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MONTEMAYOR, Carlos (1947-2010)

Libros, autores, cómics, publicaciones, colecciones...
Carlos Montemayor

Portada
(wikipedia | dialnet)


Introducción

En Wikipedia se escribió:N. Parral, Chihuahua, 13 de junio de 1947, m. México, D.F., 28 de febrero de 2010. Escritor y traductor mexicano, activista social en defensa de las comunidades indígenas y de los grupos más vulnerables de su país, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (elegido el 30 de agosto de 1984 (XX, 2), tomó posesión el 14 de marzo de 1985), de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas y cantante de ópera aficionado.

Aunque forjó su carrera en la ciudad de México, fue en su ciudad natal donde desarrolló su gusto por las letras y por la música. De niño, su primer contacto con la literatura fue a través de Miguel de Cervantes, pues su padre lo obligaba a leer el Quijote en voz alta. Hizo los primeros estudios en Parral, y la preparatoria en la Universidad de Chihuahua. Se trasladó luego a la ciudad de México, en donde cursó la licenciatura en derecho y una maestría en letras iberoamericanas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1965 a 1971. Realizó estudios de lengua hebrea en El Colegio de México, y de forma paralela, de 1967 a 1976, estudió griego clásico, latín, francés, portugués, italiano e inglés.

Impartió clases en la Escuela Nacional Preparatoria y fue profesor de tiempo completo en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco (UAM) desde 1974.

Colaboró como articulista para las revistas y periódicos Plural, Excélsior, Unomásuno y La Jornada. Dirigió la Revista de la Universidad de 1973 a 1975, y fue fundador de la revista Casa del Tiempo de la UAM, la cual dirigió de 1980 a 1982.

Su libro Tarahumara es el compendio más completo acerca de los rarámuris de la Sierra de Chihuahua. Su obra Guerra en el Paraíso (considerada por el propio autor "su obra mejor lograda") es el relato trágico de los hechos violentos que se vivieron en México a principios de los años setenta durante la guerra sucia en México, especialmente la guerrilla encabezada en la sierra de Guerrero por Lucio Cabañas Barrientos, obra para la cual recabó testimonios de campesinos sobrevivientes a la represión e investigó, en los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional, documentos sobre las operaciones del Ejército durante el conflicto. Mal de piedra (1980) se remite a una de las constantes de Parral, su pueblo natal: la minería. Lo mismo que en Minas del retorno (1982), donde rompió con el modelo de la tradicional novela lineal.

Tradujo clásicos como las Odas de Píndaro, Carmina Burana, poesías de Cayo Valerio Catulo, Virgilio y Safo así como de poetas modernos como Fernando Pessoa y Lêdo Ivo. Mostró un gran interés por las culturas indígenas de México, realizó una antología de cuentistas oaxaqueños entre 1979 y 1980, escribió además Encuentros con Oaxaca, Arte y trama en el cuento indígena, Arte y plegaria en las lenguas indígenas de México, La voz profunda: antología de literatura mexicana en lenguas indígenas y el Diccionario del náhuatl en el español de México.

Como activista y luchador social analizó el surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y simpatizó con algunas de las actividades organizadas por el Subcomandante Marcos. Al respecto, escribió el ensayo Chiapas: La rebelión indígena de México. Entre sus últimas actividades, fue miembro de la Comisión de Mediación entre el gobierno federal y el Partido Democrático Popular Revolucionario - Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR), investigando el paradero de dos desaparecidos políticos.

Colaboró también con el Frente Amplio Opositor (FAO) de San Luis Potosí, que defiende a los defensores del Cerro de San Pedro, combatiendo jurídicamente y políticamente a la empresa canadiense New Gold-Minera San Xavier, que pretende desde hace tiempo hacer explotar, con dinamita, ese cerro, lo que generaría graves cambios en la naturaleza y dañaría la arquitectura de San Luis Potosí.

Estudió ópera y se entrenó como tenor con el barítono mexicano Roberto Bañuelas. Declaró alguna vez: "La música es mi experiencia más física, instintiva". Grabó los tres álbumes que se citan más abajo.

Falleció el 28 de febrero de 2010, a consecuencia de cáncer de estómago, padecimiento que lo había obligado a ingresar al Instituto Nacional de Cancerología.





Ensayo



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Recursos de apoyo

    Entrevista (en el programa "Aristegui" en CNN México, en 2007, sobre la lucha guerrillera en México, particularmente del EPR)


fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/03/01/i ... e=a02n1cul



El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009 murió ayer tras ardua lucha contra el cáncer

Carlos Montemayor deja una vida de creación y compromiso


Portada



Mónica Mateos-Vega

La Jornada // 1 de marzo de 2010




El escritor Carlos Montemayor, premio Nacional de Ciencias y Artes 2009, falleció, tranquilo y sin sufrimiento, este domingo a las 3:35 de la madrugada, luego de ardua batalla contra el cáncer que lo aquejó los últimos meses. Estuvo siempre acompañado por su familia: Susana de la Garza, esposa; Victoria, Alejandra, Jimena y Emilio, sus hijos.

De acuerdo con sus deseos, no se realizaron funerales, fue cremado ayer mismo y sus cenizas llevadas por la tarde a la Academia Mexicana de la Lengua, donde recibió una emotiva despedida de colegas, amigos, familiares y, sobre todo, de aquellos que compartieron con él sus ideales.

Escritor, ensayista, poeta, tenor, puntual crítico de la política social y cultural del país, nació el 13 de junio de 1947, en Parral, Chihuahua, donde desde la infancia cultivó gran amistad con escritores como Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008) e Ignacio Solares, quien suele recordar la anécdota de un pulcro niño Montemayor que llegaba a jugar con ellos, con un par de relucientes pistolas de juguete, negándose a hacer pasteles de lodo y pidiendo en cambio: "¿no tienen un poco de ese material masticable que tienen en la boca que me conviden?", en lugar de "chicle".

"Este cuate seguro será académico de la lengua", bromeaban entonces sus amigos. No se equivocaban. Su pasión por la sonoridad no sólo del habla castellana, sino de los diversos idiomas indígenas de América, llevó al ensayista a ocupar un lugar en la Academia Mexicana de la Lengua, en la Real Academia Española y a ser un incansable promotor de la poesía maya, zapoteca, náhuatl, guaraní y totonaca, entre otras.


Referente de análisis social

Estudió la licenciatura en derecho y la maestría en letras iberoamericanas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Posteriormente se inscribió en estudios orientales en El Colegio de México.

Fue catedrático en la Universidad Autónoma Metropolitana. Su vocación por difundir sus hallazgos literarios lo llevó a publicar en la revista El Tiempo; en Diorama de la Cultura, del periódico Excélsior, en Revista de Bellas Artes, y en Revista de la Universidad de México.

Sus novelas, crónicas y ensayos acerca de diversos movimientos sociales son referente para analizar el contexto y la actualidad en torno a fenómenos como las guerrillas y los levantamientos indígenas. Entre esos títulos se encuentran: Chiapas, la rebelión indígena de México (1998); La guerrilla recurrente (1999); Rehacer la historia (2000).

En cuentos como Las llaves de Urgell (1971), Premiá (1983), Diana (1990), y en ensayos como Los dioses perdidos (1979) y El oficio literario (1985), aborda de manera puntual la vida y problemáticas indígenas.

En 1980 Carlos Montemayor, también amante cultivador del bel canto, se sintió fascinado por la dimensión cultural, política y social de las lenguas indígenas, en las que descubrió similitudes tanto métricas como vocales con el griego clásico.

"Para mí fue deslumbrante, pues en lugar de hacer deducción teórica me permitía enfrentarme con lenguas vivas, por ejemplo el zapoteco, una de las más melódicas y musicales por sus estructuras tonales y silábicas", expresó en diciembre pasado en entrevista con La Jornada.

En aquellos años, el narrador participó en el proyecto que tenían en la Dirección General de Culturas Populares (dependiente de la Secretaría de Educación Pública) respecto del trabajo en comunidades indígenas.

En 2007, el Fondo de Cultura Económica publicó el primer volumen de sus Obras reunidas, en el cual se incluyen dos de sus novelas más emblemáticas: Guerra en el paraíso (1991) y Las armas del alba; en la primera narra las vicisitudes de Lucio Cabañas.


Activista y luchador

Cuando joven, Carlos Montemayor presenció en su natal Chihuahua "la fuerza de un movimiento campesino que se extendía por todo el estado y que abarcaba algunas zonas de Durango y Sonora. La mayor parte de los líderes campesinos eran de la sierra; algunos, profesores normalistas rurales que trabajaban muy activamente en la gestión ante las autoridades de la Reforma Agraria", relató a este diario.

Agregó que

    a principios de los años 70 algunas compañías privadas dieron inicio a una serie de despojos de tierras que provocó la reacción inmediata de los campesinos y paulatinamente la conformación de una fuerza organizada. El mayor contingente formó parte de la Unión General Obrero Campesina de México, que en ese momento dirigía Jacinto López.

    Estas movilizaciones en defensa de predios y contra las invasiones fueron creando un clima de tensión social muy importante en Chihuahua. Cuando era adolescente, en Parral y en la regiones cercanas a mi ciudad, llegué a conocer el movimiento.

    Cuando me fui a estudiar a la Universidad de Chihuahua, entré en contacto con los cuadros políticos y frentes campesinos que me permitieron conocer más de cerca este proceso social. En esa época varios amigos míos, muy jóvenes, se radicalizaron y tomaron las armas.

    Ellos constituyeron el primer movimiento guerrillero en México después de la revolución cubana. Desarrollaron varias acciones, que narro en 'Las armas del alba'. La acción armada más notable de ellos ocurrió el 23 de septiembre 1965; esa mañana intentaron tomar por asalto el cuartel militar de Ciudad Madera.

    Desde hacía más de un año yo radicaba en la ciudad de México, por lo que desconocía que ellos habían entrado en la clandestinidad. Cuando me enteré del ataque y vi las fotos de algunos cadáveres de mis compañeros me sacudí, pero sobre todo, me estremeció el tipo de información oficial sobre ellos: los trataron de gavilleros, de delincuentes, de pistoleros, de robavacas.

    Eso fue lo que más me afectó, porque a mí me constaba su honestidad, su limpieza, su integridad, su militancia, su generosidad. Esta impresión de cómo una versión oficial puede destruir tan brutalmente la verdad de la vida humana me marcó para siempre
    ".

Así surgió el compromiso de Montemayor de contrastar las versiones oficiales con las realidades social y humana, tanto como analista político en artículos publicados los años recientes en La Jornada, y como investigador e historiador.

El también traductor se definía como "especialista en cuestiones clandestinas", también por su interés en la cultura clásica, latinista y helenista, "temas que no le interesan a nadie, pero que están en el subterráneo de nuestra cultura occidental. Las cuestiones indígenas son también algo oculto y subestimado, y los movimientos guerrilleros están también en el subterráneo de la conducta social, de manera que puedo decir que tengo vocación por la clandestinidad, cultural, literaria y social".

Como activista político y luchador social jugó un papel relevante. En este ámbito, su más reciente participación fue como integrante de la extinta Comisión de Mediación entre el gobierno federal y el Ejército Popular Revolucionario, para investigar el paradero de dos desaparecidos políticos.


Sus últimas obras

En diciembre recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Literatura y Lingüística. A falta de un discurso oficial de los galardonados, la prensa rodeó durante la premiación a Montemayor para que hiciera un breve diagnóstico sobre el clima social y político que vive el país.

El escritor respondió: "México vive en un estallido constante, en el que la pobreza, la inestabilidad, el desempleo, la desnutrición, el crimen organizado están armando un país indeseable para todos; en 2010 solamente pueden empeorar las cosas".

–¿Prevé alguna alianza entre fuerzas criminales (el narco) con grupos de lucha social? –se le preguntó.

–No, ninguna. Son mercados distintos, son objetivos distintos, organizaciones diferentes, dinámicas totalmente divergentes.

–¿Ningún riesgo?

–Ningún riesgo en especial, más que los que tenemos ya, que son el desempleo, la miseria, la depresión, el empobrecimiento. Ésos son los graves riesgos que estamos viviendo y que no hemos podido solucionar.

Respecto de los planes que tenía el poeta, había bromeado con que compraría (con el monto de su premio) un rancho y cabezas de ganado en su tierra de Chihuahua, "para no hacer nada más que ponerme a escribir".

Un par de discos donde hace gala de su voz de tenor que serán editados en breve, y el nuevo libro La violencia de Estado en México, del cual La Jornada ofreció un adelanto el viernes pasado (y que comienza a circular en librerías mañana martes), así como la novela Las mujeres del alba (todavía sin fecha de publicación), son los trabajos más recientes con los que Carlos Montemayor se despide de una sólida, plena y vigorosa vida intelectual.


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