la palabra, convencer con argumentos, que sin duda alguna son los verdaderos y los mas justos. Sin ello, nuestro poder sera viciado, pues su bandera está representada por la sangre.
-¿Ves ese amplio campo sembrado por decenas de miles de hombres que solo habían hablado? Osa compararlos con aquel centenar que plácidamente descansan ebrios bajo una lujosa losa. ¿Quién es el que ha hecho todo por hablar y quien ha respondido siempre a la palabra con la muerte? ¿Quién se hizo rico a costa de los muertos por el hambre? ¿Quién echó al pueblo a la calle para que se muriese de frío? ¿Quién sacó los tanques y disparó discriminadamente contra el pueblo? ¿Quién dijo disparad contra los pecadores? ¿Quién no juzgó las torturas y se apoyó en las mentiras? ¿Quién ocultó todos los muertos que se iban produciendo mientras permanecíamos callados? - respondió el pueblo unido.
-¿Pero acaso no era justo eso lo que nos diferenciaba de ellos? ¿No era eso lo que nos daba una fuerza inmensa? Pero hoy, tras ayer, tras haber respondido con sus mismas armas hemos perdido toda la credibilidad, al menos aun hoy nos queda lo que ellos nunca han tenido: conciencia para arrepentirnos del mal hecho.
-¡No! – grito el pueblo – No vamos a renegar de lo que siempre hemos deseado: que el asesino fuese asesinado, que el opresor cayese bajo las manos del oprimido, es decir: ser libres.
-¿Pero es cierto que no os arrepentís de los muertos que manchan vuestras manos? ¿Qué el Poder tomado sea gracias al crimen y a la venganza?
-No reconozco tal crimen – habla el serio pueblo- Se ha hecho lo que se tenía que hacer. ¿Eso es el Mal? Bien creo que no es ni Bien ni Mal, mas bien sabemos que es hoy cuando habrá Ley.

Y es entonces, cuando el otro va de nuevo a hablar, cuando el pueblo lo mata.

-Esperemos que esta sea la última muerte de este Hoy en el que comienza el camino de la Libertad. Pero que nadie dude ahí afuera y aquí adentro que a partir de hoy quien tiene el Poder es el pueblo libre y quien vuelva a osar a volver a ponerle las cadenas, que tenga claro que no nos temblarán las manos en juzgarlo – dijo el pueblo.
A partir de aquel día el pueblo fue pueblo, el gobierno fue gobierno, la justicia fue justicia y los que tentaban a asesinar fueron asesinados. A partir de aquel día el pueblo vio el sol y la luna, el mar y la tierra, vio lo que había al otro lado, danzó alegremente por los verdes campos, y todo ello lo hizo por que no se sentía culpable: porque era libre.



*Sin remordimientos es una versión libre ( o inspirada) de la obra teatral Las Moscas de Jean-Paul Sartre (1947)

Las moscas

Nota Dom Ene 29, 2012 8:34 pm
Vosotras, las familiares, inevitables golosas, vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas.
Inevitables golosas, que ni labráis como abejas, ni brilláis cual mariposas; pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas, me evocáis todas las cosas.
*


Un ligero zumbido lo desveló, miró el reluciente reloj de pulsera colocado en la mesilla de noche y se levantó al observar que apenas quedaban quince minutos para que sonase el despertador. Se colocó las gafas y en la penumbra en la que se encontraba la habitación, intentó con su fuerte mano derecha atrapar el molesto insecto que durante casi media hora había rondado por su rostro, pero no lo consiguió, y además, no tenía tiempo para perderlo en pequeñeces.
Fue estando en el consejo de ministros cuando observó que varios de sus ministros eran igualmente atosigados por desagradables moscas. Y fue mientras su gran vicepresidenta decía o bien puede que repitiese el cinismo de la secretaria de organización, en todo caso, en el momento en el que su mano derecha exponía la retórica con la que explicar a la ignorante población, que aunque las medidas actuales suponían masivos despidos, en verdad, todo ello era en favor de generar empleo. Fue durante ese discurso, cuando el presidente se mostró ausente, mientras se mesaba la canosa barba y observaba detenidamente las moscas que revoloteaban alrededor del despeinado cabello de la mujer mas poderosa del gobierno. Intentaba evocar dónde había visto antes esas peculiares moscas de brillante cuerpo verde y prominentes ojos rojos, pero no alcanzó a hallar el recuerdo al ser requerida su opinión por la mujer de estridente voz, “Ah, sí, estoy de acuerdo, es la manera mas adecuada de actuar”, espetó con rostro serio a la vez que intentaba apartar a una serie de moscas que una y otra vez golpeaban las lentes de sus gafas.
Fue desde el estrado del parlamento, mientras desvelaba el paquete de medidas tan bien escondidas durante el periodo electoral, cuando, mirando a izquierda y a derecha, a los suyos y a los otros, percibió que la gran mayoría parlamentaria estaba rodeada por moscas que intentaban apartar de manera educada. Tal hecho ocasionó que en la posterior reunión con el “líder de la oposición”, así como en las siguientes, con sus compañeros nacionalistas y con la “líder populista”, hablasen de manera urgente, no de la aprobación de las medidas, tal hecho estaba mas que claro a pesar del natural teatrillo que había que realizar, sino el cómo se había de actuar de manera unitaria. Fue el elegante fascista nacionalista el que indicó con gran sabiduría que la medida correcta era tratarlas con absoluta indiferencia, “pues al fin al cabo, que daño pueden hacer sino son mas que moscas de mierda”
Así pasaron los meses, con unos diputados acostumbrados a sacudir la mano al aire y consiguiendo de vez en cuando el atrapar alguna de ellas, lo cual tampoco era importante, y es que no había tiempo para perderlo con aquellas moscas indefensas aunque cojoneras, puesto que rápidamente se aprendió a verlas como algo natural, al igual que se respira el aire contaminado de las ciudades. Pero un día apareció la noticia del fallecimiento de un banquero de provincias, donde de manera marginal se indicaba que en su estomago se encontraron mas de diez moscas. Noticias de esta naturaleza empezaron cada vez a ser mas habituales, pero en todo caso no encontraron portada hasta que se mostró al mismísimo jefe de estado en una de sus cotidianas recepciones gritando con mirada perdida, “las moscas, las moscas, quieren mi corona”. Aquella fue la última vez que se vio al rey en un acto público. Gran escándalo ocasionó el ver en directo como durante la conferencia del jefe de la patronal en el conocido desayuno informativo, las moscas empezaron a introducirse por sus orejas, cayendo al suelo al cabo de unos minutos. La situación ya no se escondió y cada día los medios de comunicación nos presentaban las numerosas victimas; banqueros, constructores, periodistas, grandes empresarios, políticos, ex presidentes, ex ministros, infantas, duques, etc, a unos las moscan les habían vuelto locos, a otros les habían desfigurado, en unas ocasiones las moscas se habían introducido entre las uñas, en otras por el ano, o bien se habían ahogado al entrar masivamente por la boca o por la nariz, era por ello que pedían al nuevo presidente del gobierno que actuase sin miramientos. Aquella noche en la que la decimonónica lampara del techo del palacio no aguantó la ingente cantidad de moscas que presentaba y cayó sobre el príncipe, el nuevo presidente del gobierno, se quitó los zapatos, se aflojó la corbata, colocó en la mesilla de noche el reloj de oro, y tumbado en la cama observó la masa negra que se desplazaba al igual que un huracán, fue entonces cuando se quitó las gafas y con ellas en la mano, vio como se colocaban sobre sus globos oculares y se introducían en su interior.


*Fragmento del poema “Las moscas” de Antonio Machado, de su primer libro, Soledades.

Esta es la historia de Pascual, un trabajador que ya con apenas catorce años era el chico de los recados en una tienda de ultramarinos. Al primer empleo le sucedieron varios más; aprendiz de mecánico, acomodador, etc. Es en la mili de dos años donde consigue todos los carnets de conducir y tras ello se decanta por una profesión: camionero. En los primeros años pasa por varias empresas, en una de ellas observa como según transcurren los meses los camioneros empleados pasan de cinco a cuatro, de cuatro a tres y de tres a dos, es en ese momento cuando su compañero, que lleva más tiempo que él en la empresa, le indica que una empresa de transporte vasca va abrir una filial, qué él se lo está pensando, qué no haría mal él tampoco en pensárselo según andan las cosas, y de ese modo es como Pascual entra hace cuarenta años en la empresa de transporte vasca junto a otros cuatro compañeros. Es a primeros de los ochenta cuando el recién legalizado sindicato hace una reunión con los trabajadores y les explican que por ley tienen derecho a tener un representante sindical, son los compañeros los que deciden por unanimidad que este sea Pascual. Días más tarde al finalizar la jornada, Pascual, que como siempre es el último en salir y en cerrar el portón, ve como una figura sale de la fría obscuridad del polígono, “Mañana no vengás” dijo el rostro iluminado por la farola, “Ni mañana ni pasado”, dijo la boca del hasta ahora amable jefe, “Ni nunca”, dijo aquel hombre que vestía como él, que hasta hace poco tiempo había sido un trabajador, que gracias al dinero ahorrado por la familia le habían dicho, “¿Qué tienes que perder?”, y a pesar del momento actual y a pesar de la vinculación vasca que ciertas reprimendas había soportado, mucho había ganado, pero aún no tanto como para cambiar de pantalón de pana y jersey de punto, “Hoy ha sido tú último día”, y tras estas palabras se introdujo en su coche nuevo de origen alemán, encendió las luces y sin querer prestar atención a la figura quieta, aceleró y se marchó a su casa pensando, “Pues tampoco es tan difícil”. Pascual aguantó aún varios minutos en esa postura, pensando en lo que le acababan de decir y sus consecuencias: el coche nuevo comprado, el niño recién tenido, el piso pensado en comprar, los reproches escuchados por su mujer y todos estos pensamientos se condensaron en una sola pregunta, “¿Qué ha cambiado?” Una sensación de sed, difícil de abandonar es la rutina, los hechos cotidianos repetidos día a día, le hizo salir de su ensimismamiento y caminar como cada noche al bar de la esquina como si nada hubiese pasado, pero sí había pasado algo y de ello se dieron cuenta los que allí compartían cada día laboral una o dos cervezas antes de ir a casa a cenar. Tras unas ligeras evasivas, Pascual le contó al viejo compañero lo ocurrido, este viejo militante en la clandestinidad al escuchar las palabras afligidas de su joven compañero, le indicó, “Tú mañana a trabajar, como si nada” y tras estas palabras le hizo un gesto de espera, indicó al camarero que tres cervezas más y salió del concurrido bar. Pasado un cuarto de hora, las tres cervezas sin tocar, entró el viejo militante con el sindicalista conocido días antes, él cual mostrando serenidad y calma repitió las mismas palabras, “Tú mañana a trabajar, como si nada”, y tras probar la cerveza le explicó qué no era él quién tenia todo por perder y le indicó el por qué, y le volvió a decir de nuevo, “Tú mañana a trabajar, como si nada” y le expuso distintos ejemplos, fue la seguridad en la palabra de aquel compañero lo que consiguió que Pascual no llegara a casa llorando y mostrase cierta valentía al dar la noticia a su mujer, la cual no dijo, “Ya te avisé”, pues no era el momento y su hombre estaba en lo cierto y con fuerzas para hacerlo, a pesar de lo cual, pocas horas de sueño concilió pues una y otra vez escuchaba, “Mañana no vengás” o “Hoy ha sido tú último día”, hubo un momento que se levantó en mitad de la muda noche y abrió la puerta de la habitación de su pequeño niño que dormía plácidamente ignorante del mundo al que le habían traído, “Un niño nacido a la vez que la democracia” pero este pensamiento le acabó con un rotundo, “Hijos de puta”, que le hizo cerrar la puerta y meterse de nuevo en la cama donde su mujer con unos fingidos ojos cerrados se giró y le abrazó, ese fue su último recuerdo hasta que sonó el despertador. Se levantó a la misma hora que un día cualquiera, se dirigió al baño para acicalarse con detenimiento como le gustaba, preparó el bocadillo que almorzar mientras se hacia el café, se vistió lentamente: la camiseta, el jersey y los pantalones verdes, el color de la empresa. Como un día cualquiera entró en la solitaria nave a las ocho menos cuarto de la mañana, encendió las luces y empezó a repartir los distintos recibos, “estos para paquillo, estos para juanillo, estos para manolo, estos para pascual...”, al terminar dicho proceso cada uno de ellos presentaba alrededor de unos cincuenta repartos. Como un día cualquiera cuando ya había cargado la mitad de paquetes en su camión apareció la fría y somnolienta figura del jefe que con un gélido “Buenos días” los saludo. Pascual durante un segundo se quedó quieto, esperando una reprimenda llena de ira, “¿Qué haces tú aquí?” o , “¿A caso no comprendiste lo que te dije ayer?” pero al observar y escuchar la indiferencia matutina de un día cualquiera continuó con su trabajo tras escuchar el sonido metálico producido al ser cerrada la puerta de la oficina de grandes ventanales. Como cualquier otro día, a las nueve y medía puso en marcha el camión en dirección al norte de la provincia, carretera nacional, carretera lenta, carretera fría y con niebla, a las dos y media ya había repartido tres cuartas partes de los paquetes, siendo ya hora de parar a comer en el mismo restaurante de siempre, para continuar a las cuatro menos cuarto con el reparto y la recogida de algunos envíos. A las siete y media regresó a la nave, descargó su camión, colocó los recibos de las entregas y de las recogidas, y se dirigió al baño para cambiarse y lavarse las negras manos y la frente y nuca sudorosa. Como cualquier otro día cerró el portón a los ocho, ya entrada la noche, y al salir vio dos figuras que se protegían del frió debajo de la luz de la farola, hacia ellos se dirigió, “¿Cómo ha ido el día?”, le preguntó el viejo militante a la vez que apoyaba su gruesa mano derecha en el hombro izquierdo de Pascual, “Como siempre”, respondió con aire cansado, sin poder ocultar una ligera sonrisa, “Vamos a tomar algo, yo invito”, dijo el sindicalista. Fue en el bar donde el sindicalista le dijo a Pascual que no se preocupase, que no pensase que era una cobardía o una traición el no presentarse como representante de los trabajadores, “Aún no ha llegado el tiempo” y cerveza tras cerveza los temas a tratar pasaron a ser mas triviales, mas del día a día, rondando a lo largo de toda la conversación y durante el camino a casa la idea de que “Cualquier día...”. Pascual llegó esa noche un poco mas tarde de lo normal, con la cena en la mesa y con su mujer y su hijo fingiendo que veían la televisión, tras verlos no hubo palabras sino abrazos, besos y lágrimas que cohesionaban el sentimiento de impotencia y de decepción, mientras por la televisión un joven andaluz exclamaba desde un estrado, “Los trabajadores...”
Tras ese día vinieron mas días y transcurrieron meses y años, y la empresa pasó a ser francesa, a ser alemana y finalmente estadounidense, y hubo compañeros que se fueron, otros que vinieron, y así se sucedieron los días durante treinta años con el miedo a escuchar una noche cualquiera, “Hoy ha sido tú último día”, pero Pascual cumplió los sesenta años y en ningún momento volvió a escuchar aquellas palabras que parecían haber sido enterradas en el olvido. Fue tras su sexagésimo cumpleaños cuando decidió llevar a cabo la idea que llevaba rumiando en silencio los últimos años: la jubilación. Pascual había ido viendo de manera impasible los cambios que se iban produciendo en relación a la pensiones, las cuales habían pasado de siete años cotizados a diez, a quince y actualmente a veinticinco, sabiendo que por una vieja ley el podía jubilarse a los sesenta años. Por ello un día se acercó al INEM y preguntó si estaba en lo cierto, a lo cual escuchó una respuesta afirmativa, el problema vino cuando le indicaron que la pensión a recibir sería un sesenta por ciento de sueldo, es decir apenas 600 euros, la administrativa tras ver la cara apesadumbrada de aquel trabajador le indicó que si la empresa contrataba de manera indefinida a otro obrero le correspondería en ese caso el cien por cien de su sueldo. Pasados unos días entró en la transparente oficina y se sentó delante del actual jefe, que era el hijo del padre jubilado, el hijo que había trabajado tras abandonar los estudios de empresariales cargando los camiones mano a mano con Pascual, el hijo al que Pascual le había enseñado el día a día del trabajo de camionero, el hijo que al cumplir los cuarenta dejó la furgoneta por la oficina, el hijo que se hizo jefe tras la jubilación de su padre tras cumplir los cincuenta y cinco. “Me han dicho...” comenzó diciendo Pascual, “...lo estudiaremos, aunque has de comprender que en la situación actual, es mucho lo que nos pides.” terminó diciendo el actual jefe, el hijo del jefe, el hijo del padre jubilado a los cincuenta y cinco años, a quién Pascual escuchaba, quieto, sentado frente a él, pero lo que oía, lo que resonaba en su cabeza, no eran las palabras del hijo sino las palabras del padre, cuya sombra es eterna hasta el final de los días, “¿No querías trabajar?, pues lo harás hasta los sesenta y cinco años, hasta los sesenta y siete años, hasta los setenta años, lo harás hasta que no tengas fuerzas para ponerte en pie, hasta que enfermes y mueras de tu enfermedad, hasta que tu cansada vida diga basta y se eche a descansar en el descanso eterno y cuando ese día llegué vendrá tu hijo a trabajar y a él se le dirá un día, “Mañana no vengas, ni mañana ni pasado ni nunca. Hoy es tú último día.” Y tras ello trabajará cada día como si fuese el último, el cual será cuando se muera o cuando traiga un nuevo hijo al que uno mío mandará y de ese modo conseguir que la rueda del mundo no se paré hasta su explosión final.” Aquella noche Pascual cerró el portón a las ocho de la tarde con rostro serio y cansado que cambió por una sincera sonrisa al ver las dos figuras luminosas que iban hacia él, “¿Cómo ha ido el día?”, le preguntó el militante viejo, “Como siempre”, respondió con aires renovados Pascual, “Vamos a tomar algo, yo invito”, dijo el hijo de Pascual. Fue en el bar cuando Pascual se enteró de la noticia esperada, su hijo había obtenido una plaza como profesor en la Facultad, fue tras la cuarta o quinta cerveza cuando Pascual murmulló o quizás fue el militante viejo el que lo susurró, “Cualquier día...”, siendo el hijo el que de manera sobria y profunda les respondió, “Cualquier día no, sino hoy.”

Teresa había entrado a trabajar en el servicio de limpieza del Ayuntamiento en el 1993, junto a ella otras seis mujeres se encargaban de limpiar los tres colegios del pueblo, el ayuntamiento y el centro de salud a cambio de un sueldo de 120.000 pesetas. A los dos años les añadieron la limpieza de la guardería, del hogar del pensionista y de la biblioteca. En 1998 el pueblo inauguró un centro de salud mas nuevo y mas grande, un hogar del pensionista mas moderno y para mas personas, que también debía ser limpiado por las siete mujeres de la limpieza. En el 2000 finalizó la construcción del instituto que albergaría la enseñanza del bachillerato, tras ello, Teresa se plantó ante sus seis compañeras:
- Hasta dónde vamos aguantar? - dijo mientras se cambiaba de ropa, finalizada la jornada.
-¿Qué quieres decir? - dijeron un par de ellas, asombradas.
-¿Cómo qué que quiero decir? Pero no os dais cuenta de que llevamos siete años ganando mil doscientas pesetas y cada año nos añaden un lugar mas que limpiar.
-¿Y qué quieres que hagamos? - dijeron un par de ellas con curiosidad.
-No lo sé. ¡Pero algo debemos hacer!
-¿Y si nos despiden? - preguntaron un par de ellas con miedo.
-Creo que les costara el que hoy en día alguien trabaje tanto por tan poco. ¿A caso no os parece que trabajamos por una miseria?

La conversación se fue desarrollando, en los días siguientes durante la cerveza que se tomaban a la salida, hasta la decisión de mostrar su queja. Sorprendentemente el Ayuntamiento les aumentó el sueldo a 700 euros y el aumento de plantilla a ocho personas, con la contraprestación de asumir ellas mismas las bajas por enfermedad. Aquel día brindaron con cava a la salida del trabajo.
En el 2002 se construyo un nuevo Ayuntamiento y un polideportivo, del que se debían encargar de su limpieza, por otro parte Marisa se cayó de la escalera al limpiar unas ventanas y Belén se quedó embarazada y a los dos meses precisó reposo absoluto. En el 2004 se les adjudicó la limpieza de la nueva Casa de Cultura y Azahara mes sí mes no presentaba una tendinitis en el hombro. Fue en el 2006 cuando el Ayuntamiento las reunió para informarlas de la decisión tomada por el Ayuntamiento de externalizar el servicio de limpieza, habiendo puesto como clausula a la empresa la obligación de contratar a las personas ya empleadas. Dos semanas después fueron llamadas de manera individual por la empresa privada, las condiciones eran las siguientes: Sueldo de 800 euros + Limpieza de la piscina municipal + Bajas cubiertas por la empresa. Todas firmaron que sí, excepto Silvia y Carmen, a las que dijeron que la clausula impuesta por el ayuntamiento solo competía aquellas trabajadoras anteriores al año 2000, aun así les proponían: Sueldo de 600 euros y ser además las encargadas de limpiar el colegio concertado. Respondieron que no. Ante tal hecho Teresa habló:
-¿Qué vamos hacer? - dijo mientras daba un trago a la caña fresca
-¿Qué quieres que hagamos? - dijeron un par de ellas con indiferencia.
-Son nuestras compañeras.
-Pero la culpa es del ayuntamiento, no nuestra – exclamaron dos de ellas.
-Pero aún estamos a tiempo
-Yo necesito el trabajo – dijo una.
-Y además nos han mejorado el sueldo – dijo otra.
-¿De verdad os creéis vuestras palabras?

A finales del 2007 la empresa despidió a Laura, la causa: Había mas que indicios de que se llevaba a su casa material de limpieza. Su puesto no fue sustituido por nadie.
A finales del 2008 fue Sonia la que fue despedida, por falta de liquidez de la empresa.
A finales de 2009 la nómina de Septiembre la cobraron en Diciembre, la de Octubre, parte en Enero y parte en Febrero, la de Noviembre y Diciembre en Marzo. Ninguna nómina del 2010 fue cobrada a fecha de Junio, tras ello Teresa volvió a tomar la palabra:

-¿Vamos a seguir calladas?
-No se puede hacer otra cosa – dijo Azahara
-Lo que no se puede hacer es no cobrar la nómina y por otra parte trabajar a escondidas de las compañeras, por un dinero “extra”.
-Lo dices por mí – dijo Azahara.
-¡Lo digo por todas! - dijo enérgicamente Teresa – Creo que ya es hora de plantarnos.
-¿Cómo? - preguntó Marisa.
-Con una huelga indefinida
-Pero eso es cabrear más a don Alfonso – murmuró Marisa.
-¿Y quién piensa en nuestro cabreo? ¡Joder! Hace ya años que debíamos haber parado, nunca teníamos que haber llegado a esta lamentable situación. ¡Me cago en la puta! Pero no os dais cuenta de todo lo que hemos asumido, de lo pronto que renunciamos a nuestra pequeña victoria. Aquél día logramos que tuvieran miedo, ¿pero hoy?
-Aquel día, lo que tenían era dinero y hoy no, esa es la diferencia. - dijo parcamente Belén.
-¿Eso crees? ¿Y aunque así lo fuera, no ha cambiado en demasía nuestra posición a causa de nuestras renuncias? ¿No nos hemos dejado por el camino hasta el respeto?
-Somos limpiadoras, no científicos – dijo con media sonrisa en la boca, Belén.
-¿Y por limpiar orín y mierda no merecemos respeto? Mas bien creo que lo hemos perdido al callar ante el sueldo congelado, ante los despidos de las compañeras, ante.. creo que no merece respeto alguno aquella persona que se resigna a su humillación.
-¿Y de qué va a servir la huelga? - preguntó Marta.
-Al menos para sentirnos personas.
-¿Pero merece la pena? - volvió a preguntar Marta.
-Aunque solo sea porque nuestras hijas, cuando dentro de unos años se encuentren en la misma situación, y lo estarán, recuerden que sus madres, un día, decidieron parar. Sin ese ejemplo, repetirán los mismos errores que nosotras. ¿Que decís?
-Yo no puedo
-Yo tampoco
-Yo menos.

Teresa al día siguiente no fue a trabajar, pero sus derrumbadas compañeras la vieron al salir del trabajo tomando una cerveza en el bar. Teresa sonreía a diferencia de los rostros cansados y serios de sus antiguas compañeras.
-Hoy invito yo.
-¿Hay algo que celebrar? - preguntó una de ellas.
-Yo al menos sí, he recuperado mi libertad.
-A alto precio – dijo otra con cierto hartazgo.
-Sí, el de ser consecuente. - tras esas palabras Teresa calló y miró detenidamente aquellos cuerpos rendidos – Ahora me doy cuenta de que tenías razón con lo de la huelga.
-¿Por qué? - preguntó una tercera.
-Os miró y no dais pena sino vergüenza. Estáis deshumanizadas.
-¡Un respeto! – espetó la cuarta.
-¿Lo merecéis? ¿A causa de qué?

Tras ello pagó la cuenta y se marchó. Aquella noche las cuatro apenas conciliaron el sueño pensando las palabras dichas por Teresa, alguna de ellas consiguió dormir tras tomar la decisión de que sí merecía la pena luchar por la Huelga, no tanto por las condiciones laborales, como por ellas. ¿En qué se habían convertido?, se preguntó antes de conciliar el sueño.

Fue a principios de los años setenta cuando el teintañero Paco consiguió dejar de ir de aquí para acá, de trabajar cada año en un sitio, de cobrar un sueldo que apenas llegaba para cubrir los gastos del alquiler de su piso así como los generados por su dos retoños, de cinco y tres años. Fue en 1978 cuando Paco descubrió lo que era la democracia en la que entraba el país y sus obreros. Ese año fue uno de los tantos contratados por la conocida fábrica automovilística francesa, la cual había elegido aquel pueblo cercano a la capital para abrir su segunda fábrica. Aquello ocasionó un cambio de vida. Lo primero que había que hacer era buscar un piso en propiedad, y que mejor que hacerlo, así se lo aconsejaron, que en la nueva urbanización que se estaba construyendo apenas a un kilómetro de la factoría y a tres del pueblo y de la capital. Ningún problema hubo en esta ocasión en la concesión de la hipoteca cuando dijo las palabras mágicas, el nombre de su nueva empresa. Sin duda alguna, Paco recuerda aquellos años como los mejores de su vida. Claro que trabajaba mucho, pues nadie duda que trabajar en la cadena colocando retrovisores cada quince segundos durante ocho horas es muy duro, sin olvidar el turno de noche, que se hacía muy largo y cansado. Pero aquel pesar era menos al saberse con un contrato fijo, con un sueldo muy superior al del resto de obreros, con un economato donde la mujer podía hacer la compra con reconocidos descuentos en la mayoría de productos alimenticios, con las instalaciones del grupo empresa: un frontón, dos pistas de tenis, una cancha de baloncesto, una cancha de futbito, un campo de fútbol. Sus hijas nunca olvidaron aquellas navidades en las que los reyes magos del grupo empresa entregaban los mejores juguetes del momento. Es cierto que cada año le reducían el tiempo en el que colocar cada retrovisor y que cada vez acababa mas cansado tras los turnos de trabajo, pero era feliz cada vez que veía la nómina tan superior al resto de vecinos de la urbanización obrera, así como al ver como sus hjas aprendían a jugar al tenis los sábados por la mañana y kárate los martes y jueves.
Paco siempre recordó aquella noche en el que durante el descanso de quince minutos, un viejo obrero les comentó las quejas de los "compañeros" franceses, pues según ellos, eran despedidos, "por culpa de los españoles, que trabajan por la mitad que nosotros". Un joven compañero, el que colocaba los limpiaparabrisas, le señaló al viejo que, "eso no es por nuestra culpa, sino porque somos mas competitivos". Al día siguiente, Paco cogió varias revistas de la empresa que mensualmente recibía, en ellas leyó en numerosas ocasiones la importancia de la "competitividad" del trabajador español y los beneficios que ello ocasionaba en la empresa, razón por la que estaban seguros que abrirían una tercera y cuarta empresa en los próximos años. Lo que no pudo leer ni aquel día ni nunca, fue las opiniones de los trabajadores franceses que eran despedidos en la década de los ochenta a medida que eran contratados, en igual número, españoles.
A mediados de los ochenta los trabajadores al completo recibieron en su casa una carta de la empresa automovilística, se les indicaba que a causa de un cambio en la gestión empresarial se daba la posibilidad al trabajador de rescindir el contrato de manera voluntaria, recibiendo por ello una indemnización de 3.000.000 de pesetas. Aquella noticia fue el tema central durante todo en mes a la hora del almuerzo y a la entrada y salida de la factoría. Mas de un 30% del personal dijo Sí, por su parte, Paco, no se lo pensó mucho, y dijo que NO. En menos de un año se empezaron a ver las primeras subcontratas que sustituían aquellos que decidieron ser empresarios y se dieron de bruces con el paso de los años y con las correspondientes crisis. Al principio las subcontratas eran una minoría pero ya entrados en los años noventa, presentaban un número de naves similar al de la factoría matriz.
Un día al salir de trabajar preguntó al delegado sindical, aquel que hace años dejó de colocar limpiaparabrisas, sobre las subcontratas, “Tú no te preocupes, eso a nosotros no nos afecta para nada. O mas bien te diría que gracias a ellas, nosotros podemos mantener nuestros derechos laborales y económicos. Nosotros ya trabajamos como negros hace años, ahora les toca a los nuevos jóvenes.” Paco apenas supo murmullar mientras conducía el nuevo modelo de su empresa automovilística, “A caso aquello de competitividad es “trabajar como negros”.
Los años noventa fueron muy distintos, a medida que iban creciendo las subcontratas, se cerraba el economato, se les reducía la jornada, se aumentaban las cuotas del grupo empresa. Sin darse cuenta, habían perdido aquello que les diferenciaba del resto de trabajadores, pero Paco, a su vez, se dio cuenta de que era uno más, que siempre lo había sido, fue entonces cuando dejó de votar al Psoe. Y mas cuenta se dio de la realidad cuando dos de sus hijas empezaron a trabajar en las subcontratas de la empresa. Fue entonces cuando observó que ahora las diferencias, sus privilegios, se habían acortado con el resto de trabajadores fijos de su edad, pero se habían ensanchado de manera brutal con los jóvenes, mientras él ganaba 175.000 pesetas, sus hijas ganaban 85.000 pesetas, sin olvidar su míseras condiciones laborales.
Una tarde habló de ello con un concejal socialista, aquel que hace años había sido delegado sindical de CCOO, “La culpa es de aquellos que como tú habéis dejado ganar a la derecha”.
Ya con la entrada del euro, Paco observó que aquello no tenía vuelta atrás, a las prejubilaciones de aquellos que cumplían los sesenta, se les sumaba el hecho de que los mayores de cincuenta años habían dejado de ser trabajadores de la cadena para encargarse de distintos puestos administrativos o “informáticos”, dejando su puesto a jóvenes subvencionados por la junta, por la diputación y el ayuntamiento. Uno de ellos fue su tercer hijo, que con dieciocho años tenía un contrato de formación, a causa de ello, trabajaba como uno más sus cuarenta horas semanales a cambio de 800 euros, ciento cincuenta, correspondía a la junta, cien a la diputación y cincuenta al ayuntamiento, en concepto de ayuda al empleo de jóvenes. Paco por su parte mantenía su sueldo de 1500 euros pero trabajando apenas treinta horas.
Fue a mediados de la nueva década, cuando Paco comentó con unos vecinos que la empresa se estaba pensando el cerrar la factoría, y la razón era la competitividad de los rumanos, “admiten el trabajar lo mismo por apenas 500 o 600 euros”, fue el hijo de uno de los vecinos el que le hizo recordar las palabras del viejo comunista sobre los compañeros franceses, “Y vosotros hace treinta años...”
Paco se jubiló en junio del 2011, pocos trabajadores fijos quedaban ya, y la mayoría estaban en fase de prejubilación, completaban los tres o cuatro meses que les correspondía y a esperar la futura y ganada jubilación. Durante este periodo a Paco le tocó ver a distintos compañeros morir, a Luis con sesenta y un año por cáncer de laringe, a Carlos, con sesenta y dos años por encefalitis hepática, a Juan, con cincuenta y ocho por cáncer de pulmón, a Jorge, con sesenta y cuatro en accidente de tráfico. Él, por su parte, desde el 2010 sufrió una angina de pecho, una insuficiencia cardíaca, una neumonia, un accidente isquémico transitorio y finalmente en enero del 2012 un infarto de miocardio que le llevó la vida.
En el entierro se escucharon muchas palabras y se oyeron muchos lloros, pero la que retumbó en todos los oídos fue la tan usada, “Toda una vida trabajando, para esto”
La vida de Paco tras cuarenta y cuatro años trabajando, treinta y tres de ellos en la famosa factoría automovilística francesa, se cobró una pensión total 12.000 euros.

“La primera vez pensó que era un descuido. Tal vez al pagar el desayuno le dieron mal el cambio, o se le cayó un billete al sacar el dinero. La segunda vez se dijo que no podía ser un descuido. Repasó los gastos que había tenido desde que la mañana anterior sacase dinero del cajero automático. No cuadraban las cuentas, faltaban veinte euros.”

En días posteriores las perdidas de dinero continuaron, no había que ser muy listo para unir los puntos que llevasen al causante. El dinero había empezado a volatizarse a partir de contratar a la sudamericana que tres veces por semana viene a limpiar la casa. Hallado el culpable, rápido se ha de ejecutar la sentencia, sin posibilidad de defensa alguna, y mucho menos con la patética, "Yo no he sido."
Pero tras el despido del inmigrante continúan las perdidas, cada día desaparecen cuantías mayores de dinero, así como de joyas. Lo cual no es un hecho aislado, puesto que todos los vecinos del barrio denuncian hechos mas o menos similares. Tras la pasividad de la policía en defensa de la propiedad privada, deciden defender lo que es suyo, pues bien saben quienes son los autores. En ausencia de moros, rumanos, albano-kosovares, etc, los delincuentes no hay que buscarlos muy lejos, son los gitanos que residen de manera ilegal en barriadas próximas al barrio. Ante el mas que posible derramamiento de sangre, el delegado de gobierno, decide actuar. La policia nacional a primeros de mes desaloja la totalidad de viviendas, llevando a cabo su derrumbamiento, así como mas de la mitad de los gitanos varones mayores de dieciséis años son llevados a disposición judicial.
Una tarde llegó su marido apesadumbrado, apenas logró decir de manera escueta, “Me han despedido”, frase que en las semanas siguientes fue la habitual en gran parte de las casas del barrio. Epidemia que según supieron por los telediarios se había contagiado al resto del país. Fue entonces, cuando de manera global, diagnosticaron el agente causante y administraron el tratamiento adecuado: Un cambio de gobierno.
Pero el cambio de gobierno no les devolvió su dinero, ni sus joyas, ni su trabajo, sino que además, para su sorpresa, se llevo a cabo el desalojo de aquello, “Qué era unicamente, propiamente, nuestro. Nuestra vida”, la expulsión de su casa. Tras ello la gran masa empezó a culpar a los bancos, a denunciar su usura, su codicia, sus técnicas especulativas, sus medidas abusivas. Sumergidos en el escepticismo tomaron dos medidas, por una parte se reunieron para evitar los desahucios de los vecinos que aun tenían casa, y por otra, reclamaron en la calles por la dación en pago.
Y mientras se conseguía evitar algún que otro desalojo y los bancos prometían el ejecutar aquella buena practica, empezaron a desparecer colegios, centros de salud, servicios sociales, de modo que cuando llevó a su hijo al colegio, le pidieron dinero, y cuando fue a la consulta del médico para que le recetará un tratamiento, le dijo que aquello no lo cubría el seguro.
Fue entones cuando aquella masa de individuos pobres, desempleados, desahuciados, iletrados y enfermos que recorría la vieja europa, descubrió el origen y causa de su situación: el capitalismo. Decidiendo por tanto, el ir violentamente contra el sistema y orden existente. Puesto que nada tenían que perder, ¡Y todo un mundo por ganar!

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